Las estadísticas de Reig.

Su inteligencia se reduce a decir y creer en lo que le conviene, lo cual no es que sea un obispo tonto, es que va de tonto por la vida. Cuanto más callado esté mejor para él y para la Iglesia.

Sorprende que ahora nos salga sociólogo y nos anuncie que los matrimonios católicos son menos propensos a los malos tratos que las parejas de hecho, muchas de las cuales ni son posibles estimar o contar. Lo cierto es que en un país donde la mayoría de sus habitantes son católicos y se casan por la Iglesia, bastante raro sería que haya pocos matrimonios católicos en el que los cónyuges no acaben en las manos. Querer negar esto, es hacer el indio..


La violencia doméstica afecta a todos, resignémonos. No vayamos a insinuar que a los míos les afecta menos que a los ajenos sin estadísticas serias y oficiales, pues una desagradable sorpresa podemos llevarnos.

Pues el obispo Reig, capaz de recomendar fornicar sin condón a matrimonios con un miembro con VIH, capaz de insinuar que los malos tratos los creó la revolución sexual, y capaz de ver la enseñanza de la homosexualidad en todos los colegios de España, hoy es capaz de insinuar que basándose en su opinión o en una opinión sesgada de un sociólogo de alguna universidad católica, donde por cierto está prohibido publicar lo que no le conviene a la Iglesia. Nada en él es ya de extrañar, ni su imaginación pensando que esto de las técnicas de reproducción asistida den como resultados los bioadulterios, como si las famosas adopciones de niños no puedan dar tal cosa. Todo en él es defender el catecismo, el catolicismo, la vida, el matrimonio y lo que haga falta con la primera gilipollez que se le ocurra.

¿Un obispo moderado? Jose Manuel Vidal en eso se equivocó un día. Reig es de todo menos moderado, de momento está a la sombra de Rouco, pero cuando Rouco sea finiquitado, emergerá el Reig bocazas que todo el mundo conoció en la diócesis de Segorbe-Castellón. Por cierto, todavía está por ver la sucesión de Rouco y Reig no se va a quedar atrás, hará todo lo que esté en su mano para que una vez en declive al cumplir los 75 años el cardenal Rouco, perfilarse como sucesor. Y que mejor forma que ponerse a chillar y decir sandeces como hizo en su momento Cañizares, aunque a este último le salió el tiro por la culata asciendo a donde no quería.
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