El obispo de Barbastro-Monzón no cede a la presión de la Obra en el 'caso Torreciudad' Ángel Pérez Pueyo, el obispo que no rebla
Ya ocurrió en el caso de los Bienes de la Franja, con una dura pugna -que llegó hasta los tribunales civiles y que continuó, pese a los constantes llamados al diálogo y a las concesiones por parte de Nunciatura- con el Obispado de Lleida y la Generalitat, y va a ocurrir en el caso de Torreciudad, pese a las presiones, intensas, recibidas y por recibir
Y es que la 'presión', que irá a más a medida que nos vayamos acercando al 20 de agosto (Fiesta de Torreciudad) y, especialmente, al 1 de septiembre, cuando ha de procederse al cambio de rector en el santuario (que no Oratorio), está llegando a amenazas de despido, controles telefónicos e insinuaciones 'al paso', que sufren muchos de los que, de una u otra manera, están implicados en el caso
Desde hace tiempo, la candidatura de Pérez Pueyo para el Arzobispado de Pamplona y Tudela, lanzada convenientemente por quienes ya conocían las dificultades del 'caso Torreciudad', cobró fuerza (...). Y pensaron que, si recalaba en Navarra, el 'otro' feudo del Opus Dei en España, el prelado dimitiría de sus pretensiones o, al menos, sería mucho más fácil alcanzar un acuerdo sobre el futuro de su santuario
Desde hace tiempo, la candidatura de Pérez Pueyo para el Arzobispado de Pamplona y Tudela, lanzada convenientemente por quienes ya conocían las dificultades del 'caso Torreciudad', cobró fuerza (...). Y pensaron que, si recalaba en Navarra, el 'otro' feudo del Opus Dei en España, el prelado dimitiría de sus pretensiones o, al menos, sería mucho más fácil alcanzar un acuerdo sobre el futuro de su santuario
"Están aumentando la presión, pero se olvidan de que estamos ante un obispo duro, muy 'mañico' en ese sentido. Que no rebla". Ángel Pérez Pueyo no rebla, no retrocede si piensa que algo está mal. Pese a quien pese. Ya ocurrió en el caso de los Bienes de la Franja, con una dura pugna -que llegó hasta los tribunales civiles y que continuó, pese a los constantes llamados al diálogo y a las concesiones por parte de Nunciatura- con el Obispado de Lleida y la Generalitat, y va a ocurrir en el caso de Torreciudad.
Aunque el Opus Dei no sea el obispo de Lleida, y tenga infinidad de elementos para presionar. 'Under pressure', la canción compuesta por David Bowie y Queen, uno de los himnos de comienzos de los ochenta, está sonando en muchos dispositivos móviles de trabajadores del Obispado de Barbastro-Monzón, acostumbrados a vivir 'bajo presión', y que en estas semanas están viviendo un impresentable acoso por parte de personas vinculadas a la Obra.
Y es que la 'presión', que irá a más a medida que nos vayamos acercando al 20 de agosto (Fiesta de Torreciudad) y, especialmente, al 1 de septiembre, cuando ha de procederse al cambio de rector en el santuario (que no Oratorio), está llegando a amenazas de despido, controles telefónicos e insinuaciones 'al paso', que sufren muchos de los que, de una u otra manera, están implicados en el caso. Desde el vicario judicial y futuro rector, que a sus 87 años quiere prestar un último servicio a su diócesis ("Y a su Virgen", nos cuentan) hasta el obispo, a quien se le ha llegado a pedir, más o menos implícitamente, que busque una solución que "no moleste" a la Obra. No lo hará.
Porque Ángel Pérez Pueyo es un obispo que se entrega a su 'esposa', y que quisiera que fuera 'para toda la vida'. Lejos del carrerismo de otros, o las estrategias de poder, sumamente calculadas, de quienes entienden la Iglesia como un trampolín eterno (aunque a veces, solo a veces, al saltar te das cuenta que la piscina no tiene agua), el obispo de Barbastro-Monzón entiende su diócesis como un lugar en el que crecer, madurar, sembrar, un lugar donde morir.
No quiso ir a Valencia, no se plegará para ir a Pamplona
Algo que no todos entienden, ni en Añastro ni en Roma, como se vio durante el proceso de búsqueda de sucesor del cardenal Cañizares para Valencia. Durante semanas, el único candidato, también para Francisco, fue Pérez Pueyo quien una y otra vez, se negó a aceptar una salida que no había buscado, con una razón que muy pocos entendieron: su 'esposa' es la diócesis de Barbastro, y sólo aceptaría, en obediencia, si el Papa Francisco le requería. Y Bergoglio, que sabe valorar estos gestos mejor que nadie (y que ya conoció a Pueyo cuando éste dirigió cursos para seminaristas en Buenos Aires), aceptó.
Desde hace tiempo, la candidatura de Pérez Pueyo para el Arzobispado de Pamplona y Tudela, lanzada convenientemente por quienes ya conocían las dificultades del 'caso Torreciudad', cobró fuerza. Pocos sabían que el obispo ya había dicho 'No' a Valencia, la segunda diócesis, tras Madrid, más relevante en número y capacidad de España.
Y pensaron que, si recalaba en Navarra, el 'otro' feudo del Opus Dei en España, el prelado dimitiría de sus pretensiones o, al menos, sería mucho más fácil alcanzar un acuerdo sobre el futuro de su santuario y las rentas que genera (que son infinitamente mayores que las que determina una Memoria que sólo habla de peregrinos que llegan a un lugar, y obvian muchos otros datos que no resistirían el análisis de una auditoría independiente). ¿Cómo va a ir contra la Obra un obispo que rige el santuario soñado por Escrivá y que puede liderar la Iglesia donde se incardina la Universidad de Navarra?, pensaron. Y, nuevamente, se equivocaron de hombre.
Alguien dio la orden de 'pasar a la acción'
Porque el de Egea de los Caballeros (cumplirá 67 años el 18 de agosto) no se mueve bajo estos criterios, sino en los de procurar el mayor bien para su diócesis, y para el Evangelio. Y, al confirmarlo in situ, hace dos semanas, alguien dio la orden de pasar a la acción. Y comenzaron las presiones, las llamadas, las 'observaciones': a los trabajadores, al obispo, al vicario judicial. Y, paralelamente, las 'recomendaciones' a obispos cercanos, representantes papales, miembros de cofradías, curas cercanos... 'Don Ángel, cómo va a ser esto', 'Don Ángel, que esto se nos puede ir de las manos', 'Don Ángel, mejor acordar un armisticio que lanzarse a una guerra'....
Pero, como buen aragonés (tozudos, muy tozudos, cuando están convencidos que la razón les asiste), y muy bien asesorado (muchos olvidan que Pérez Pueyo fue 12 años director general de los Sacerdotes Operarios, y rector del Colegio Español, y que lleva nueve años como obispo, haciendo frente a muchos problemas), Pérez Pueyo decidió, en conciencia, servir a la verdad. 'Te basta mi gracia' dice su lema episcopal. En esta pugna, necesitará mucho más. Pero, al menos, ha dejado claro (bien lo saben Joan Piris y Salvador Giménez Valls) que no rebla, que no retrocede. Aunque quien esté en frente sea nada más, y nada menos, que el Opus Dei.