Cañizares, químicamente puro
El Cardenal Cañizares, en una larga entrevista en el rotativo valenciano Levante-emv, se confiesa de manera abierta, y afronta sin ningún problema, todas las cuestiones que le plantean los periodistas. El es así, y no de otra manera. No tiene doblez, ni recovecos. Un hombre sencillo, que ha llegado alto a base, fundamentalmente, de esfuerzo y tesón. Me precio de conocerle un poco, y en esta entrevista, no se aparta un ápice de lo que el realmente es. Así se define: “Soy es una persona muy sencilla”. Esa imagen de ultraconservador y enfrentado al Papa hay que definitivamente desterrarla. Su teología está profundamente anclada en el Concilio Vaticano II.
Algunas anécdotas que cuenta ya las conocía directamente de el, pero por respeto a la confianza que tuvo, no he querido referirme nunca a ellas. Recuerdo cuando nos relataba esa cena con el Cardenal Bergoglio antes del cónclave, en la que no se hablaba de nombres, sino de criterios. Y lo que sucedió posteriormente, después de la elección. Lo narraba con mucho cariño, se le notaba la cercanía al Papa Francisco. Así lo cuenta: “Antes del Cónclave invite a comer a casa al cardenal Bergoglio y a otros dos cardenales amigos, para hablar sobre qué tipo de papa elegíamos, no la persona, sino el tipo. Pensaba que deberíamos elegir un nuevo San Francisco que reconstruya la Iglesia de San Damián, que es solo Dios, como nos ha revelado Jesucristo en las bienaventuranzas. Un papa sobre todo de la pobreza, de la paz y la misericordia. Bergoglio y los otros dos cardenales asintieron que ese tipo sería muy bueno…Y añadí una nueva, que el nuevo papa sea un religioso”. Sin duda, se acercó mucho a la diana.
En cuanto al tema de las “cuestiones de genero”, fui testigo directo del acoso mediático que tuvo que sufrir durante varias semanas, incluso muchas agencias mediáticas, interpretaron su viaje a Roma, en pleno apogeo, como una llamada al orden por parte del Papa Francisco. Lejos de la verdad, ahora también se puede decir; ese viaje estaba programado desde hacía varias semanas, y los temas que iba a tratar con el Santo Padre no tenían nada que ver con la polémica. Y como afirma en la entrevista en el tema “gender” no se aparta un ápice de la doctrina y visión del Papa: “El papa Francisco dice que es de las mayores maldades que hay, desfigurar la conciencia de los niños en este sentido. Citaba directamente al Papa, que lo dice regresando de su viaje a Georgia. Algo semejante dijo en Polonia a los obispos. No tengo doctrina mía, particular y originalísima. Sigo la enseñanza de los papas, y en este momento del papa Francisco a pie juntillas". Y por supuesto, Cañizares, distingue muy bien los aspectos doctrinales de las cuestiones personales. Por ejemplo, en el tema de los divorciados, a propósito de la “Amoris Laetitia”, no se arredra de confesar que el mismo en su entorno familiar y cercano tiene situaciones de divorciados: “en mi propia familia. Aquí tengo una colaboradora que también lo está. Acojo a todos, no excluyo absolutamente a nadie. La Iglesia es presencia de Cristo, y Cristo acogió a todos”. Nada más lejos de la realidad…
En cuanto a otro tema, que hizo correr mucha tinta, el de la inmigración, clarifica: “Lo único que dije es que había que tener cuidado en una recepción indiscriminada porque podía haber penetración de gente que venía con otras intenciones. ¿Me equivoqué? No… No califiqué a la inmigración, sino a algunos de sus inmigrantes que vienen con otras intenciones. Tenía mucha información… No me arrepiento de haberlo dicho, porque no dije nada en contra de los inmigrantes. La diócesis de València recibe más inmigrantes que todas las instituciones civiles jun- tas. Eso está impulsado por Antonio Cañizares. Por tanto, no me contradigo. Aquello se tergiversó totalmente y lo lamento y porque ojalá los hechos no me hubieran dado razón”. Ahí queda claramente su posición con sus propias palabras.
Cañizares, se precia de su amistad y cercanía con muchos políticos de antaño y de ahora. Su talante dialogante y su tenacidad son innegables. La amistad que mantiene con muchos políticos le viene de su cercanía y dominio de la corta distancia, pero también de la autenticidad y firmeza de sus posiciones, cuando se trata de defender los intereses de la Iglesia. No le va el pasteleo, y probablemente se ha encontrado enfrente con personas del mismo talante. Por eso afirma: “En todas las partes que he estado siempre he tendido la mano para que todos respondamos a las necesidades del bien común”.
En esta entrevista clarifica otro aspecto que, como afirmaba recientemente Jose Manuel Vidal en un artículo en este digital, le ha perseguido lastrando su imagen. La historia de la famosa “Capa Magna”, sin duda le ha perjudicado notablemente. En este sentido afirma claramente: “Los sacerdotes griciglianos son una comunidad muy tradicional y habían ido otros cardenales antes que yo. A todos se les había puesto la capa magna. Pregunté si eso me lo tenía que poner y me dijeron que era el ritual. Por humillación, acepté. Antonio Cañizares no es de boato. Aquello fue una de las cosas más humillantes que tuve que hacer en mi vida…Debía respeto a esas personas”. Que cada uno piense lo que piense, pero esa es su explicación personal.
Finalmente, en cuanto al valenciano en la liturgia, afirma, sin tapujos: ”En eso estamos. No soy yo solo, los tres obispos de la Comunitat Valenciana. Queremos la misa en valenciano de manera habitual. En Utiel no, porque somos churros, pero curiosamente un valenciano churro tiene un gran interés en que el misal en valenciano sea una realidad cuanto antes”. Sin duda, esta es una carencia que se arrastra desde hace décadas, y que hasta ahora, no ha encontrado solución definitiva. Esperemos que, muy pronto, la Iglesia Valentina tenga su propio misal en la lengua vernácula.
Una invitación a leer la entrevista, ya que es muy clasificadora de otros muchos temas: la Universidad Católica, la Vicepresidencia de la Conferencia Episcopal…
Algunas anécdotas que cuenta ya las conocía directamente de el, pero por respeto a la confianza que tuvo, no he querido referirme nunca a ellas. Recuerdo cuando nos relataba esa cena con el Cardenal Bergoglio antes del cónclave, en la que no se hablaba de nombres, sino de criterios. Y lo que sucedió posteriormente, después de la elección. Lo narraba con mucho cariño, se le notaba la cercanía al Papa Francisco. Así lo cuenta: “Antes del Cónclave invite a comer a casa al cardenal Bergoglio y a otros dos cardenales amigos, para hablar sobre qué tipo de papa elegíamos, no la persona, sino el tipo. Pensaba que deberíamos elegir un nuevo San Francisco que reconstruya la Iglesia de San Damián, que es solo Dios, como nos ha revelado Jesucristo en las bienaventuranzas. Un papa sobre todo de la pobreza, de la paz y la misericordia. Bergoglio y los otros dos cardenales asintieron que ese tipo sería muy bueno…Y añadí una nueva, que el nuevo papa sea un religioso”. Sin duda, se acercó mucho a la diana.
En cuanto al tema de las “cuestiones de genero”, fui testigo directo del acoso mediático que tuvo que sufrir durante varias semanas, incluso muchas agencias mediáticas, interpretaron su viaje a Roma, en pleno apogeo, como una llamada al orden por parte del Papa Francisco. Lejos de la verdad, ahora también se puede decir; ese viaje estaba programado desde hacía varias semanas, y los temas que iba a tratar con el Santo Padre no tenían nada que ver con la polémica. Y como afirma en la entrevista en el tema “gender” no se aparta un ápice de la doctrina y visión del Papa: “El papa Francisco dice que es de las mayores maldades que hay, desfigurar la conciencia de los niños en este sentido. Citaba directamente al Papa, que lo dice regresando de su viaje a Georgia. Algo semejante dijo en Polonia a los obispos. No tengo doctrina mía, particular y originalísima. Sigo la enseñanza de los papas, y en este momento del papa Francisco a pie juntillas". Y por supuesto, Cañizares, distingue muy bien los aspectos doctrinales de las cuestiones personales. Por ejemplo, en el tema de los divorciados, a propósito de la “Amoris Laetitia”, no se arredra de confesar que el mismo en su entorno familiar y cercano tiene situaciones de divorciados: “en mi propia familia. Aquí tengo una colaboradora que también lo está. Acojo a todos, no excluyo absolutamente a nadie. La Iglesia es presencia de Cristo, y Cristo acogió a todos”. Nada más lejos de la realidad…
En cuanto a otro tema, que hizo correr mucha tinta, el de la inmigración, clarifica: “Lo único que dije es que había que tener cuidado en una recepción indiscriminada porque podía haber penetración de gente que venía con otras intenciones. ¿Me equivoqué? No… No califiqué a la inmigración, sino a algunos de sus inmigrantes que vienen con otras intenciones. Tenía mucha información… No me arrepiento de haberlo dicho, porque no dije nada en contra de los inmigrantes. La diócesis de València recibe más inmigrantes que todas las instituciones civiles jun- tas. Eso está impulsado por Antonio Cañizares. Por tanto, no me contradigo. Aquello se tergiversó totalmente y lo lamento y porque ojalá los hechos no me hubieran dado razón”. Ahí queda claramente su posición con sus propias palabras.
Cañizares, se precia de su amistad y cercanía con muchos políticos de antaño y de ahora. Su talante dialogante y su tenacidad son innegables. La amistad que mantiene con muchos políticos le viene de su cercanía y dominio de la corta distancia, pero también de la autenticidad y firmeza de sus posiciones, cuando se trata de defender los intereses de la Iglesia. No le va el pasteleo, y probablemente se ha encontrado enfrente con personas del mismo talante. Por eso afirma: “En todas las partes que he estado siempre he tendido la mano para que todos respondamos a las necesidades del bien común”.
En esta entrevista clarifica otro aspecto que, como afirmaba recientemente Jose Manuel Vidal en un artículo en este digital, le ha perseguido lastrando su imagen. La historia de la famosa “Capa Magna”, sin duda le ha perjudicado notablemente. En este sentido afirma claramente: “Los sacerdotes griciglianos son una comunidad muy tradicional y habían ido otros cardenales antes que yo. A todos se les había puesto la capa magna. Pregunté si eso me lo tenía que poner y me dijeron que era el ritual. Por humillación, acepté. Antonio Cañizares no es de boato. Aquello fue una de las cosas más humillantes que tuve que hacer en mi vida…Debía respeto a esas personas”. Que cada uno piense lo que piense, pero esa es su explicación personal.
Finalmente, en cuanto al valenciano en la liturgia, afirma, sin tapujos: ”En eso estamos. No soy yo solo, los tres obispos de la Comunitat Valenciana. Queremos la misa en valenciano de manera habitual. En Utiel no, porque somos churros, pero curiosamente un valenciano churro tiene un gran interés en que el misal en valenciano sea una realidad cuanto antes”. Sin duda, esta es una carencia que se arrastra desde hace décadas, y que hasta ahora, no ha encontrado solución definitiva. Esperemos que, muy pronto, la Iglesia Valentina tenga su propio misal en la lengua vernácula.
Una invitación a leer la entrevista, ya que es muy clasificadora de otros muchos temas: la Universidad Católica, la Vicepresidencia de la Conferencia Episcopal…