Hoy se celebra en España la Jornada de Oración por las víctimas y supervivientes de abusos Regenerar la confianza
El 20 de noviembre se celebra en España la Jornada de Oración por las víctimas y supervivientes de abusos, por la protección de los menores y de las personas vulnerables. Es un día importante de toma de conciencia. También la oración sincera ayuda a la comunidad cristiana en esa toma de conciencia
Dios quiera que también una jornada de oración como la del día 20 de noviembre en la Iglesia de España nos ayude a generar concretamente responsabilidad comunitaria que nos permitan no sólo prevenir sino también interceptar y contrarrestar el abuso en cada una de sus posibles formas -psicológico, físico, espiritual, sexual, de conciencia- y en sus síntomas, promoviendo el cuidado de las relaciones como salvaguarda de la entrega y el bien que la Iglesia realiza hacia los menores y los vulnerables
El 20 de noviembre se celebra en España la Jornada de Oración por las víctimas y supervivientes de abusos, por la protección de los menores y de las personas vulnerables. Es un día importante de toma de conciencia. También la oración sincera ayuda a la comunidad cristiana en esa toma de conciencia.
Cuando se produce un abuso eclesial, nunca afecta sólo a la víctima y a su perpetrador, sino al contexto, es decir, a la comunidad cristiana a la que ambos pertenecen y que los unió. La comunidad cristiana se ve afectada en su esencia natural: la belleza, la bondad, la verdad de la comunión.
Y en el origen de la comunión, como de cualquier otra relación auténticamente humana, está la confianza. En el origen del abuso en todas sus formas está la traición de la confianza. Es necesario regenerar la confianza para recordar a la comunidad cristiana su responsabilidad de hacer todo lo posible para reparar el mal realizado y poner la educación en la confiabilidad en el centro de su renovación, para que siempre y sólo tejamos redes para el bien y nunca más redes de abuso, de apropiación, de falta de respeto, de usurpación...
Escucha y petición de perdón
Para restablecer y lograr la confianza son necesarios la escucha de las víctimas y la petición de perdón. Pero también es necesaria una cultura de la prevención que muestre el rostro de una Iglesia atenta a la custodia de las personas más débiles y frágiles. Precisamente porque las víctimas y los supervivientes reclaman una actuación decisiva de no repetición de los abusos.
Una Iglesia atenta a la atención, al cuidado, a la tutela es una Iglesia que sitúa la formación en todo ello como una acción intrínseca a su misión educativa. Es una Iglesia que tiene el coraje de educar a sus miembros para ver lo que parece increíble, lo que se nos escapa,…, para detenernos y revisar con transparencia y responsabilidad. Es fortalecer conscientemente la confianza.
Una Iglesia atenta a la custodia es una Iglesia que trabaja para generar una "buena" memoria en los futuros menores adultos, que crea las condiciones para que la comunidad cristiana sea una casa - un hogar - de acogida segura, en el que experimentar la belleza del encuentro y de la comunión. Significa hacer de la Iglesia un lugar seguro en sí mismo, pero también un lugar centinela de los abusos que se han producido en otros lugares y que contribuye a romper la cadena de violencia, superando el riesgo de indiferencia y de la victimización ambiental.
Marcar la diferencia
Una Iglesia que se reconoce depositaria de confianza es una Iglesia que responde a la necesidad humana de seguridad y reciprocidad que todos tenemos. Es, por tanto, tarea de la Iglesia seguir reforzando la posibilidad de que nuestra humanidad crezca, y continuar fortaleciendo que cada uno, adoptando un estilo relacional acogedor y responsable, podamos marcar la diferencia humana para el otro y para nosotros mismos, para el conjunto de la comunidad cristiana… y humana.
Y seguramente hasta nos queda camino en la Iglesia para continuar aprendiendo a rendir cuentas a las familias y a los menores por la confianza recibida, mediante la información transparente y la cooperación en las actividades eclesiales con menores, tanto en la planificación como en la verificación de los caminos recorridos.
Educar, proteger, salvaguardar
Educar es proteger, y proteger es educar. Porque “proteger” en su etimología es también “observar”. Observar es el primer movimiento de una acción educativa que es tal, es decir, que apoya el cambio, pero que también está atenta a los cambios imprevistos y repentinos, a las exclusiones y a la exclusividad en las relaciones. Salvaguardar no es sólo situarse bajo una mirada segura, que favorece la evolución y el bienestar personal y comunitario, sino que es permitir que el otro emerja por lo que es, pensarlo, tratarlo y reconocerlo en su diferencia, ser respetado y valorado, siempre y en todo caso como valor supremo.
Promover la generatividad social, es decir, cuidar a los menores como generación futura, para hacer posible que en el futuro ocupen responsablemente su lugar en el mundo y en la Iglesia
En otras palabras, es aprender el arte de expresarse en el cuidado responsable, que caracteriza toda relación educativa como tal, es decir, permitir que se desarrollen las potencialidades y los talentos, proteger la vulnerabilidad para el crecimiento armónico del niño y del adulto en su responsabilidad relacional, bajo una buena mirada y en el placer de estar cerca del otro con cuidado y respeto. Es promover la generatividad social, es decir, cuidar a los menores como generación futura, para hacer posible que en el futuro ocupen responsablemente su lugar en el mundo y en la Iglesia.
Dios quiera que también una jornada de oración como la del día 20 de noviembre en la Iglesia de España nos ayude a generar concretamente responsabilidad comunitaria que nos permitan no sólo prevenir sino también interceptar y contrarrestar el abuso en cada una de sus posibles formas -psicológico, físico, espiritual, sexual, de conciencia- y en sus síntomas, promoviendo el cuidado de las relaciones como salvaguarda de la entrega y el bien que la Iglesia realiza hacia los menores y los vulnerables.
Etiquetas