Llamado del cardenal Cupich: "Cese la persecución sistémica a la Iglesia" Erick Díaz, cura exiliado de Nicaragua: "Rolando Álvarez es el obispo de la no violencia"
Misa en Chicago de Acción de gracias por la liberación de las 222 personas el pasado 10 de febrero, en la Iglesia Católica Santa María del Lago y Nuestra Señora de Lourdes
"Oremos por él y acompañemos siempre a él en este momento de cruz que vive junto al pueblo de Nicaragua": lo pide el padre Erick Díaz, sacerdote exiliado de la diócesis de Matagalpa
Al finalizar la misa se leyó una eclaración del Arzobispo de Chicago, el cardenal Blase Cupich, en la que realiza un llamado "al cese de inmediato la persecución sistemática a la Iglesia en Nicaragua"
Al finalizar la misa se leyó una eclaración del Arzobispo de Chicago, el cardenal Blase Cupich, en la que realiza un llamado "al cese de inmediato la persecución sistemática a la Iglesia en Nicaragua"
(Vatican News).- “Igual que yo, miles de nicaragüenses hemos tenido que abandonar nuestra patria, por el simple hecho de soñar y querer un país digno para todos. La Iglesia no podía quedar callada, cuando asesinaron a los más de 356 jóvenes. La Iglesia no podía quedar callada cuando desterraron a los primeros nicaragüenses, cuando encarcelaron a personas inocentes, mientras los verdaderos responsables de las muertes y violencia quedaban en libertad”. El padre Erick Díaz es uno de los 30 sacerdotes que han tenido que marcharse de Nicaragua por la situación que se vive en el país.
Desde Chicago, lugar donde encontró acogida, este domingo 19 de febrero presidió la Santa Misa de Acción de Gracias por la liberación de 222 presos políticos en Nicaragua y por el Obispo Rolando Álvarez, en la Iglesia Católica Santa María del Lago y Nuestra Señora de Lourdes. Su homilía habla no sólo de las dificultades de su pueblo, sino del ejemplo de Jesús, que ora por quien lo persigue, porque Dios “no quiere que nadie se pierda, sino que todos nos salvemos”.
La Iglesia – recuerda también el sacerdote- solo pidió paz, como es su cometido. La Iglesia solo pidió justicia y libertad, porque siempre debe ser antorcha de libertad, de luz y vida en medio del dolor.
El obispo de la “no violencia”
En la homilía del padre Erick no falta el agradecimiento, también en nombre de los exiliados, a los Estados Unidos, por abrirles las puertas y acogerlos con solidaridad, así como a España, que les ofreció la ciudadanía. Y no falta su memoria del obispo de Matagalpa: un obispo – dice – que ha amado a su pueblo sin medida, ha amado a Dios sin medida. Y continúa:
"Y como en su corazón solo hay amor, perdón y serenidad, ha podido abrazar la cruz por su pueblo, por el pueblo de Nicaragua, que tanto ama. En ese amor de él para los demás, siempre nos predicó el no odio, la no confrontación, la no violencia. Decía: debemos evitar el odio, debemos evitar el miedo y debemos evitar la desesperanza. Porque, si eso ocurre, el odio se convierte en venganza y bajo la premisa de hacer justicia, la justicia nos lleva a eliminar al otro, nos lleva a destruir al que piensa diferente. Eso no debe ser así, queridos hermanos. Porque la riqueza del mundo es que todos somos diferentes y todos pensamos diferentes"
Monseñor Álvarez, dice aún el sacerdote, es hoy “una escuela viviente, que nos enseña cuando habla y nos enseña cuando calla”. “Es el obispo de la ‘no violencia’. Es el obispo de la paz”.
"Oremos por él y acompañemos siempre a él en este momento de cruz que vive junto al pueblo de Nicaragua. Y oremos para que más pronto que tarde vuelva a brillar el sol de la libertad en esa amada nación, que es nuestra nación, que es nuestra patria por siempre"
Cardenal Cupich: Cese la persecución sistémica a la Iglesia
Al finalizar la Santa Misa, el párroco de la Iglesia Católica Santa María del Lago y Nuestra Señora de Lourdes, el padre Manuel Dorantes, leyó a los presentes una declaración del Arzobispo de Chicago, el cardenal Blase Cupich, en la que realiza un llamado “al cese de inmediato la persecución sistemática a la Iglesia en Nicaragua a través de acusaciones falsas, el cierre de las estaciones radiofónicas, el bloqueo del acceso a las Iglesias y otros actos graves que violan la libertad religiosa y el orden social”. El purpurado también expresó que la Iglesia de Chicago tiene la bendición de haber dado acogida a “un valiente sacerdote que, con muchos de sus hermanos, se mantuvo unido a su obispo como testigo de los derechos humanos de su pueblo”.
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