Reseña a libro de Rogelio García Mateo
Rogelio García Mateo, catedrático de la Universidad Gregoriana (Roma), ha publicado: Identità e missione. Il laicato nella Chiesa (Arecne 2017), un verdadero Vademecum para cristianos y cristianas comprometidos en la misión de la Iglesia.
El libro ofrece fundamentos teológicos sólidos sobre el laicado en sus diversos aspectos: el laico al interior de una Iglesia concebida como Pueblo de Dios y como Iglesia de comunión; la corresponsabilidad de los laicos y de la jerarquía en una misión que es común; el campo específico del matrimonio y de la familia; y las posibilidades de despliegue espiritual de la vocación laical en diversos ámbitos seculares. Su brevedad -127 páginas- hace rápida su lectura. Recuerda las líneas maestras planteadas por el Vaticano II, recoge la enseñanza de Christifideles laici de Juan Pablo II e integra el magisterio reciente del Papa Francisco (Evangelii gaudium, Amoris laetitia, Lautado si’).
El autor hace dos propuestas audaces. Con la primera, sugiere ampliar a los jueves el cumplimiento del precepto eucarístico dominical, día que recuerda la institución del sacramento por Jesús y se relaciona estrechamente con el triduo santo. Con la segunda, pide dar mayor importancia al noviazgo como etapa de formación para el matrimonio. No entra en detalles, pero así como para otros sacramentos la Iglesia demanda una larga formación, es razonable ofrecer a los novios una preparación mejor de la que actualmente se les pide. El autor presenta las propuestas con la humildad de quien las expone a la discusión. En mi opinión, la segunda propuesta merece especial atención, aunque su implementación pueda ser compleja.
El autor no cierra ningún tema. Vuelve sobre un asunto decisivo en una Iglesia aún demasiado clerical.
El libro ofrece fundamentos teológicos sólidos sobre el laicado en sus diversos aspectos: el laico al interior de una Iglesia concebida como Pueblo de Dios y como Iglesia de comunión; la corresponsabilidad de los laicos y de la jerarquía en una misión que es común; el campo específico del matrimonio y de la familia; y las posibilidades de despliegue espiritual de la vocación laical en diversos ámbitos seculares. Su brevedad -127 páginas- hace rápida su lectura. Recuerda las líneas maestras planteadas por el Vaticano II, recoge la enseñanza de Christifideles laici de Juan Pablo II e integra el magisterio reciente del Papa Francisco (Evangelii gaudium, Amoris laetitia, Lautado si’).
El autor hace dos propuestas audaces. Con la primera, sugiere ampliar a los jueves el cumplimiento del precepto eucarístico dominical, día que recuerda la institución del sacramento por Jesús y se relaciona estrechamente con el triduo santo. Con la segunda, pide dar mayor importancia al noviazgo como etapa de formación para el matrimonio. No entra en detalles, pero así como para otros sacramentos la Iglesia demanda una larga formación, es razonable ofrecer a los novios una preparación mejor de la que actualmente se les pide. El autor presenta las propuestas con la humildad de quien las expone a la discusión. En mi opinión, la segunda propuesta merece especial atención, aunque su implementación pueda ser compleja.
El autor no cierra ningún tema. Vuelve sobre un asunto decisivo en una Iglesia aún demasiado clerical.