"Francisco no ha venido a traer la paz sino la guerra, guerra que es vida, vida en abundancia y variada" Polisémica primavera Franciscana
"Te acusan de, al menos en ocasiones, practicar un humanismo de corte cristiano, pero sin Cristo, de hablar más de economía y de política que de teología"
"En términos filosóficos, éstos son esencialistas (escolásticos), tradicionalistas y ortodoxos. Acusan al Papa de estar dando pasos que pueden acabar con la Iglesia"
"Los segundos creen que la práctica es antes que la doctrina, que Jesús no fundo la Iglesia ni la casta sacerdotal"
"En contraste con los primeros, se podrían denominar existencialistas, gente más preocupada con la ortopraxis que con la ortodoxia. Acusan al Papa Francisco de ser timorato y no dar los pasos que ellos creen debería dar para poner la Iglesia al día"
"Los segundos creen que la práctica es antes que la doctrina, que Jesús no fundo la Iglesia ni la casta sacerdotal"
"En contraste con los primeros, se podrían denominar existencialistas, gente más preocupada con la ortopraxis que con la ortodoxia. Acusan al Papa Francisco de ser timorato y no dar los pasos que ellos creen debería dar para poner la Iglesia al día"
| Manuel Mandianes antropólogo del CSIC, escritor y teólogo
A un primer grupo de católicos les preocupa la estructura más que el significado, están preocupados por una Iglesia fuerte, visible, influyente; más preocupados por la esencia del cristianismo que por la existencia de los cristianos, por la doctrina y por la institución responsable de cumplir aquel mandato del Salvador: “id por todo el mundo y predicar el evangelio” que por la vida cristiana de los seguidores de Cristo. Acusan a los católicos de un segundo grupo de dar más importancia a la acción que a la oración, a la meditación indispensables para la conversión personal, de hacer más filosofía política y sociología religiosa que teología, y de utilizar la persona y la influencia del Papa para defender los intereses de la izquierda política.
Dicen: “A veces estos cristianos, los del segundo grupo, y el Papa Francisco se comportan como uno de aquellos a los que Rahner llamaba “cristianos anónimos”, cristianos sin Cristo. Algunos grupos de estos blanden como slogan el título de un celebre libro “El cristianismo no es un humanismo” de González Ruiz, y te acusan de, al menos en ocasiones, practicar un humanismo de corte cristiano, pero sin Cristo, de hablar más de economía y de política que de teología, de darte la mano con más políticos de izquierdas que con políticos de derechas. Dicen: (Los segundos te) quieren a Francisco porque lo consideran de izquierdas y revolucionario. En términos filosóficos, éstos son esencialistas (escolásticos), tradicionalistas y ortodoxos. Acusan al Papa de estar dando pasos que pueden acabar con la Iglesia.
Los segundos creen que la práctica es antes que la doctrina, que Jesús no fundo la Iglesia ni la casta sacerdotal, sino que habló contra la casta sacerdotal y echó a la gente del templo, y que la Iglesia es una estructura fundada por Pablo. Acusan a los primeros de hacer caridad con los pobres en perjuicio de la a justicia y privilegiar la institución eclesial en detrimento de la misión, privilegiar el Derecho Canónico, andamiaje para predicar el Evangelio, sobre la preocupación por implantar el Reino de Cristo, un mundo justo. Los tildan de espiritualistas, de dogmáticos y, en ocasiones, de inquisidores.
Dicen: el pecado es más estructural que personal, por eso hay que trabajar para cambiar las estructuras que son las que llevan al hombre al pecado, “hay que cambiar el mundo para que cambie el hombre, “preocupados por crear un movimiento social en favor de los pobres que en poco o en nada se distingue de cualquier otro movimiento social en favor de los desfavorecidos, que de envolver su actuación en conceptos y palabras ortodoxas, al lado de otros muchos ciudadanos que buscan lo mismo.
En contraste con los primeros, se podrían denominar existencialistas, gente más preocupada con la ortopraxis que con la ortodoxia. Acusan al Papa Francisco de ser timorato y no dar los pasos que ellos creen debería dar para poner la Iglesia al día.
La mayoría de católicos, de otras creencias cristianas y de gente de toda clase de creencias y condición social ven en ti un hombre de Dios que predica la conversión personal y un cambio de las estructuras injustas para hacer un mundo mejor. Los extremistas de los dos bandos olvidan que para el cristiano es indiferente la condición y situación social y humana en que se encuentre porque el cristiano está libre de toda atadura, solo es servidor de Dios y su Cristo, y que las relaciones con respecto al mundo, la profesión y les cuesta creer esto porque su dios es un dios de partido, un dios de derechas, de izquierdas o de centro. Lo cristiano de los cristianos supera por sí mismo todas las diferencias. Todos aquellos que temen que la iglesia vaya a acabar olvidan que la Iglesia es obra de Él aunque el de Tarso y otros grandes estrategas hayan influido en su historia. Se pudiera decir que Francisco no ha venido a traer la paz sino la guerra, guerra que es vida, vida en abundancia y variada.