Este tipo ha dejado de ser un científico.

Un supremo imbécil como es él, pues si tuviera dos dedos de frente, jamás realizaría declaraciones que ponen en serio peligro la salud y la vida de las personas. Luc Montanier descubrió el VIH y va a resultar que no sabe nada acerca de lo que descubrió. A individuos como este debieran inocularles el VIH para ver si ponen en práctica sus enseñanzas con ellos mismos. Si razón tuviera, hace mucho que una lumbrera se habría dado perfecta cuenta, pero por el contrario, los casos curados de VIH que a día de hoy me constan por la prensa solo son dos y uno de ellos es autentico milagro natural porque nada hizo la medicina y además el individuo ni siquiera se entregó a los consejos de Montagnier.

Afirmar que el VIH se cura con antioxidantes, buenos alimentos e higiene es tan absurdo como darle un premio Nóbel a un tipo que solo sabe tirarse pedos al aire. Sospecho que los premios Nóbel no hacen más que desacreditarse al no hacer un exhaustivo examen del individuo premiado.

Lo último que escuche de Luc Montagnier es que se apunta a investigar chorradas homeopáticas como el turbio asunto ese de la memoria del agua. Y como un científico serio jamás habla de energías negativas o positivas, esas que causan malas o buenas vibraciones astrológicopsicologicas, Montagnier va a hablar del último grito de los científicos extraviados, las ondas electromagnéticas. Ahora resulta que dichas ondas lo van a curar todo, van a conseguir tratamientos increíbles que quebrarán a las farmacéuticas.

Os coloco este documental, donde el sujeto impresentable este nos anuncia la curación del SIDA comiendo bien y achacando la epidemia del SIDA en África a que en dicho continente se come muy mal y a la escasez de higiene.

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