Una semana apasionante, en lo informativo, y en lo religioso, que os hemos contado, como siempre, los primeros, en Religión Digital

Una semana que tuvo su origen al mediodía del domingo cuando, al fin, el Papa Francisco sacó un pequeño papel doblado del bolsillo y leyó los nombres de los 21 nuevos cardenales que, desde el 7 de diciembre, formarán parte del Senado de la Iglesia católica.

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El décimo consistorio de su pontificado fue, como siempre, una sorpresa, y los primeros análisis permiten indicar dos cosas: en primer lugar, la preferencia de las periferias; en segundo término, los perfiles innovadores y creativos de muchos de los creados, que ya os hemos contado en RD.

Una semana con un magnífico nombramiento para Sant Feliu en la persona del dominico Xabi Gómez, y que nos ha dejado las primeras discusiones en un Sínodo de la Sinodalidad que, hoy por hoy, nadie sabe dónde nos llevará. No se pierdan, por cierto, las crónicas de Luis Miguel Modino, sin lugar a dudas el mejor cronista de lo que está pasando en Roma este mes de octubre.

Pero, sin lugar a dudas, la noticia de más impacto a lo largo de estos siete días ha sido la intervención de la Santa Sede del santuario-oratorio de Torreciudad, la ‘joya’ que Escrivá de Balaguer quiso construir en el Pirineo. Tras meses de conflictos jurisdiccionales y de presiones entre el obispo de Barbastro-Monzón y el Opus Dei, y después de que Pérez Pueyo (como informó en primicia RD) pidiera la intervención de Roma, esta ha nombrado un comisario plenipotenciario para Torreciudad, en la figura de monseñor Arellano, seguramente el mejor conocedor de la legislación canónica del mundo.

Le esperan deberes al enviado papal, que en los próximos meses tomará una decisión que sacudirá y marcará el futuro del Opus Dei, inmerso en la inacabada reforma de sus estatutos, y con una cadena de escándalos que no han hecho sino asomar la patita en investigaciones como las de Gareth Gore o Paula Bistagnino.

También se esperan nuevas, inmediatas, sobre el Sodalicio, otro experimento fallido, y avalado durante décadas por las altas esferas curiales, que nos demuestra cómo los ídolos con pies de barro, siempre, acaban cayendo. Aunque lo hagan haciendo mucho ruido, provocando dolor y dejando muchos muertos a su paso.

Como lo hizo, metafóricamente hablando, el caso de EGG en Madrid. RD les ha ofrecido nuevos testimonios, que se suman a los que siguen llegando a la diócesis, y que deberían hacer que se iniciara, de verdad, un proceso canónico en el que las víctimas tuvieran voz, fueran escuchadas de verdad. Y donde quien la haga, la pague. Son muchas las experiencias de abusos de todo tipo que quedan sin solución, con los supervivientes exigiendo, muchas veces en solitario, justicia. En RD siempre hemos estado, y seguiremos haciéndolo, con ellas. Y contándolo, como siempre, #primero RD. Buena semana.