La universidad y el sueño de una ecología integral "Soñando juntos desde la querida amazonia en la universidad pública"
El papa ha hablado de sueños en su última encíclica. Sueños que buscan la realidad. Pero no están fuera del mundo, son sueños que compartimos muchas personas desde muchos lugares y con el mismo espíritu aunque sea en distintas formas. Hoy ofrezco este signo sacramental de estos sueños papales que se viven en el seno de la Iglesia y del mundo, desde lugares específicos como pueden ser las universidades. La publicación de un artículo científico en una revista de cierto reconocimiento internacional, en el tema de la ecología y la sostenibilidad, nos brindan la ocasión de presentarlo como un fruto de pastoral universitaria que lleva detrás de él más de 20 años de proceso callado en una universidad sencilla como la de Extremadura y su conexión con otra más sencilla como es la universidad de Puyo en la Amazonía. El sueño del Papa está en muchos corazones y es un sueño tan real como estos autores jóvenes universitarios , donde se funde lo europeo y lo amazónico en una fraternidad única.
Desde ahí soñamos con un estudio con-sentido, comprometido, en el que el bien interno y el externo pudieran complementarse en una verdadera armonía. En una universidad con mirada de luces largas, en lo humano, que pudiera ser laboratorio de esperanza y salvación para la sociedad. Con profesionales éticos, coherentes y solidarios, que supieran en qué mundo están y cómo pueden darle lo mejor de su saber y su hacer. En estas mimbres, entraba un sueño del reino: la conexión de nuestra universidad y sus universitarios, alumnos y profesores, con la realidad de pobreza y vulnerabilidad en el mundo, tanto en nuestra sociedad como allende los mares, en lo que llamamos otros mundos, pero que es el mismo mundo. El proceso había de ser largo: concienciarnos, reflexionar, experienciar, ir al terreno en lugares como Perú y otros países de América y África; generar espacios solidarios como Entreculturas, Ingenieros sin fronteras; iniciar grupo de profesores para plantearnos la calidad de la enseñanza y de la universidad; gestar un grupo de innovación docente sobre el desarrollo de las competencias éticas en la universidad; establecer lazos con lugares como la amazonía e implicar universidades de aquí y de allá... compartir vida, saberes, hacer comunión de investigación y servicio atendiendo al bien común e interno.
Hacer esta comunión universitaria a nivel científico, para decir una palabra universitaria sería y profunda sobre lo que es la verdadera solidaridad y el verdadero saber de lo humano y lo divino, incluidas revistas de reconocimiento con cierto grado de selección.... como podéis ver un trecho largo de camino, nada fácil, pero apasionante. Lo hemos vivido en comunidad, en equipo, en universalidad, en salida, en compromiso, y por qué no decirlo: en oración, lectura creyente, eucaristía, fraternidad, en limosna y compartir, en tiempo entregado y sacrificado, en riesgo... pero siempre confiados y con radicalización por gracia de que otro mundo es posible porque el Evangelio así lo propone. Sabiendo que el camino es el de estar dispuestos a perder, arriesgar... pero hacerlo en lo verdadero y en la apuesta por las personas. Lo hemos hecho desde el humanismo cristiano, con instrumentos pastorales sencillos de evangelización como los movimientos de acción católica de estudiantes y de profesionales. Nos hemos unidos a muchas personas de buena voluntad y hemos creído en la bondad de la estructura universitaria, que pese a sus defectos, es un lugar de esperanza donde es posible sembrar, regar, fructicar y cosechar, aunque no sea cuando nosotros queremos, ni dodne queremos, no como queremos. Ahí hemos tenido que aprender que la batuta última la tiene Dios y queda claro que él trabaja de noche cuando nosotros dormimos.
Adela Salas y Thoni Hueras, son hoy los sacerdotes que ponen el altar esta ofrenda de un trabajo universitario que mezcla universidad y amazonia, saberes de acá y de allá, equipo interdisicipliar, opción científica seria y servicio a lo humano y a los grandes problemas que hoy tenemos planteados en el mundo. Lo hacen con la mirada en un lugar que parece pobre, pero es pulmón y corazón de toda la naturaleza y de todos nosotros. Una mirada de altura científica para un problema urgente, una respuesta a un grito urgente al que le ha dado voz el papa Francisco y aquí contestan dos jóvenes universitarios que han llegado a vivir con profundidad lo que es un estudio con-sentido. Para esto y por esto estudian los jóvenes estudiantes católicos en sus procesos de vida y de fe.