Obispo de Almería: "No existiría la catedral sin la viveza de las comunidades cristianas en la diócesis" El nuncio en España abre la Puerta Santa de la catedral de Almería y da inicio al Jubileo por el V centenario del templo
Don Bernardito Auza: "Cumplo el encargo del Santo Padre que os bendice al inicio de este año jubilar"
El pasado 4 de octubre la Diócesis de Almería vivía la histórica apertura de la Puerta Santa que da inicio al Jubileo por el V centenario de la Catedral
La Santa Misa fue presidida por el Nuncio, y concelebrada por el obispo de Almería y el arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo. A su lado, los vicarios episcopales, el Cabildo catedralicio y el clero de la ciudad
Las palabras más esperadas son las de don Antonio, obispo de la ciudad: "No existiría la catedral sin la viveza de las comunidades cristianas en la diócesis. La catedral tiene que ser el corazón de madre"
La Santa Misa fue presidida por el Nuncio, y concelebrada por el obispo de Almería y el arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo. A su lado, los vicarios episcopales, el Cabildo catedralicio y el clero de la ciudad
Las palabras más esperadas son las de don Antonio, obispo de la ciudad: "No existiría la catedral sin la viveza de las comunidades cristianas en la diócesis. La catedral tiene que ser el corazón de madre"
Faltan 10 minutos para las 8 de la tarde, hora prevista para la celebración de la apertura de la puerta santa del Año jubilar concedido por el Vaticano para conmemorar el V centenario de la Catedral. En la sacristía, nuestro obispo D. Antonio le explica al Nuncio de su Santidad, D. Bernardito Auza que el báculo que va a usar es de D. Diego Ventaja, obispo Mártir de Almería. Sacerdotes y seminaristas quieren hacerse una foto con el Nuncio que se presta encantado para ello.
Comienza la procesión de entrada. Va a tener un recorrido especial. La inmensa mayoría de feligreses permanecerán dentro del templo y una representación del pueblo fiel compuesto por el seminario, vida religiosa, laicos, autoridades civiles y militares, hermandades y sacerdotes saldrán por la Puerta de los Perdones hasta la plaza de la catedral. Allí se producirá el momento esperado: la apertura de la Puerta Santa.
“La iglesia peregrina en la historia hacia la eternidad. Entremos, con esperanza en este tiempo de misericordia concedido por el Papa Francisco, traspasando esta puerta que es Cristo para dejarnos reconciliar con Dios y ser sus discípulos”, ora Mons. Bernardito Auza antes de dar tres golpes en la puerta cerrada. Tras el tercer toque, el coro ciudad de Almería entona el aleluya y se abre la puerta para la alegría de los miles de fieles que abarrotaban la Catedral.
"Entremos, con esperanza en este tiempo de misericordia concedido por el Papa Francisco, traspasando esta puerta que es Cristo para dejarnos reconciliar con Dios y ser sus discípulos"
Comienza la Santa Misa. Presidida por el Nuncio, y concelebrada por el obispo de Almería y el arzobispo de Granada, José María Gil Tamayo. A su lado, los vicarios episcopales, el Cabildo catedralicio y el clero de la ciudad.
En su homilía, el Nuncio sitúa la celebración en el “contexto sinodal”. De hecho se produce la feliz coincidencia de que a esa misma hora estaba concluyendo la primera jornada de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos en Roma. “Estamos llamados a aportar los dones recibidos de Dios. Urge la corresponsabilidad. Que cada uno cumpla con la parte que le corresponde”, afirmaba el celebrante. “Muchas felicidades por esta celebración. Cumplo el encargo del Santo Padre que os bendice al inicio de este año jubilar y os pide también vuestras oraciones”.
Después de la plegaria eucarística y la distribución de la comunión, llegaba el turno de los discursos finales. La alcaldesa, María del Mar Vázquez tomó la palabra agradeciendo la participación de este año santo jubilar: “El ayuntamiento participa con emoción y orgullo de esta fiesta de uno de los patrimonios culturales más importantes de nuestra ciudad que es la catedral. Agradezco a su santidad el poder celebrar este V centenario”, afirmó la primera edil almeriense.
No existiría la catedral sin la viveza de las comunidades cristianas en la diócesis. La catedral tiene que ser el corazón de madre
Finalmente, las palabras más esperadas. Don Antonio se dirigía a los presentes para dar gracias a todos: al clero, a la vida consagrada, a los seminaristas, a todo el pueblo fiel… “No existiría la catedral sin la viveza de las comunidades cristianas en la diócesis. La catedral tiene que ser el corazón de madre. Una gran catedral si no tiene una comunidad renovada sería un vacío panteón de glorias históricas. La puerta del jubileoque se ha abierto de par en par es la puerta del perdón y la reconciliación”.
Concluyendo con una invitación para todos los diocesanos: VEN A LA FIESTA. ¡EL SEÑOR TE LLAMA! ¡TIENE NECESIDAD DE TI!
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