La situación de Rajoy.

Es más que evidente que quien no es capaz de dar dos puñetazos sobre la mesa le salen enanos por todas partes. Siguen corriendo bajas en el PP, ahora un peso pesado que no es santo de mi devoción como fue Francisco Álvarez Cascos.

En un momento en el que el PP está muy por encima del PSOE y al que más le vale resolver sus problemas internos con relativa tranquilidad, va y se le enquista un problema en Asturias que trae como consecuencia que se largue un peso pesado y numerosos militantes.

No tengo a Cascos como un hombre de gran talla y valor. No le tengo por cobarde como a Rajoy, Álvarez Cascos si sabría dar puñetazos sobre la mesa sin dudarlo. Pero sin embargo, se trata de un hombre bruto y cuadriculado, y eso no le convierte en el mejor de los líderes. En ocasiones habría que transigir y Álvarez Cascos no de esos.

En la primera legislatura de Aznar, fue vicepresidente primero y ministro de la presidencia, pero por diversos motivos, el cargo no lo desempeñó como José Maria Aznar quería. Al parecer según me contaron, se le encargaba preparar los consejos de ministros y él delegaba automáticamente en las secretarias. Por ello en la segunda legislatura, Aznar lo cola en el ministerio de fomento. En fomento dejó patente su fuerte personalidad, un amigo que trabajó allí de funcionario se quejaba continuamente de lo pesado que era el ministro para dar órdenes. Estaba encima más de lo que debería estar. Al parecer le gustaba mandar mucho hasta sobrepasarse, y allí, de tanto puñetazo sobre la mesa terminaba cansando al personal.

Como ministro de Fomento le tocó el famoso Prestige y las famosas zanjas del AVE. Respecto a las zanjas, demostró que no empleaba sus conocimientos de ingeniero de caminos con el cargo. Con el Prestige, no se sabe bien que pasó con Álvarez Cascos, su gestión no fue en mi opinión ni buena ni mala. O una de dos, o metía el barco en una ría y se cargaba la ría salvando parte del litoral. O hundía el barco con la esperanza que las bajas temperaturas solidificasen el fuel y así poder extraerlo después. En su caso, optó por esta última vía. La mala suerte o bien sus asesores dieron al traste con todo. Cuando se quisieron dar cuenta, el fuel sólido era menos denso que el agua y este se escapaba en forma de hilillos que llegaban como chapapote a la superficie. En cualquier caso, su gestión vuelve a dejar que desear, más incluso cuando no se entendía el extraño paseo que dio el barco. Y es que al parecer dicen que intentó meter en aguas de Portugal el barco.

Creo que el principal activo de Álvarez Cascos nunca fue tener cargos de responsabilidad en los que dar órdenes. Tal vez su mejor activo es comportarse como político sin cargos de responsabilidad. Su forma de ser atrae cierto perfil de votantes del PP, y si se hubiera contado con él para ser cabeza de lista por Asturias o para ser mano derecha o izquierda de Rajoy, seguramente le habrían sacado más partido que como le sacó Aznar como ministro o vicepresidente.

Volviendo con Rajoy, es lamentable que cuando más debía hablar España de la subida de luz y el gas, la subida del paro que veremos este lunes o martes, el PP lance una cortina de humo que sin duda siembra de desconcierto a los votantes del PP y deja en evidencia el liderazgo de Rajoy. Poco le va a afectar en esto a la intención de voto del PP, pero decisiones como la de Cascos juega en contra del propio PP, por ejemplo en que tal vez por esta mala jugada el PP no consiga la presidencia del Principado de Asturias.

El PP ha perdido mucho con la partida de Maria San Gil y la de Álvarez Cascos. Son pesos pesados muy valorados entre el electorado conservador. Sin duda esto no ayudará a Rajoy, más bien al contrario.
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