Entre los datos que intenta averiguar la Fiscal Anticorrupción en el procedimiento y juicio que se sigue en la Audiencia Nacional es desde cuando se sabía que el Papa Benedicto XVI iba a venir a España, por si esta información privilegiada en su día hizo moverse con soltura y a sus anchas al Grupo Correa-Gürtel para lucrarse –como presuntamente lo hicieron- quedándose con la organización del viaje y obteniendo pingües ganancias en la dilapidación de 7 millones de euros de la televisión autonómica pública Canal 9, la cual acabó siendo liquidada y cerrada.

Desde hace una década, las diligencias policiales y judiciales están en marcha y en el último minuto del partido, de la sesión correspondiente a este jueves, saltó una de las evidencias que la Fiscalía deseaba encontrar para sustentar ante el Tribunal juzgador su hipótesis e intuición de que a través de la banda Gürtel fueron perpetrados diversos delitos de los que se lucraron unos cuantos a costa de la organización técnica de la visita del Papa a Valencia, entre ellos  información privilegiada, tráfico de influencias, contrataciones amañadas, defraudación y malversación de caudales públicos.

El secretario de García-Gasco

Fue interesante para la crónica de tribunales la larga jornada en la que el último en comparecer, pasadas las tres de la tarde, fue Antonio Corbí Copoví, quien fuera secretario particular del cardenal arzobispo de Valencia, Agustín García Gasco-Vicente, uno de los dos apoderados comisionados –el otro era Enrique Pérez Boada, del PP, director del Instituto Valenciano de Finanzas-  de la Fundación de la Comunidad Valenciana para el V Encuentro Mundial de las Familias, tutelada por un patronato que integraba al Arzobispado de Valencia, Generalidad Valenciana, Diputación Provincial y Ayuntamiento de Valencia, cuando los tres organismos oficiales estaban gobernados por el PP.

La tesis que defendió Corbí en estrados fue la celebración del V Encuentro Mundial de las Familias en Valencia se sabía desde 2003, cuando lo anunció Juan Pablo II, quien murió suspendiéndose todo, hasta que el proyecto de Valencia se reactivó en junio en junio de 2005 con Benedicto XVI, pero sin la constancia de la asistencia del Papa “hasta muy entrado 2006”. Manifestó no haber intervenido nunca en nada de la organización, ni en la logística del evento, indicando que las indicaciones principales llegaron del cardenal Alfonso López Trujillo y de la Sala Stampa del Vaticano. “Yo estaba en el ámbito eclesiástico y en esas cuestiones no entraba, no sabría decir que personas eran las que tomaban aquí las decisiones”, dijo Corbí a las preguntas de la Fiscal, que quiere saber quien filtró, negoció, compadreó o avisó a los ahora acusados para que pudieran movilizarse y maniobrar para conseguir quedarse con la logística del acto y su retransmisión.

Y fue el abogado que representaba los intereses defraudados de la televisión autonómica valenciana quien, utilizando el semanario de la Diócesis “Paraula”, de 5 de junio de 2005,  desmontó el aserto de Corbí al leer textualmente dos párrafos de una carta a los diocesanos que escribió y publicó el arzobispo García Gasco, en la que el prelado textualmente  hablaba ya de la “confirmación de la presencia del Papa”, “la venida del Santo Padre al Encuentro Mundial de las Familias”, lo que “nos alegra”. De la carta publicada en “Paraula” tomó buena nota la Fiscal, para consolidar su teoría de que se adjudicó la instalación de pantallas y megafonía para el acto al combinado Teconsa-Gürtel, que se forró con la operación. Sólo el director de Canal 9, Pedro García, se embolsó medio millón de euros como comisión por adjudicar a los gurtelianos los servicios.

Campos: todo dependía del arzobispo

Momentos antes había declarado como testigo también el ex vicepresidente del Consell valenciano, Víctor Campos, quien vino a decir que todo dependía del arzobispo y las actas de las reuniones de la Fundación estaban residenciadas en el arzobispado y “siempre la Iglesia era la que decidía y tomaba las decisiones”. Que RTVV Canal 9 fuera el broadcaster  para la cobertura mundial televisiva de la visita del Papa “fue una propuesta del arzobispo”.  Y de ahí se encargó también a Canal 9, sin saber quien lo hizo, el alquiler de las pantallas y la megafonía a Álvaro Pérez (a) El Bigotes, gurteliano, aunque de algunas cosas como las mochilas, se encargó el arzobispado.

Anteriormente había comparecido como testigo el ex presidente de la Generalitat Valencia, Francisco Camps, quien estuvo altanero con la Fiscal Anticorrupción, lo que le valió por seis veces que el presidente del Tribunal le cortara y amonestara por su actitud y palabras. Negó tener una relación de confianza con Álvaro Pérez, dijo no saber era presidente honorario de la Fundación de la visita del Papa hasta muy tarde y la Fiscal tuvo que mostrarle el acta de constitución de la misma de 2004, donde así queda establecido, acto en el que él mismo estuvo presente. A tono con lo manifestado dijo no saber nada de cómo se había tomado decisiones ni contratado para el evento.

Dijo que a Roma había ido al nombramiento como cardenal de Antonio Cañizares, pero no con Álvaro Pérez, “con él no voy ni a la vuelta de la esquina” y negó que le hubiera dicho a Pedro García, director de la televisión autonómica que él mismo nombró, el que en el asunto de la visita del Papa “dijera que sí a todo lo que le decía la Iglesia”.

El abogado de la acusación particular (PSOE) le preguntó sobre su amistad con Álvaro Pérez, que Camps acaba de decir era una relación profesional “porque hacía cosas para el partido”, dado que fue a su boda y tenía su teléfono particular. Le cuestionó por la llamada que Pérez le hizo el 24 de diciembre de 2008, grabación que consta en autos. Dijo que él a amigos y colaboradores suele felicitarles la navidad, pero el letrado contestó que no era una llamada suya a Pérez, sino al revés, “una auténtica novedad es el señor Pérez el que me llama a mí, me despeja una gran duda”, dijo Camps.

Ante la duda sembrada, el letrado de la acusación pidió se pusiera la grabación aludida en la que Pérez llama a Camps y éste antes de pronunciar palabra ya ha reconocido por el número a Pérez, quien dice: “Presidente, feliz amiguito del alma, , contarás durante muchos años con mi lealtad”. Y Camps le contesta: “Hijo de puta, durante muchos años, durante toda la vida”.

El primero que había abierto las declaraciones fue Juan Carlos Rincón que trabajó para la empresa Orange Markt como técnico especialista para montaje de este tipo de actos. Manifestó claramente que un año antes de la visita del Papa a Valencia ya había estado en Roma y en Colonia para saber qué y cómo se hacía en este tipo de actos masivos con presencia del pontífice y que era a través de Álvaro Pérez el conducto de transmisión de las noticias de lo que se quería hacer en Valencia, de las modificaciones que iban surgiendo, y se dedicó a buscar localizaciones y estudiar técnicamente las soluciones con los técnicos de Canal 9, lo cual dijo que su costumbre era anticiparse a los posibles encargos que le pudieran hacer, por si al final se conseguía la adjudicación. Al final los contratos de pantallas y megafonía no salieron a concurso, se adjudicó, sin más. Para Rincón, Álvaro tenía alguna relación con Camps, con éste fluída y de confianza,  y Campos

Y fue llamado a testificar el abogado de Orange Market, César Tomás Martín Morales, revisor de los pliegos de condiciones del concurso, a quien la Fiscal preguntó si era normal que los que pretendían concurso tenían hechos ya los pliegos que deberían salir de los organismos oficiales. Y o sabía si RTVV era un organismo público o privado. Dijo no haber estado en la firma del contrato de Canal 9 con Teconsa el 10 de mayo de 2006.