Alma espiritual ¿El ser humano tiene alma espiritual?

El alma humana ha sido creada directamente por Dios. Su materia procede de la materia de sus padres, lo mismo que en cualquier otro animal; pero los padres no son capaces de entregar ese plus, que hace que una persona humana trascienda toda la materia

La persona humana sólo puede poseer una dignidad tan alta si es única como ser espiritual, superior a la suma de toda la materia del universo

Que el ser humano es imagen de Dios significa, ante todo, que es capaz de relacionarse con Él, que puede conocerle y amarle, que es amado por Dios como persona

La persona tiene una dignidad única: nadie puede sustituirla en lo que es capaz de hacer como persona

¿La persona humana es una realidad compuesta de cuerpo y alma espiritual? No hablamos aquí del dualismo platónico de alma y cuerpo, y de que cuando el cuerpo muere permanece el alma. Hablamos de una única realidad, la persona humana que permanece más allá del tiempo y el espacio. El ser humano es inmortal. Hay vida eterna. El alma espiritual es el principio intrínseco organizador de la materia para constituir un cuerpo humano vivo, es decir, una persona humana. El alma humana ha sido creada directamente por Dios. Su materia procede de la materia de sus padres, lo mismo que en cualquier otro animal; pero los padres no son capaces de entregar ese plus, que hace que una persona humana trascienda toda la materia. Respecto de los demás animales podemos decir que cada animal es un miembro más de su especie biológica. Respecto del ser humano, en cambio, decimos que cada uno es por completo único e irrepetible, y que supera, por decirlo así, a la especie en su sentido biológico. La persona humana sólo puede poseer una dignidad tan alta si es única como ser espiritual, superior a la suma de toda la materia del universo. Así, al sabernos creados por Dios y únicos e irrepetibles ante su mirada, accedemos a una conciencia de nuestra dignidad personal, una conciencia basada en la razón natural, coherente con la revelación divina que nos dice que Dios es nuestro padre y que a cada uno lo ha esculpido en el ser como a un hijo único: hemos sido creados por Dios, a su imagen (Gen. I, 27).

Que el ser humano es imagen de Dios significa, ante todo, que es capaz de relacionarse con Él, que puede conocerle y amarle, que es amado por Dios como persona. «De todas las criaturas visibles sólo el hombre es "capaz de conocer y amar a su Creador" (Conc. Vaticano II, Const. Gaudium et Spes, 12, 3); es la "única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma" (Ibid., 24, 3); sólo él «está llamado a participar, por el conocimiento y el amor, en la vida de Dios. Para este fin ha sido creado y ésta es la razón fundamental de su dignidad» (Ibid.,356). Esta es la razón fundamental que distingue al ser humano de los demás seres naturales: ser capaz de relacionarse con Dios. Existen otras diferencias importantes, pero ninguna es tan profunda como ésta. El ser humano es un ser a la vez corporal y espiritual, o sea, un ser que por una parte está unido al mundo exterior y por otra lo trasciende: en cuanto espíritu, además de cuerpo es persona. Esta verdad sobre el ser humano es objeto de nuestra fe, como también lo es la verdad bíblica sobre su constitución a "imagen y semejanza" de Dios; y es una verdad constantemente presentada, a lo largo de los siglos, por el Magisterio de la Iglesia. El ser humano es persona, no es simplemente una cosa. La persona tiene una dignidad única: nadie puede sustituirla en lo que es capaz de hacer como persona. Y sólo entre personas puede darse la amistad y el amor. «Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar»(Ibid., 357).

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