Sobre unas monjas que fueron de listas y han resultado bobas.

Se trata de unas monjas de clausura, tan encerradas todas ellas, tan alejadas y enajenadas de la realidad, que acaban acumulando 1.5 millones de euros en efectivo y un ladrón (o varios) avispado entra en el convento y se lo roba todo. Ocurrió en Zaragoza, y lo han denunciado a la policía. ¿Y ahora que? Si detienen al ladrón, este puede alegar que robó solo 1000 € si no le incautan el botín. Y si se lo incautan, les cae un problemón a las monjas por posesión de dinero negro e incluso quien sabe si por evasión de impuestos.

Es más, la estupidez de las monjas, convertidas en protagonistas por su estupidez, ha llegado hasta tal extremo, que ahora todo hace pensar en cómplices en el interior del convento. Pues, ya me dirán quien conocía de la existencia de semejante botín si ellas son de clausura y ahí no entra cualquiera. Pues mi enhorabuena, y ahora por más que quieran lavar públicamente su fortuna (en muchos billetes de 500 € según dicen ellas), el resultado será que ellas van a ser puestas en la picota y seguro perderán el dinero. ¿Quién asesora a estas idiotas? ¿Es que no saben que un millón y medio de euros puede reportarles alrededor de 50000 € anuales en plazos fijos bancarios?

No es la única estupidez de religiosas de clausura. Hubo algunas que invirtieron dinero en la bolsa o entidades fraudulentas como Gescartera, Afinsa, Forum Filatélico, Eurobank, etc, con resultados de perdida de su dinero. Para invertir dinero en bolsa o en ciertas entidades financieras como las arriba citadas, más vale estar muy enterados de cómo pinta la bolsa y como esta la empresa en la que invierten, o el resultado puede ser el que fue. Pero quien se empeña en aislarse del mundo, terminan recibiendo bofetadas del mundo, y eso les pasó a estas y a aquellas.
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