Letanía de Navidad (Si no os hacéis como niños...)

Me puse a colgar adornos en una guirnalda. De repente me vi reflejado en una de esas bolas de cristal. Mi imagen era pequeña, insignificante, ridícula. Me quedé mirando aquella esfera y me envolvió mi niñez.

Por la convexidad de aquel adorno comenzó a pasar mi alegría infantil. Me vi recogiendo musgo en el pinar cercano. Me vi corriendo, escaleras arriba, a la buhardilla para buscar las piedras de chiscar -mis tesoros- y ponerlas en mi pequeño belén. Sentí cómo mi ternura infantil limpiaba las figuritas de barro y las colocaba delicadamente sobre el serrín de aquella minúscula intemperie donde nacía el Niño.

Fue entonces cuando dejé los adornos y me puse a escribir, con los ojos lluviosos, esta letanía. Me embriagaba la inocencia, la pequeñez y el fervor. Cuando -embelesado en mi niñez y en mi oración- escribía despacio, oí una voz que decía: "Si no os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos" (Mt 18,3). Y me dejé empapar por esta íntima plegaria que me hizo feliz.




JESÚS NIÑO + Sonrisa de Dios + Canción de Santa María + Admiración de los Ángeles + Sueño de los Profetas + Caricia de los pequeños + Agua de verano + Ventana para ver llover sin frío + Mañana verde con rocío y sol + Sombra en tarde de calor + Río claro con sauces y luna + Amanecer callado, sin nubes y nieve + Oración divina, pequeña, blanca + Ternura en patena de pajas + Niño y Dios nuestro inmenso:

Dígnate mirarnos, sonreírnos y guiarnos con tu estrella.





LÍBRANOS JESÚS con tu mano frágil, menuda y omnipotente:

De hacerte llorar + De las zancadillas del diablo + De sus techos con estrellas de mentira + De rasgarnos el alma por subirnos a los árboles prohibidos + De no devolverte tu pelota de colores cuando vienes a jugar con nosotros + De enfadarnos y llamar patas de alambre a los otros + De las guerras, que hacen llorar a las madres y secan de hijos y risas los hogares + Del viento fuerte, que no nos deja enterrar canciones en la arena + De todo lo malo, negro, grande y serio:

Líbranos Jesús.




POR HACERTE NIÑO + Por lo que lloraste y reíste + Por todo lo que estorbaste a papá José + Por las veces que le escondiste la garlopa + Por tus carreras detrás de las lagartijas + Por lo que jugaste a lagos, barcas y pescas en la artesa de Mamá, con la cuchara de palo y las hojas de la parra + Por las veces que tapaste los ojos a Madre preguntando: ¿Quién soy? Y Ella respondía: “Mi Dios, hijo, mi Dios” + Por todo lo tuyo, divino, con luz y hacia arriba:

Líbranos Jesús de todo lo malo, feo, sin luz y hacia abajo.




TE ROGAMOS PEQUEÑO JESÚS: Por los malos + Por los buenos que son malos + Por los que no saben reír + Por los que no te conocen + Por los que ignoran que las estrellas son rotos, que hiciste en la noche, jugando a batallas de luz con los ángeles + Y que recortaste la luna para hacerte un aro + Y que nuestra música es un eco de la flauta que te trajeron los Reyes + Por los que te rogamos:

Te rogamos, óyenos.



Pequeño Jesús dormido: Danos la Paz de tu sueño con sabor a pan y villancico + Jesús niño, huidor de sombras: Danos la ingenuidad de tu mirada limpia para huir las sombras y retener las luces, los colores y los cantos + Niño Jesús, niño: Danos la fortaleza de tu debilidad, la grandeza de tu infancia y el extraordinario amor de tu vida ordinaria.




OREMOS: Te rogamos Pequeño y Dios nuestro inmenso, nos concedas ser -como Tú- niños + Con el alma de playa, suave, blanca y abierta + Y los ojos brillantes, ansiosos de Luz y de Madre + Para que podamos alegres, al caer la vida, con la luna tocar la pandereta + Y llenarnos los bolsillos de estrellas + Y jugar a trenes con los mundos + Y poner zancadillas a los ángeles + Y pintarles las alas con tiza + Y reírte eternamente a Ti, Dios pequeño y queridísimo nuestro.


Amén. Amén.

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