El anticlericalismo en la Guerra Civil, en imágenes La memoria olvidada
(Gracia Paula Puertas).- Último trimestre del 80 cumpleaños del inicio de la Guerra Civil española, acontecimiento fatídico para la historia de España, que durante tres años acaparó las miradas internacionales copando las páginas y micrófonos de los medios de comunicación.
Fotógrafos llegados de todo el mundo fueron testigos en primera persona de todo lo que acontecía. Sin ir más lejos el 19 de julio de 1936 Agustí Centelles en Barcelona fotografió a los milicianos que salieron a la calle para intentar frenar a los sublevados.
Herencia de la Segunda República fue la ola de anticlericalismo que provocó los ataques a las iglesias, que fueron inmortalizados por las cámaras convirtiéndose en testimonio de los sucesos, regocijo y disfrute de los milicianos que quemaban, profanaban y destrozaban los templos sagrados y santos.
Ejemplo de esta hostilidad hacia la Iglesia son las fotografías que David Seymur, apodado "Chim" capturó en la ciudad condal, en las que se puede observar como con un pico se saca el ojo de la imagen de la Virgen María o como un republicano posa ante el objetivo orgulloso mostrando la cabeza de un cristo destrozado a la par que alza el puño izquierdo.
En 1937 con la entrada de las tropas franquistas en Toledo y ante el temor de nuevos ataques contra el patrimonio religioso, el fotógrafo Rodríguez toma unas imágenes mientras se protege el célebre cuadro "Entierro del Conde Orgaz", de El Greco, que fue trasladado bajo el coro de la parroquia de Santo Tomé.
El encargado de dirigir las tareas fue el arquitecto vasco Pedro Muguruza, que contó con la ayuda de los carpinteros Jaime García Gamero y Meneses. El cuadro fue rodeado por colchones de lana, maderas y sacos terreros. Las grandes dimensiones de la obra de arte impidieron que fuera trasladada al cuarto del Tesoro en la Catedral, donde se protegieron casi treinta cuadros del pintor desde el inicio de la Guerra.
Esto también es memoria histórica, pese al empecinamiento de muchos por hacerlo olvidar. Como dijo el escritor austriaco Egon Friedell: "lo importante no es que hayan sucedido cosas, sino que las conozcamos". Estas fotografías tomadas durante la Guerra Civil nos recuerdan de vez en cuando que no es memoria olvidada.