"No nos podemos permitir el escándalo de la división" El obispo de Getafe pide "unidad" frente al "egoísmo" durante el funeral por las víctimas del Covid
"El virus más profundo, el del egoísmo, la cerrazón y la insolidaridad, se combate con la solidaridad"
"La pandemia nos ha paralizado, no sólo confinándonos en nuestras casas, sino por nuestra cerrazón del corazón y del entendimiento, por lo que ha habido momentos en los que hasta nos ha flaqueado la esperanza y la fe"
| RD/Ep
El obispo de Getafe, Ginés García Beltrán, ha asegurado que "el virus del egoísmo se combate con la unidad", durante la celebración en la Basílica Menor del Sagrado Corazón de Jesús del Cerro de los Ángeles por las víctimas diocesanas de la Covid-19.
Durante el funeral, al que han asistido centenares de fieles diocesanos entre los que se encontraban varios de los familiares de los fallecidos por la pandemia, el obispo ha apostado por construir un futuro con esperanza, "huyendo de todo egoísmo y divisiones".
En este sentido, ha hecho un llamamiento a la unidad para, ya que "no nos podemos permitir el escándalo de la división y menos en estas circunstancias, por lo que hay que construir con espíritu de servicio a la sociedad". "El virus más profundo, el del egoísmo, la cerrazón y la insolidaridad, se combate con la solidaridad", ha apostillado.
"La pandemia nos ha paralizado, no sólo confinándonos en nuestras casas, sino por nuestra cerrazón del corazón y del entendimiento, por lo que ha habido momentos en los que hasta nos ha flaqueado la esperanza y la fe", ha dicho García Beltrán.
Asimismo, ha tenido unas palabras especiales para los mayores, que han sufrido especialmente las consecuencias de la pandemia y, parafraseando al Papa Francisco, ha recordado que "una sociedad que abandona a sus mayores y prescinde de su sabiduría es una sociedad enferma y sin futuro, porque es una sociedad a la que le falta la memoria".
García Beltrán ha manifestado su deseo de que la Iglesia sea compañera del camino "en aquellos que sufren por la enfermedad y la muerte de seres queridos, para que las parroquias y comunidades sean verdaderos hogares que acogen a los heridos por el sufrimiento".