Gran Torino (2008) Clint Eastwood
Eastwood nos ofrece una de sus películas más luminosas. Walt Kowalski es un viejo cascarrabias que acaba de perder a su esposa. Antiguo combatiente de la guerra de Corea, únicamente soporta a su perra Daisy. Reniega de todo el que se acerca, incluidos sus hijos y del padre Janovich, párroco de Highland Park (Míchigan) que tiene como encargo conseguir que se confiese. Contra todo pronóstico, y a pesar de su fobia contra los asiáticos, se hace amigo del joven Thao y de su hermana Sue. Serán estos jóvenes los que ayudarán a que Kowalski vuelva al amor y reconcilie su duro pasado porque “el que ha nacido de Dios, vence al mundo” (2ª Lect.). Lo que hará posible que un hombre violento se convierta en capaz de ser generoso hasta el extremo, construyendo la paz (Ev.) y dando muestras del poder de la bondad (“porque es bueno, porque es eterna su misericordia”).
• ¿Qué provoca en Walt la transformación? ¿Confiaba alguien en su bondad?
• ¿Qué será lo que al final descubre el padre Janovich en Walt? ¿Qué aprenderá de él?
• ¿Por qué su muerte tiene algún paralelo con la de Jesús? ¿Qué logra a través de su entrega?
• Desde esta parábola cinematográfica, ¿qué transformación provoca en nosotros la experiencia pascual? (Orientación para padres y educadores: No recomendada a menores de 13 años con escenas de violencia, palabras fuertes y tensión dramática)