"Su legado es la misericordia, la alegría que trasmite, la sencillez y la humildad" Cardenal Antonio Cañizares: "A algunos, la figura del Papa les estorba"

"¡Hola, Jesús!, me alegro de esta entrevista, porque hace tiempo que no hablábamos ni habíamos coincidido en ningún evento". El cardenal Cañizares, desde su retiro en el Seminario de Montcada, felicita desde las páginas de Religión Digital al Papa Francisco en su décimo aniversario. Cañizares, que participó en el cónclave que eligió a Bergoglio, nos cuenta algunas de las claves de este pontificado y de su relación con nuestro país.

El Papa Francisco cumple una década como pontífice. ¿Cómo recuerda su elección?

Era el primer cónclave en el que participaba, y pido a Dios que nos conserve al actual papa, Francisco. Sentí, personalmente una gran alegría porque ya teníamos, de nuevo, Papa y, al mismo tiempo, una acción de gracias a Dios muy honda pues había mantenido, unos días antes, una comida y encuentro con el Cardenal Bergoglio en mi casa en Roma y hablamos de cosas muy interesantes sobre necesidades y retos de la iglesia.

Usted estaba en el cónclave de que lo eligió. Sin desvelar secretos inconfesables, ¿qué sintió en esos momentos? ¿Fue una sorpresa o una decisión que fue labrándose desde el principio?

Para mí no fue ninguna sorpresa, sobre todo a raíz de esa comida. No había tenido conversaciones ni intercambios significativos con otros cardenales los días previos al cónclave y por eso ignoraba cuál era el ambiente electoral; los comentarios vinieron después y eran todos favorables y de una cierta admiración y asombro.

¿Cuáles son las claves del pontificado de Bergoglio?

Creo que al elegir el nombre de “Francisco” de Asís, el recién elegido Papa nos ofrece ya, de suyo, algunas de esas claves; la visión de san Francisco de la iglesia de san Damián nos ofrece una imagen, signo y horizonte, una llamada, a la Iglesia y al mundo a una renovación o reconstrucción;  necesitamos de un nuevo Francisco de Asís que introduzca el frescor de la vida evangélica y el seguimiento de Jesús como únicamente se le puede seguir para la renovación; negándose a sí mismo -es decir superando toda autoreferencialidad- y con las bienaventuranzas; necesitamos una Iglesia que tenga a sólo Dios misericordioso, como horizonte único, Dios revelado en Jesucristo como horizonte que es el de las bienaventuranzas, y desde ahí vaya a los pobres, a las periferias existenciales, sea pobre y esté con los pobres y con esas periferias, trabaje por la paz, esté con los que lloran, sea misericordiosa.

El Papa Francisco, paso a otra clave, por su significativa cercanía a los pobres y su presencia en medio de ellos, con ellos, trata de impulsar un anuncio claro e inequívoco de Jesucristo, ungido por el Espíritu, para traer la buena noticia a los pobres, sanar los corazones desgarrados, y la libertad a quienes sufren tantas esclavizaciones como hoy se dan. Está aportando, como estamos viendo, una gran esperanza a los débiles y a los que sufren, Dios nos ha regalado un “Papá de los débiles” para fortalecerlos y darles esperanza. Otra clave es que bien podemos ver en él, el “Papa de la misericordia y la fraternidad”. Ahí tenemos su encíclica “Todos somos hermanos” y su mensaje constante y reiterativo “El Señor es el Dios de la misericordia y del amor”, el nombre de Dios es “misericordia”. Y considero clave, además, la ecología humana “integral” de su encíclica “Laudato sí” comunión y tantos otros pronunciamientos; otra de sus claves, por último: no podemos omitir como clave, su insistencia en la sinodalidad inseparable de la Iglesia, misterio de comunión.

¿Quiere la Iglesia española al Papa?

¡Sí, la Iglesia en España quiere al Papa Francisco! Como siempre ha querido a todos los papás, se siente muy unida a él e intenta obedecerle y colaborar con él.

¿Cómo fue la convivencia entre los dos papas?  Tras la muerte de Benedicto XVI, parecen haberse desatado los ataques contra el Papa, ¿por què?

Tras la muerte de Benedicto XVI por parte de algunos parece que haya un afán de confrontar a ambos papas. A este respecto me atengo a los hechos, no a lo que dicen algunos comentarios y medios. Leyendo sus escritos y palabras no encuentro más que unidad, continuidad y sintonía entre ellos. ¿Por qué la encíclica sobre la fe es de ambos? ¿Por qué lo que el Papa Francisco dice en “Laudato, Sí”, es, en el fondo, un comentario, una explicitación de lo que Benedicto XVI dice en “Caritas in Veritate” sobre el mismo tema? ¿Los encuentros, las visitas, las llamadas son invención y no responden a nada?

Esto, es una parte. Por otra no es que se hayan desatado los ataques contra el Papa, es que se dicen cosas que no son, por ejemplo el caso de lo que se atribuye a Mons. Ganswein. Que se lea su libro, el de Ganswein y más bien encontrará lo contrario, pero no se lo han leído concienzudamente y con detenimiento, sino con intención aviesa. De todos modos no sé a qué se debe por parte de algunos el que arrecien sus críticas y hasta descalificaciones del Papa. Posiblemente se deba a que la figura del Papa, sea quien sea, en concreto, les estorba; estorba su ministerio de confirmarnos en la fe, en la verdad de la fe que nos hace libres, y de comunión y fortaleza en la unidad.

¿Cree que Francisco renunciará? ¿Cuál será su legado?

Lo ha dicho de él mismo últimamente, en repetidas ocasiones; no renunciará a su ministerio de Papa, al menos por ahora.

Su legado es amplio y tiene que ver con las claves de su pontificado, que antes he apuntado. De todos modos, para mí, su legado es la misericordia, la alegría que trasmite, la sencillez y la humildad que no están reñidas con la verdad. Es más, si como decía santa Teresa, “humildad es caminar y en verdad”, la humildad del Papa se transparenta en la proclamación y defensa de la verdad, acompañada de la caridad; su amor y entrega a los más pobres, no son concebibles sin la firmeza de la verdad; y sin esta firmeza de la verdad no será posible anunciar a Jesucristo, la Verdad de la fe que nos hace libres, y hermanos, nos llena de alegría y gozo, a los hombres de todos los tiempos llamados a participar en el alegría del amor de la familia de la Iglesia, que ha de esforzarse en la construcción de la paz y de un mundo en paz como nos está enseñando el Papa Francisco.