Multitudinaria participación de los fieles el domingo de ramos 2024 en La Habana Padre Ariel Suárez: “En las condiciones de nuestro país hay que potenciar el que la gente se acerque a la Iglesia y quiera manifestar su fe”
Tradicionalmente, la celebración del Domingo de Ramos es la más concurrida de toda la Semana Santa en Cuba
Durante esta semana, en varios lugares hay procesiones por las calles y en las plazas de La Habana
Desde hace años hay un día a la semana santa en que por la Televisión Nacional se presenta el Sermón de las Siete Palabras
Desde hace años hay un día a la semana santa en que por la Televisión Nacional se presenta el Sermón de las Siete Palabras
Una Iglesia viva es la que describe el padre Ariel Suárez, párroco del Santuario diocesano y basílica menor de Nuestra Señora de la Caridad en La Habana y secretario adjunto de la Conferencia episcopal de Cuba, en una entrevista para Religión Digital a propósito de la Semana santa 2024 en La Habana.
Se comparten algunas fotos de la celebración del Domingo de Ramos del 24 de marzo 2024 en distintas parroquias de La Habana.
Padre Ariel, gracias por permitirnos este espacio para informar a los lectores de Religión Digital sobre las actividades y celebraciones programadas durante la Semana santa de este año en su parroquia y en las demás parroquias de la Habana.
Me preguntas cómo vamos a celebrar la Semana Santa en La Habana. Bueno, te diré que este viernes y sábado pasados tuvimos un acontecimiento de mucha lluvia, incluso en algunos lugares hubo granizos, crecidas de los ríos, inundaciones, un pequeño tornado, en alguna de las zonas periféricas de La Habana; de modo que las celebraciones que se pensaban hacer el sábado, ya como vísperas del Domingo de Ramos, probablemente algunas de ellas no se pudieron realizar, o no se pudieron realizar con la participación que se esperaba, porque las condiciones climáticas no eran las mejores.
Las lluvias torrenciales y crecidas de los ríos e inundaciones que ha habido por la entrada de un frente frío, como llamamos nosotros aquí, produjo un descenso ligero de las temperaturas de estos días, pero realmente un poquito inusual para este periodo del año, porque estamos ya, para nosotros en el hemisferio norte, comenzando la primavera y hay rezagos del invierno de este año en el cual afortunadamente tuvimos unos meses muy frescos.
Bueno, te decía que ayer probablemente no se pudieron realizar todas las celebraciones previstas en todos los lugares o con la participación que se esperaba por estas condiciones del clima.
Pero ya hoy domingo La Habana amaneció con un clima muy bueno, Y la experiencia que yo tengo de los sacerdotes con los que hemos compartido experiencias o fotos es la de una activa y entusiasta participación en todas las eucaristías.
En muchos lugares hubo la procesión de los ramos o de las palmas en lugares cercanos al templo, en una plaza que está frente o en un parquecito.
Tradicionalmente, la misa y la celebración del Domingo de Ramos es la que tiene un carácter más popular entre nosotros en Cuba. Pudiéramos decir que es la más concurrida de toda la Semana Santa.
Las personas vienen a buscar el ramo o el guano, como decimos aquí, porque lo extraemos de la palma, que es el árbol nacional de Cuba, la palma real. Hay un deseo de acoger ese signo religioso que es importante, y puede ser que alguien le dé incluso demasiada importancia y algún poder taumatúrgico, curativo, pero ciertamente en las condiciones de nuestro país yo creo que hay que potenciar el que la gente se acerque a la iglesia y quiera manifestar su fe.
Y bueno, nos toca a nosotros, los sacerdotes y a los agentes de pastoral en general, expresar que ese signo es sobre todo un elemento material que indica nuestra acogida de Cristo, de su reinado, de su modo de vivir, de sus opciones, de sus preferencias.
Es recibir a Jesús al rey de un nuevo reinado, y convertirlo en el rey, en el señor de nuestras vidas, en el señor de nuestro corazón, sabiendo que ese Dios viene para nosotros, viene para salvarnos, viene para darnos la vida, la vida del eterno, la vida divina, compartirla con nosotros, a liberarnos del mal.
Yo creo que ese ambiente de alegría se ha vivido en la mayoría de las celebraciones que hemos tenido en La Habana.
Durante esta semana, en varios lugares hay procesiones, por ejemplo, el Viernes Santo con el Vía Crucis por las calles y en las plazas. En La Habana Vieja es tradicional ya desde hace años un hermoso Vía Crucis que se realiza por las calles principales, desde una de las iglesias del casco histórico hasta la Catedral de La Habana. Ahí en el atrio de la Catedral de La Habana se tiene el momento de la crucifixión y del descendimiento y después en la iglesia del santo ángel custodio, que está a unos 700 metros de la catedral, se tiene lo que podríamos llamar el santo entierro. Es como si fuera el sepulcro; y todo eso se hace por las calles entre cantos y oraciones; es un momento muy bonito, ese vía crucis tradicional.
También el domingo de resurrección en la tarde, siempre en la zona cercana a la Catedral de La Habana, en esas parroquias que están en el casco histórico, se tiene el Vía lucis, que es la procesión del encuentro entre el resucitado y la Virgen Santísima. Eso también se realiza en otras parroquias del arquidiócesis de La Habana; en algunas hay tradición bastante profunda de esas experiencias religiosas, de esas manifestaciones religiosas, y yo creo que las personas lo añoran y lo reconocen.
También desde hace años hay un día a la semana en que por la Televisión Nacional se presenta el Sermón de las Siete Palabras. El viernes pasado, en la Catedral de La Habana, la Televisión Nacional hizo la filmación de este momento de oración y de meditación. Este año fueron básicamente mujeres las que van a llevar la reflexión del Vía Crucis. Fueron religiosas y laicas las que comentaron las Siete Palabras.
El próximo miércoles, el Miércoles Santo, se va a tener por la Televisión Nacional, en un horario privilegiado, este sermón de las Siete Palabras y se podrá ver en todo el país.
Desde hace muchos años también el Viernes Santo, el Vía Crucis que el Papa realiza desde el Coliseo en Roma, se transmite por la Televisión Nacional y ese es otro momento en que el pueblo puede escuchar, incluso los que no frecuentan la Iglesia, si así lo desean, desde sus casas el mensaje evangélico.
También los evangélicos o protestantes tienen un programa por televisión que hacen en torno al Domingo de Resurrección. Es como un culto pascual que organizan los hermanos evangélicos preparado por el Consejo de Iglesias de Cuba.
El Consejo de Iglesias de Cuba también tiene un programa radial desde hace muchos años los domingos y los obispos católicos desde la pandemia también tienen un programa radial en el que pueden cada domingo durante media hora hablar a sus feligreses, a sus diocesanos, y compartir la palabra de Dios y el mensaje de la fe y el mensaje del evangelio.
En algunas provincias sabemos que el programa radial del obispo, o de la diócesis, está entre los programas más escuchados. Incluso el año pasado se le entregó un reconocimiento al obispo de una de las diócesis de Cuba desde la emisora radial provincial, porque el programa que ellos elaboran había sido el de mayor audiencia ese año en el territorio.
En todas las parroquias obviamente habrá celebraciones; el jueves santo en muchas parroquias se tiene también el gesto del lavatorio de los pies y se hacen recogida de alimentos, de medicinas, de ropa para compartir con los más necesitados.
También aquí en la vicaría nuestra, en lo que es el barrio de Centro Habana, tenemos también un acto penitencial el miércoles santo por la tarde para que los que quieran confesarse puedan ir allí y tener la posibilidad de que varios sacerdotes, los que trabajamos aquí en el área de la vicaría, estaremos disponibles para el sacramento de la reconciliación, para ofrecerlo a nuestros fieles.
Así mismo, hay varias comunidades donde están preparando obras de teatro sobre la Pasión de Cristo; por ejemplo, en la parroquia de san Agustín en el barrio de Marianao va a haber el miércoles en la noche la presentación de una obra sobre la Pasión del Señor en la cual trabajan cien personas de todas las edades, todos los parroquianos que quisieron implicarse en esta obra con mucho sacrificio y dedicación, y al mismo tiempo entusiasta compromiso. Creo que es un momento muy bello para esa comunidad, porque durante toda la Cuaresma el Maestro los ha unido y ha estrechado los vínculos de todos los parroquianos.
Respecto a la Vigilia pascual, en algunas comunidades parroquiales más pequeñitas, donde en Cuba tenemos un ambiente tan familiar, se acostumbra hacer la celebración de la vigilia pascual durante la madrugada. Comienzan algo así como a las 4 o 5 de la mañana, de tal manera que el amanecer del domingo, les alcanza durante la celebración, y terminan a veces con un desayuno, con un compartir fraterno entre todos.
Hay algunos lugares donde esas experiencias se vienen haciendo desde hace años y con mucho provecho y con mucha alegría por parte de las comunidades. Me parece que es un tiempo hermoso para seguir evangelizando Yo creo que en nuestro pueblo hay una búsqueda de la dimensión espiritual, de la trascendencia.
Creo que hay muchas personas en nuestro pueblo que quieren escuchar la palabra de Dios, que encuentran en la Iglesia un ámbito de sosiego, de consuelo, de esperanza, de paz. Y ahí hay un gran desafío para nosotros, ¿no?
Poder recepcionar esa sed de Dios, esa hambre de Dios que tiene este pueblo, y acoger esas personas con sus cruces, con sus luchas, con sus talentos, con su creatividad, y ofrecer el tesoro que nosotros tenemos, que es la presencia de Cristo en nuestras vidas, que hace nuevas todas las cosas.
Por lo tanto, en cualquier circunstancia, en cualquier realidad en la que uno está, también en las difíciles o complejas por las que vivimos en este país, yo creo que la presencia de Jesús aporta novedad, porque aporta reconciliación, aporta paz, aporta alegría, aporta esperanza. Éso es lo que queremos compartir, al menos es lo que yo siento, que el Señor me pide compartir con las personas con las que ya me he encontrado en las tres misas de Domingo de Ramos que he tenido en mi parroquia que es el santuario diocesano y basílica menor de Nuestra Señora de la Caridad en La Habana, un lugar bastante frecuentado en la capital del país, porque es el santuario de la patrona de Cuba, Nuestra Señora de la Caridad, en la capital de la nación.
Aquí pasan muchos habaneros y muchos habitantes de La Habana, incluso otros que viven en las provincias cercanas llegan aquí a venerar a la madre del señor y a orar y quieren aquí bautizar a sus hijos. Aquí se bautizan casi 300 niños al mes. También vienen muchas mujeres embarazadas para invocar la protección de la Virgen de la caridad sobre sus vidas, sobre los niños que traen en el vientre, para pedir un embarazo y un parto feliz; y claro, por eso, muchas veces después quieren bautizar a sus hijos aquí, donde experimentaron la protección y la compañía de la Virgen.
Así que aquí hay un desafío grande. Es un templo siempre concurrido, siempre con gran participación en las celebraciones. Ojalá que nosotros no defraudemos a las personas que vienen aquí; que lo que podamos entregar en estos días, que el testimonio de caridad que realicemos y de anuncio de la palabra del Señor ofrezca esperanza, alegría y paz a ese pueblo que busca al Señor, a veces incluso sin ser muy consciente de ello.
En muchas de nuestras parroquias hay experiencias caritativas como comedores parroquiales y otras instancias con abuelos, con ancianos, con personas más pobres o vulnerables. Y todas esas experiencias en la Semana Santa se refuerzan porque sé que las parroquias y los sacerdotes y laicos y curas juntos intentan buscar la manera de aliviar y paliar tanto dolor compartiendo lo que somos y tenemos con los demás.
Será también una semana para visitar a los enfermos. Por ejemplo, aquí hemos guardado parte de los ramos o de los guanos que hemos bendecido en estas misas; es algo que tradicionalmente hacemos para esta semana, llevarlos a los enfermos y a tantas personas buenas que en otro tiempo sirvieron a esta parroquia o a nuestras parroquias en general, y ahora, por la ancianidad o por problemas de salud, ya no pueden participar de la vida de la iglesia. Visitarlos y atenderlos en estos días será un gesto de agradecimiento, de reconocimiento y de amor por todo el bien que ellos son y que han entregado en nuestras comunidades.
Creo que aquí tienen un resumen bueno de lo que puede ser la Semana Santa, de lo que ha sido, de lo que va siendo, de lo que tradicionalmente hacemos en la arquidiócesis de La Habana.
A todos los que van a leer este texto, les deseo una buena Semana Santa llena de las bendiciones del Señor, que el Cristo muerto y resucitado por nuestra salvación sea para todos nosotros, para las familias y los pueblos del mundo, el sembrador de paz, de reconciliación, de vida plena. Yo creo que si logramos acoger sus gracias en esta semana, entonces realmente será una Semana santa.
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