David López Royo Año de nieves, año de bienes
Que la nieve, que cubre España, haga que nos afiancemos como sociedad que busca el bien, la convivencia y el futuro de manera conjunta ¡año de bienes!
Casi la totalidad de España está cubierta de blanco. Las consecuencias de este fenómeno meteorológico serán diversas. Ahora tendremos unos días complicados para la movilidad porque nuestro país no está preparado para recibir tanta nieve de golpe en una extensión geográfica inmensa; así habrá que entender que los responsables políticos y las administraciones públicas correspondientes harán todo lo que puedan para mitigar los problemas que se van a derivar. Sin embargo vamos a quedarnos con algo positivo, el deshielo de la nieve asegurará agua y en un país como el nuestro, que tenemos escasez de agua, la nevada pueda convertirse en una buena noticia. Siempre hay que intentar extraer lo positivo.
Es verdad que pensar en que sea un año de bienes es complicado; pero es cierto que la vacuna puede ser un punto de inflexión ante el caos que está produciendo la covid. No debemos de perder nunca la esperanza, si bien es cierto y real que la situación para muchas personas es muy complicada y no es nada fácil ponerse en una perspectiva optimista.
Considero que para que este año sea un año verdaderamente de "bienes" tendríamos que situarnos en la línea de actuación de San Juan de la Cruz. El logro del bien común debería ser el objetivo de todas las personas y no la búsqueda del mal.
El año de bienes tiene que estar plagado por acciones significativas que puedan ayudar a transformar nuestra sociedad en un espacio del color de la nieve para que el resplandor que pueda originarse con la luz del sol inunde nuestras vidas.
El resplandor de este año será posible si dejamos actuar el sentido común. Sí, así de sencillo. El sentido común hará posible que aparezcan nuevas posibilidades que puedan dar esperanza a las personas que pueden vivir situaciones difíciles y complicadas. Sin excepción, pasamos cada cual por experiencias duras, y el aprendizaje que nos da la vida es que hay que recobrar el sentido común.
Es muy difícil construir proyectos nuevos cuando, al ponerlos en marcha, tienes que cuestionar los existentes dado que éstos han perdido o están en fase de anular los fines por los que fueron creados. Hacer que no se pierdan las nuevas expectativas es contribuir a que sea un año de bienes. En el libro de la Noche Enamorada, en la página 446, nos da la clave para hacer que el sentido común impere en nuestras vidas y haga posible que la esperanza de la nieve caída no se diluya y desaparezca, sino que se transforme en una fuente de energía para que la vida pueda construirse de manera positiva."¿Versos de fray Juan? Sí; sobre todo aprecio aquellos otros que ya conocéis: Mil gracias derramado, pasó por estos sotos con presura, y yéndolos mirando, con sola su figura, vestidos los dejó de hermosura. Juan ve el mundo como un rastro del paso de Dios, un camino que de lo visible conduce a lo invisible, que engendra amor del amante amado. Al final del Cántico y la LLama pide sabiduría para comprender cómo todas las cosas en él son vida, y en él viven y son y se mueve".
San Juan hace que nuestro presente esté lleno de esperanza ¡año de bienes! La nieve se transforma.
Precisamos que el sentido común sea el agua que da la vida que emerge de la nieve. El año de bienes tendrá que estar marcado por la frescura del tejido empresarial porque está configurado por personas valientes y dispuestas a innovar. Es muy necesario que se apoye a este sector porque dependemos en buena medida de su iniciativa e implicación social. Es un sector que nos puede ofrecer sostenibilidad y esto no es otra cosa que esperanza ¡año de bienes!
El sentido común nos anima a no quedarnos parados y a establecer un canal que conduzca el agua de la nieve a la alberca de la vida. No están los tiempos para ignorar que se ha inaugurado una época nueva y ante esta realidad es imprescindible buscar un nuevo perfil empresarial; pero también una clase política diferente, menos ideologizada y más ideológica, una ideología que nazca del corazón de las personas y no del pensamiento viejo y caduco.
El tejido empresarial nacerá de la propia nieve que se transforma ¡año de bienes! El político se transformará en la corriente de agua que debe de ir a parar a la alberca precisa y necesaria, irá adquiriendo fuerza en la medida que sepa entender que el agua debe de ser energía serena y constructiva.
San Juan de la Cruz puede ser un referente para darnos la serenidad que debería de marcar nuestras acciones y nuestro proceder, porque de esta manera nos alejaremos de todo aquello que no nos deja actuar con sentido común ¡año de bienes!
En el libro de la noche enamorada hay un párrafo que resume, a mi entender, lo que tendría que ser nuestra vida para lograr que la nieve caída termine siendo la esperanza y la vida que nos ayude a superar las dificultades que vayan apareciendo, y haga que las mismas queden mermadas por el espíritu constructivo que las personas llevamos en nuestro interior. "De aquel profundo y misterioso encuentro con fray Juan me quedé con dos palabras, que se han convertido para mí en un código de vida desde entonces -Alégrese fíese-. No importa ver el camino, sino navegar contentos y confiados por un oscuro mar sin señales. En lontananza, tras la noche y las nubes, siempre reaparecerán las estrellas".
Que la nieve, que cubre España, haga que nos afiancemos como sociedad que busca el bien, la convivencia y el futuro de manera conjunta ¡año de bienes!