El papel de las Iglesias cristianas en la construcción de Europa, a debate en la Fundación Pablo VI Crociata, presidente de la Comece: "La secularización no es el fin de la religión"
Tomas Halik, profesor en la Universidad Carolina de Praga, advirtió que "si el componente cristiano desapareciera de la cultura europea, el ateísmo puede convertirse en una 'religión de Estado' intolerante, como fue el caso del marxismo-leninismo"
"Estoy plenamente convencido de la renovación de la Iglesia mediante el Sínodo que se encuentra en proceso, porque suscribe el concepto de la Iglesia y puede marcar una nueva fase en la historia de la Iglesia, creando una nueva fase del catolicismo, un catolicismo universal", destacó también Halik
Manuel Barrios, secretario general de la Comece, destacó la importancia "de aprender a escuchamos, aprender a entrar en la perspectiva del otro" en el seno de la Unión Europea, dejando al lado "los cordones sanitarios que aplicamos de forma no apropiada, porque todo el mundo merecer ser escuchado y eso pasa a veces también en el señor de la Iglesia"
"La falta de una Constitución europea nos sigue lastrando", señaló Alfredo Abad, y reclamó a nivel de las Iglesias europeas "una voz conjunta" para construir esa "credibilidad del diálogo que el hecho religioso debe tener con las instituciones europeas"
Manuel Barrios, secretario general de la Comece, destacó la importancia "de aprender a escuchamos, aprender a entrar en la perspectiva del otro" en el seno de la Unión Europea, dejando al lado "los cordones sanitarios que aplicamos de forma no apropiada, porque todo el mundo merecer ser escuchado y eso pasa a veces también en el señor de la Iglesia"
"La falta de una Constitución europea nos sigue lastrando", señaló Alfredo Abad, y reclamó a nivel de las Iglesias europeas "una voz conjunta" para construir esa "credibilidad del diálogo que el hecho religioso debe tener con las instituciones europeas"
"Las iglesias cristianas en la construcción europea: ¿respuesta ante la secularización?" fue el tema de la conferencia de Mariano Crociata, presidente de la Comece, en la sesión vespertina de la Jornada internacional Construcción nacional e internacionalismo en el pensamiento social cristiano: Hacia una ciudadanía europea participativa, dentro del Seminario Permanente ¿Cómo responde Europa? Revolución Digital y transformación del trabajo, organizada este 23 de abril en Madrid por la Fundación Pablo VI, en colaboración con el Instituto Paolo VI de Brescia.
Monseñor Crociata lamentó que "el papel decisivo" que tenían las Iglesias en la creación de "un tejido moral compartido" en Europa, a lo largo del tiempo "se ha convertido en un recuerdo cada vez más débil, con un cambio impresionante, sobre todo a partir de los años 70 del siglo XX, lo que puede tener en la secularización un dato de interpretación adecuado, sobre todo si vemos las vivencias compartidas".
"La relación entre sociedad y religión ha cambiado muchísimo desde hace unas décadas, produciéndose un alejamiento", incidió el obispo italiano, quien aludió a la separación de la política de la religión, "que ya no tiene ninguna influencia sobre los demás sectores, cada uno de cuales ejerce su propia autonomía".
"La secularización no es el final de la religión -prosiguió Crociata-, sino que su profundo cambio en el contexto de un mundo en transformación, significa que el cristianismo se convertirá en una religión que se elige, algo que el sujeto hará suyo, eligiendo entre varias opciones", lo que supone "que abre un espacio positivo al elegir una religión de manera consciente, madura y pensada".
"Algunos van a a Iglesia como hace 50 o 100 años, y no hablemos de nostálgicos o tradicionalistas, que son un mundo aparte", apuntó el presidente de la Comece sobre la vivencia de la fe en algunos segmentos de la población practicante, en medio, por otro lado, de una situación en la que se sigue percibiendo una búsqueda de espiritualidad también en la Vieja Europa, a la que no siempre desde la institucionalidad religiosa se le sabe dar respuesta, sostuvo.
Cambio cultural irreversible
"Luchar contra una secularización imperante e invasiva sería caprichoso, el cambio cultural es irreversible y presenta un fenómeno que es fruto de un proceso muy complejo", afirmó el obispo, "y donde las Iglesias son actores, pero ni los únicos ni los principales", un hecho del que el Vaticano II se dio cuenta, destacó.
En todo caso, Crociata apostó por un diálogo entre las iglesias cristianas y la sociedad europea, teniendo en cuenta que "las comunidades cristianas hacen de caja de resonancia de los humores de la sociedad civil".
"El cristianismo nunca ha perdido la apertura social de la fe, el estar ahí para todo el mundo, con la voluntad de no excluir a nadie sin por ello renunciar a la seriedad y el rigor de una respuesta llena y coherente con su connotación escatológica, que es imprescindible e irrenunciable, lo que creo que tiene que ver con la presencia y la responsabilidad de los cristianos y de la Iglesia cristiana en la integración europea", concluyó el presidente de la Comece.
Tomas Halik, profesor en la Universidad Carolina de Praga, afirmó que "la cultura secular se puede describir como un producto de la cristiandad y existe aún una disputa sobre si realmente es una herejía cristiana o realmente una forma clerical o un hijo no deseado de la Iglesia, emancipado y rebelde", pero no dejó de advertir que "si el componente cristiano desapareciera de la cultura europea, el ateísmo puede convertirse en una 'religión de Estado' intolerante, como fue el caso del marxismo-leninismo".
La oportunidad del Sínodo
"Estoy plenamente convencido de la renovación de la Iglesia mediante el Sínodo que se encuentra en proceso, porque suscribe el concepto de la Iglesia y puede marcar una nueva fase en la historia de la Iglesia, creando una nueva fase del catolicismo, un catolicismo universal", destacó el teólogo.
"Algunos cristianos no obstante temen perder su identidad como parte de este proceso, pero por otra parte considero que esto constituye una gran oportunidad para comprender realmente la identidad cristiana de una forma más profunda, ofreciendo una oportunidad de profundizar en la identidad cristiana y en el mensaje profético de la Iglesia cristiana", concluyó Halik.
Manuel Barrios, secretario general de la Comece, destacó en su turno la importancia "de aprender a escuchamos, aprender a entrar en la perspectiva del otro" en el seno de la Unión Europea, dejando al lado "los cordones sanitarios que aplicamos de forma no apropiada, porque todo el mundo merecer ser escuchado y eso pasa a veces también en el señor de la Iglesia".
"No podemos dar por segura la paz"
Llevando esta cuestión al extremo, y en un contexto de guerra en Europa "y muy cerca de nosotros", aseguró el sacerdote español que "la paz no la podemos dar por segura", apelando a la "solidaridad práctica", oponiéndola a "la imposición ideológica" para "evitar que nadie pueda hacer la guerra porque tenga el control de las materias necesarias".
En este sentido, reivindicó la existencia "de la Comece para acompañar a este proceso de integración" de los países en una comunidad como la Unión Europea, un proyecto que "fue inspirado por la cultura cristiana, y en varios de los casos de los fundadores, por su fe, lo que les llevó a dar un paso más: abrir caminos de reconciliación y tender la mano al enemigo, a pensar 'fuera de la caja', y la Iglesia acompañó este proceso desde sus inicios, hace más de 50 años".
Alfredo Abad, presidente de la Iglesia Evangélica Española, por su parte, señaló que "aunque hoy se habla de secularización, tenemos un Patriarcado de Rusia enarbolando la bandera de la necesidad de la invasión de Ucrania, o posicionamientos diferentes sobre lo que ha hecho Hamás con la masacre en los asentamientos israelíes o el genocidio que está haciendo Israel sobre Gaza, y no hacemos nada más que traducirlo a conflictos religiosos, y no vemos toda la parte política y económica".
"Cuando el problema somos nosotros"
"Hablamos de secularización y sus problemas -continuó-, cuando el problema a veces somos nosotros y nosotras, y hay obispos que argumentan sobre el cierre de fronteras, como sucedió en 2015 en Hungría, cuando se produjo la llegada de refugiados sirios, o sea, que estamos a veces en el lado de lo que puede construir Europa, pero también en el de lo que oyere deconstruirla".
En este sentido, Abad aseguró que "la secularización no es solo una amenaza, sino que puede ser una oportunidad de neutralidad y de garantías", y las iglesias "tienen que decidir si profundizamos el sentido de lo que es Europa, y entonces ganamos en democracia, o si lo que hacemos es ir a la extensión, a cualquier precio, de la integración que nos queda por delante, y muy complicada por la complejidad de los territorios".
"La falta de una Constitución europea nos sigue lastrando", afirmó Alfredo Abad, quien reclamó a nivel de las Iglesias europeas "una voz conjunta" para construir esa "credibilidad del diálogo que el hecho religioso debe tener con las instituciones europeas".
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