¿Navidad, el fracaso de la utopía de Dios o la apuesta por el hombre?

Resuenan en nuestro corazón esas palabras del salmista, que siglos antes de nuestra era, convirtió en oración ese interrogante, premonitorio de la Encarnación:¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? (salmo 8)

Tanto a nivel personal, como comunitario y eclesial debemos romper la rutina para abrirnos al Dios que quiere sorprendernos y mostrarnos esos caminos “vírgenes” a los que alude el poeta León Felipe.

vivamos nuestras incoherencias y contradicciones con la tensión fecunda de caminar en la dirección de Jesús de Nazaret, aunque nos quedemos a mitad camino, pero no nos paremos. Del esfuerzo de todos y cada uno depende la habitabilidad y sostenibilidad de este planeta.

En estos días que hemos recordado el nacimiento de Jesús, el hijo de Dios, nos sentimos como seres humanos fortalecidos en nuestra Humanidad. Ni más ni menos el Hijo de Dios ha asumido la naturaleza humana. Resuenan en nuestro corazón esas palabras del salmista, que siglos antes de nuestra era, convirtió en oración ese interrogante, premonitorio de la Encarnación:¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? (salmo 8). El poeta muestra su admiración de que el Dios Creador se preocupe de un ser tan insignificante como el hombre. Sin embargo, el hombre, creado a “imagen y semejanza de Dios” por llevar el sello de lo divino en su alma ha recibido “el mando sobre las obras de tus manos, todo lo sometiste bajo sus pies”.  Una responsabilidad inmensa, ya que ante el hombre desfila todo lo creado. 

La Navidad nos recuerda que la humanidad, asumida por Dios, es un mensaje de paz. El relato de la Navidad nos sitúa en la esfera del significado profundo de la paz. El sueño del Hijo de Dios, hecho hombre,  nos convoca cada día a hacer posible esa tarea inacabada, pero siempre necesaria. 

Paz significa abrir espacios nuevos e inéditos en nuestra relación con Dios, tomando como modelo a Jesús. A vino nuevo “odres nuevos”. Tenemos que explorar nuevos caminos para sentir al Dios de Jesús cada vez más presente en nuestras vidas, y así creernos de verdad que existe y da sentido y camino a nuestras vidas…Tanto a nivel personal, como comunitario y eclesial debemos romper la rutina para abrirnos al Dios que quiere sorprendernos y mostrarnos esos caminos “vírgenes” a los que alude el poeta León Felipe. Pero sin temor…El Papa Francisco decía recientemente que el que tenga miedo, no se apunte a esta aventura.

La paz es tomarnos muy en serio  la hermosa tarea de crear la fraternidad universal, a la que nos convoca el Papa Francisco en “Fratelli tutti”. Una fraternidad dinámica y real. Una fraternidad que actúa desde el círculo más cercano a nosotros y se expande hasta llegar a los confines de esta tierra.  Y real porque se verifica en nuestra cotidianidad. Podemos hacerla posible desde la solidaridad con los rostros cercanos y lejanos, rostros de los descartados y desheredados de este mundo. Si yo ya no puedo ir al encuentro de los lejanos, con mi dinero, puedo hacer posible que otros vayan en mi nombre. Y con los de cerca, se pueden hacer muchas cosas con iniciativa y cercanía. Nos esperan muchos voluntariados, medida de las posibilidades de cada uno…A soñar despiertos con imaginación creadora nos convoca cada día el Papa Francisco. La transformación de este mundo en un mundo más justo y más humano nos llama y nos espera.

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Y, finalmente, la paz es la armonía con lo creado. La “Laudato si” del Papa Francisco nos anima a darle la vuelta a las cosas. No podemos seguir así. El hombre, desde su libertad, esta despreciando a la naturaleza, y ésta se está rebelando cada vez más con más fuerza. Empieza a hartarse de este hombre depredador, que ha traicionado el designio de Dios para con la naturaleza. En este campo se impone una reflexión seria y profunda. A cada uno de nosotros nos toca autoanalizarnos para ver con sinceridad dónde nos encontramos y qué más podemos hacer. Muchas decisiones exceden nuestras posibilidades, pero empecemos a actuar con las que nos tocan de cerca. El reciclado de la basura de nuestros hogares nos es una acción banal, ni tantas y tantas pequeñas acciones que están al alcance de nuestras manos. No podemos dejar a nuestros nietos un Planeta exhausto y rebelde, porque sus cabreos son cada vez más graves y las consecuencias terribles. No vaticino un apocalípsis, pero por ejemplo el Covid no es fruto del azar, sino de la libertad del hombre y su ruptura con la naturaleza.

¿Qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? Nos preguntábamos al inicio de este artículo. La primera respuesta a ¿qué es el hombre? sería calificarle de irresponsable, ya que no ha cubierto ninguno de los deberes que el niño de la Navidad nos propuso al hacerse hombre. ¿Cabría pensar que Dios se ha equivocado o que el hombre es el fracaso de la utopía de Dios? Dicho esto vivamos nuestras incoherencias y contradicciones con la tensión fecunda de caminar en la dirección de Jesús de Nazaret, aunque nos quedemos a mitad camino, pero no nos paremos. Del esfuerzo de todos y cada uno depende la habitabilidad y sostenibilidad de este planeta. Dios sigue apostando por nosotros para sus sueños, y quiere que estos sean cada vez más también los nuestros.

Frei Betto: Feliz 2021
Frei Betto: Feliz 2021

En el año que se nos viene encima vacunémonos también contra la insolidaridad, la irresponsabilidad fraterna y el pasotismo ecológico. 

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