Emocionado recuerdo desde el convento de las Concepcionistas Franciscanas de Zaragoza Javi Sánchez, el adiós a un ser de luz que ha dejado semilla sembrada
Allá por donde pasaba Javi derrochaba un halo de luz que emanaba de su corazón y que impregnaba todo a su alrededor. Paradójicamente esa luz de la Resurrección es la que ha apagado definitivamente su estancia en esta vida terrenal para pasar a esa gran VIDA que nos espera a todos al lado del Padre que abre sus amorosos brazos para acogernos eternamente
Todas las experiencias vividas con Javi, sus catequesis, sus enseñanzas y su ejemplo no han de quedar en el olvido, sino que debemos de expandirlo como círculos concéntricos de amor a nuestro alrededor.
| Pilar Val Justes
Sor Feli, superiora del Convento de las Concepcionistas Franciscanas de Zaragoza, me ha pedido que escriba una semblanza sobre Javi Sánchez. Ella lo haría mucho mejor que yo porque era el brazo derecho, el izquierdo, el sustento y un pilar importante dentro de la vida de Javi Sánchez desde que asumió el papel de ser el capellán del Convento. Ella, aunque se maneja estupendamente con el ordenador y el móvil, desgraciadamente va perdiendo poco a poco la vista y le cuesta cada vez más estar delante de una pantalla. Además, debemos de entender que toda la Comunidad ha sufrido especialmente esta pérdida y debemos de respetar su duelo.
No sé si voy a ser capaz de reflejar en esta reseña lo que siento verdaderamente porque estoy como Tomás en el Evangelio de ayer, sin creerme todavía lo que ha sucedido. Vuelvo a repasar los mensajes y las llamadas del domingo de Resurrección y no doy crédito a lo ocurrido. Quisiera que hubiese sucedido todo con la normalidad de años anteriores, oír su voz felicitándome las Pascuas y contándome lo bonita que había quedado la celebración de la Vigilia con sus monjitas favoritas.
Porque ellas eran para él su prioridad, las Hermanas Concepcionistas Franciscanas eran su debilidad y por las que sentía auténtica devoción. He sido muchas veces testigo de cómo las mimaba y protegía. Les preparaba unas misas que eran una auténtica delicia, con unas homilías en las que parecía que el mismo Jesús era el que estaba delante de ellas hablándoles. ¡Qué suerte han tenido de disfrutarle todos estos años, como capellán suyo que ha sido, y qué suerte tuvo Javi también de tenerlas a su lado! Cuánto querían a Javi y cuánto las quería él. Tanto, tanto, tanto que ha dado su VIDA por ellas. “Nadie tiene AMOR más grande que el que da la vida por sus amigos” (Jn15,13)
Hoy cobra más sentido si cabe la letra de su canción más bonita:
Al Amor más sincero,
al Amor sin fronteras,
al Amor que dio su vida por amor
encontré un día cualquiera…
…y a ese Amor tan sincero,
a ese Amor sin fronteras,
a ese Amor que dio su vida por amor
le entregué mi vida entera.
Siempre había deseado Javi que sonase esta canción en su funeral, pues así ha sido. En la celebración del pasado viernes en el Convento de las Concepcionistas Franciscanas de Santa Isabel, presidida por el Señor Arzobispo de Zaragoza Don Carlos Escribano, y ante la presencia de su familia, sus monjitas y un círculo muy reducido de amigos y compañeros sacerdotes, sonó en todo su esplendor y consiguió crear un momento mágico. Los cantantes que la interpretaron lo hicieron excelentemente y dejaron que nuestra imaginación nos llevase por un momento a ver el rostro de Javi susurrándonos con esa voz tan especial que tenía.
Por la tarde, en la celebración que se realizó en la Parroquia del Barrio de Santa Isabel de Zaragoza, donde vivía Javi desde hace tiempo, también se interpretó magníficamente y los ojos de las innumerables personas que se acercaron allí para darle el último adiós se inundaron de lágrimas. Estoy segura de que cada una de esas personas recordó en silencio un bonito momento vivido a su lado. Porque Javi supo tocar el corazón de muchas personas, entre las cuales me incluyo.
Un gran amigo y maestro
Desde el primer día en que le conocí, cuando vino al Barrio de la Jota, a la Parroquia de San Pío X, supo ganarse mi confianza y la de mi marido y se convirtió en un gran amigo de la familia (¡cuánto le han querido también nuestras dos hijas!). Siempre he dicho que hay dos personas especiales en mi vida de fe que han cambiado mi concepción cristiana y han hecho que me enamore del verdadero Jesús Resucitado, y han sido el Misionero Padre Blanco José Mª Alcober y Javi Sánchez.
Al final del funeral, una de sus monjitas (utilizo el diminutivo porque así es como las llamaba cariñosamente Javi cuando se refería a ellas) expresó unas sentidas palabras. Dijo que Javi había sido para ellas como un padre, como un hermano, como un amigo, como un hijo… Destacó su bondad, humildad e inteligencia como principales cualidades, las cuales corroboro totalmente e incluso me atrevería a añadir un término que resume a la perfección su humanidad, SER DE LUZ.
Javi era eso, un ser de luz para todos los que tuvimos la suerte de compartir con él tantos y tantos momentos, su familia de sangre, su familia franciscana, sus feligreses, su querida cofradía de la Humildad, sus compañeros sacerdotes, sus amigos. Aquí quiero hacer mención especial a Jhonny Cruz, un verdadero amigo que ha sabido estar a su lado siendo sus manos, sus pies, sus ojos y sus oídos y quien le ha acompañado en multitud de proyectos tanto personales, como musicales e incluso solidarios. Gracias a él se embarcó en la aventura nicaragüense que le ocupó tanto tiempo y esfuerzo y donde ha dejado una huella imborrable. Me consta que allí están llorando mucho la pérdida del padrecito Javier, como le llamaban.
Allá por donde pasaba Javi derrochaba un halo de luz que emanaba de su corazón y que impregnaba todo a su alrededor. Paradójicamente esa luz de la Resurrección es la que ha apagado definitivamente su estancia en esta vida terrenal para pasar a esa gran VIDA que nos espera a todos al lado del Padre que abre sus amorosos brazos para acogernos eternamente.
Los recuerdos y sus semillas
Hay otro detalle que no quiero pasar por alto y es cómo se ha ido, sin despedirse. Esto era muy característico en Javi, ¡qué poco le gustaban las despedidas! Intentaba pasar de puntillas, sin hacer mucho ruido, humildemente… y prefería irse siempre por la puerta de atrás. No nos ha concedido la oportunidad de poder darle un último abrazo. Siempre nos quedarán sus recuerdos y la semilla que ha sembrado en todos nosotros.
Su hermana Rakel, que se parece tanto a Javi y gracias a la cual empezó con la música y la guitarra, nos pide que no conservemos ese tesoro solo para nuestros adentros. Todas las experiencias vividas con Javi, sus catequesis, sus enseñanzas y su ejemplo no han de quedar en el olvido, sino que debemos de expandirlo como círculos concéntricos de amor a nuestro alrededor. Qué esa tarea pastoral tan fructífera que llevó a cabo desde su época franciscana hasta sus últimos días en la Parroquia de San Gregorio de Zaragoza quede grabada para la posteridad y se refleje en la sociedad. Hagamos posible el “sueño” de una de sus canciones y gobernemos esta tierra con hombres justos y misericordiosos que sigan los pasos de Dios.
Para finalizar quisiera terminar esta reseña “a su aire”, es decir con la bendición franciscana con la que le gustaba terminar todos sus conciertos:
El Señor te bendiga y te guarde.
Vuelva su rostro hacia ti.
Te mire con misericordia
y te conceda la paz.
D.E.P querido AMIGO del ALMA
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