Arzobispo de La Serena, René Rebolledo, nuevo presidente de la Cech: Presidente del Episcopado chileno: El papa Francisco “nos ha animado a mirar de frente el dolor causado”
Monseñor René Rebolledo afirma que en Chile “se han formado miles de agentes pastorales en prevención y acompañamiento a víctimas” de abusos eclesiásticos.
El papa Francisco “nos ha animado a mirar de frente el dolor causado, ante los abusos ocasionados por miembros de la Iglesia, impulsándonos a construir una cultura del cuidado que impregne nuestras formas de relacionarnos y todo nuestro quehacer eclesial”.
| Aníbal Pastor N. Corresponsal en Chile
El arzobispo de La Serena, René Rebolledo Salinas (65 años), elegido presidente de la Conferencia Episcopal de Chile (Cech) en la asamblea plenaria de abril último, y con los nuevos miembros del Comité Permanente (directiva episcopal), acudieron al palacio de La Moneda a entrevistarse con el Presidente de la República, Gabriel Boric, a quien le plantearon el tema de la seguridad pública revisado en asamblea y de «cómo afrontar los desafíos más relevantes que tenemos como país”. Esta visita que coincidió en los días del asesinato de tres policías en el sur de Chile.
A Boric le señalaron «nuestro ánimo como pastores de colaborar en lo que esté de nuestra parte, como ha sido tradicionalmente la actitud de la Iglesia en Chile, para crear condiciones de paz, de diálogo y entendimiento. Todo aquello en favor del bien común».
Rebolledo fue elegido como presidente de los obispos luego de cumplir varios roles en la Cech y junto a los desafíos de país conversados en La Moneda, sabe que siguen pendientes los desafíos eclesiásticos derivados de los abusos y la implementación del Sínodo de la Sinodalidad.
Por ello, el tiempo que se abre será crucial para determinar si todo queda en solo un relato o si la Iglesia chilena está verdaderamente comprometida con la justicia, la transparencia y la sanación, y en consecuencia, avanzar en credibilidad.
─ ¿Cómo es la comunión entre los obispos chilenos?
─ Doy testimonio que hay un bello ambiente de comunión y participación, como también de fraternidad”, comentó el nuevo presidente a Religión Digital al ser consultado por esta elección. Añadió sobre la comunión episcopal que, en la Cech, “se expresan los pareceres ante determinados temas, discernimos juntos, tanto en asamblea como en pequeñas comunidades de grupos. Se mantiene la unidad y el deseo de colaborar corresponsablemente al bien de la Iglesia, como en los desafíos del país.
"Ese es el espíritu que nos mueve. De manera colegiada nos hemos comprometido a impulsar desde las Orientaciones Pastorales, las que no se pueden comprender sin los procesos de participación y discernimiento eclesial que vivimos desde fines de 2018 en las diversas diócesis del país, en sintonía con el Sínodo de la Sinodalidad, y que hemos experimentado y asumido como un único y gran proceso para buscar la voluntad de Dios y renovarnos en la misión.
“Hemos sufrido por la constatación de los abusos de miembros de la Iglesia en contra de hermanos y hermanas. Por eso valoro el serio trabajo en prevención que se ha estado realizando a nivel país, gracias a Dios, contando con la sabiduría y el aporte de numerosas personas”.
─ ¿Qué ha hecho la Iglesia chilena al respecto?
─ Se han formado miles de agentes pastorales en prevención y acompañamiento a víctimas en estos años, que sirven corresponsablemente en la promoción de ambientes sanos y seguros en las comunidades. Actualmente todas las diócesis cuentan con personas o equipos destinados a la recepción de denuncias y el acompañamiento de víctimas. También hemos avanzado en la concepción que todo agente pastoral, que realiza un trabajo remunerado o voluntario”.
Luego valoró estudios como el documento “Integridad en el Servicio Eclesial” y la publicación “El Abuso Sexual en contextos eclesiales”, del Centro UC Derecho y Religión.
─ ¿Cómo los abusos sexuales han afectado a las vocaciones?
─ El escándalo y dolor provocado por los abusos, unido al descrédito y la desconfianza ambiental frente a las instituciones en general, han afectado notablemente el ingreso a los seminarios. Es una realidad, que debemos asumir y enfrentar en los procesos formativos.
“Esperamos que el Sínodo sobre la Sinodalidad nos aportará, sin duda, elementos valiosos para incluir en los planes y programas relativos a la formación de los futuros pastores”.
─ ¿Cuál es su evaluación sobre la implementación del Sínodo de la Sinodalidad en Chile?
─ La convocatoria del Papa Francisco a un Sínodo sobre la Sinodalidad es un don de Dios, y un signo de los tiempos en sí misma. Es un llamado a mirar nuestra realidad, a escuchar y discernir el querer del Señor en el hoy de la historia. Desde luego, la preparación que se ha realizado ha sido extraordinaria, procurando involucrar a todas las instancias en la Iglesia. La Conferencia Episcopal de Chile ha reunido los aportes de las circunscripciones eclesiásticas del país y los ha enviado puntualmente en sus diversas etapas.
“No imagino otro modo de ser Iglesia en nuestros tiempos, sino caminando juntos. Es nuestra identidad como Pueblo de Dios: Todos corresponsables, según su vocación, sirviendo en la misión evangelizadora de la Iglesia que es llevar el Mensaje de Cristo a los hombres y mujeres de este tiempo”.
¿Y qué opina de los permanentes ataques que recibe el papa Francisco por llevar adelante este proyecto de Iglesia sostenido en la sinodalidad?
─ Lo primero que debo señalar es que el ministerio del Papa Francisco nos ha animado, interpelado y conducido durante sus diez años de pontificado, a través de sus gestos y de su Magisterio. Particularmente en Chile, nos ha animado a mirar de frente el dolor causado, ante los abusos ocasionados por miembros de la Iglesia, impulsándonos a construir una cultura del cuidado que impregne nuestras formas de relacionarnos y todo nuestro quehacer eclesial.
“Por ello, ante su consulta debo decir que entre los obispos y las comunidades que permanentemente acompaño y visito como pastor, el papa Francisco es muy apreciado. Esa es la realidad que constato. Rezamos todos los días por él, procuramos colaborar en su ministerio, como, por ejemplo, acogiendo su enseñanza y particularmente su valiosa iniciativa de un Sínodo sobre la Sinodalidad, en la búsqueda de ser una Iglesia que camina unida en su diversidad de carismas y vocaciones, cada día más profética y esperanzadora, que no se pone ella en el centro, sino a Jesucristo. En ese camino de renovación, la comunión es vital, la que entre otros aspectos se debe evidenciar con la cercanía y fidelidad al Santo Padre, quién es el sucesor de Pedro”.