Qué torpes y necios sois para entender la Escritura La noche está servida y Él está a la puerta...
Él, resucitado, sueña despierto con su cuerpo la Iglesia, con su familia comunitaria, y hacer soñar al anciano papa Francisco para que le ayude a llamar a nuestras puertas, nos trae un espíritu que ilusiona y envía. Trae alas de altura y libertad, de vida nueva, para un confinamiento de salvación.
Ilusión y misión, dos claves fundamentales para una iglesia evangelizadora que quiere llegar a los hombres con la verdad de la salvación. El camino se hace largo, a veces duro y cuesta mantener los ojos abiertos e ilusionados para una lectura creyente del cansancio y del fracaso histórico, para este momento de pandemia e incertidumbre. Los creyentes se desilusionan, se acomodan, se aburguesan… y volvemos tristes y cansados, hemos de refugiarnos vencidos por la pequeñez de nuestra propia debilidad y pobreza, por nuestra ignorancia. La acedia se impone sobre nuestros corazones. Y ahí vuelve a ponerse a nuestro lado el espíritu anónimo de Jesús, para compartir nuestro camino, para hacer confinamiento con nosotros, para tocar el corazón, para encenderlo y volver a ilusionarnos con su Espíritu resucitado.
La iglesia, cada uno de nosotros, hoy ha de pararse, entrar dentro de nosotros mismos, hablar con Él, desahogarse con El, invitarlo a nuestra pequeña casa oscura, entrar en el atardecer en su intimidad, y permitirle que meta fuego a nuestro corazón, para que se ilumine la noche y podamos volver a la comunidad y a la calle de la vida ilusionados y con el deseo de despertar a otros muchos que también caminan con tristeza desilusionada, a aquellos que esperan un compañero de camino que les encienda con amor y fe sus corazones. Tú y yo podemos ser los discípulos de Emaús, de ida y de vuelta. Aprovechemos que estamos en casa para interiorizar y acogerle para comer el pan de la vida y sentir cómo nos envía de nuevo, con nuevo amor para darnos y saltar de gozo y alegría en la comunidad de lo humano y de lo natural, con el disfrute del evangelio que se hace realidad en la vida.
Ahora es el momento, la noche está servida y Él está a la puerta.