Decía sabiamente Forrest Gump que "tonto es el que dice tonterías". Asegurar que existe una conspiración internacional auspiciada por la UNESCO para volver homosexual a la mitad de la población de mundial es una tontería como la copa de un pino.

El cardenal Ennio Antonelli (que se acaba de ganar el mote de Tontonelli) ha enunciado la majadería anteriormente mencionada. ¿Quién se traga esas tonterías? Pues los tontos. Es más, la UNESCO jamás pretendería volver homosexual a la mitad de la población, fundamentalmente porque la mayor parte que integra y colabora con la UNESCO son heterosexuales. ¿O es que este organismo se ha vuelto majara? Es más fácil interpretar que Antonelli chochea, aunque yo creo que este septuagenario al borde de su jubilación solo dice tonterías.

Pero más tonto es el obispo español Demetrio Fernández, que se cree todo lo que diga Antonelli. O el tal Francisco que pulula por el blog asegurando que existe una conspiración de la UNESCO. Si para ser católico hay que decir tonterías y gilipolleces, a la Iglesia le van a quedar pocos telediarios. Pues a nadie medianamente inteligente le gusta decir gilipolleces.