Una manifestación que no ha dado saltos de alegría en nadie.

Me cuentan que hay cierto disgusto entre los Kikos, un disgusto relacionado con la manifestación del sábado y la revista Alfa y Omega del arzobispado de Madrid. Los Kikos han invertido mucho en la manifestación de la familia, han aportado dinero y gente y a cambio reciben como pago que ni se les nombre como corresponde en el último número de Alfa y Omega. Apenas dos menciones ligeras de poca cosa ¿querían acaso la portada?. De hecho, se les hace ver como un movimiento muy minoritorio y de escasa presencia y repercusión, con menciones equiparables al Opus Dei y la gente proveniente a los cursillos de cristiandad.

Por otra parte, como no era de esperar de otra forma, el semanario del Arzobispado de Madrid dedica páginas enteras y muchas al Arzobispo Antonio María y curiosamente ninguna a Kiko Argüello. Según me cuentan, se atribuye a un despiste involuntario por parte de la revista. Pues si se disgustan entre ellos o si se despedazan, me alegro y con razón. No creo que lleguen a esto último, una pena, el matrimonio de conveniencia de Rouco y Kiko es demasiado sólido por los intereses que el uno tiene puesto en el otro, y el otro en el uno.

Otro disgusto que me cuentan es la participación. El tiempo fue mejor que nunca, la temperatura, mayor que otros inviernos. La plaza escogida, se debería haber llenado como pretendían. Querían que aquello se desbordase, y sin embargo fue una simple manifestación masiva que no ha superado según las estimaciones ni las cien mil personas. Se achaca como posible excusa, que como vendrá próximamente el Papa, es de esperar que mucha gente de toda España y de Europa no hayan venido porque no encuentran sentido ir dos veces a Madrid.
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