Constitución Gaudium et Spes
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La Iglesia en el mundo de hoy
Introducción
Capítulo II.._ La comunidad humana
23. Propósito del Concilio._La Revelación sirve de gran ayuda para promover la fraternidad entre los hombres. El Concilio quiere detenerse en algunas verdades que se refieren a la vida social y sus consecuencias.
24. Carácter comunitario de la vocación humana._Dios ha querido que los hombres formemos una sola familia. El amor de Dios y del prójimo es el mandamiento mayor, y Cristo nos ha enseñado que el hombre no puede encontrarse plenamente a sí mismo más que en la entrega de sí.
25. Interdependencia entre el hombre y la sociedad._El sujeto y el fin de todas las instituciones sociales debe ser la persona humana. La familia y la comunidad política responden inmediatamente a la naturaleza del hombre. La socialización, aunque no carece de peligros, puede acarrear múltiples ventajas.
Las perturbaciones del orden social nacen, si, de la tensión existente en las estructuras económicas, políticas y sociales, pero nacen sobre todo de la soberbia y del egoísmo.
26. Promoción del bien común._Es necesario que sean asequibles a todos las cosas necesarias para una vida verdaderamente humana, como, por ejemplo, el alimento, vestido, vivienda, educación, información, salvaguardia de la vida y de la libertad, también en el campo religioso. Todo el ordenamiento social, el cual exige profundas transformaciones de mentalidad y de estructuras, debe estar dirigido a la persona humana.
27. Respeto de la persona humana._Es necesario ejercitar una profunda caridad con todos y deplorar todo aquello que es contrario a la vida y a la dignidad de las personas. Todo ellos es vergonzoso para la civilización humana y lesiona el honor debido a Dios.
28. Respeto y amor a los adversarios._El respeto y el amor deben extenderse también a quien profesa concepciones políticas, morales y religiosas distintas de la nuestra. Hay que distinguir entre el error y el que yerra, el cual conserva su dignidad de hombre. Dios es el único juez de los corazones. Cristo nos impone perdonar las injurias y extender a los enemigos nuestro amor.
29. La igualdad de los hombres._No todos los hombres son iguales, por ejemplo, en capacidad física e intelectual, pero a todos-creados por Dios con el mismo origen e idéntico destino-hay que reconocerles una igualdad fundamental. Debe, por consiguiente, eliminarse, como contraria a Dios, toda discriminación por motivos de raza, sexo lengua y religión. Y nos debe preocupar el que no se reconozcan estos derechos. Las excesivas desiguadades económicas y sociales costituyen un escándalo y una ofensa a la dignidad humana.
30. Superación de la ética individualista._Cuanto más se unifica el mundo, tanto más se extienden los deberes de los hombres al mundo entero. Es necesario, por tanto, superar el individualismo y cultivar las virtudes morales y sociles, sin evadir los tributos justos y las diversas normas higiénicas y de seguridad que regulan la vida social y el respeto por el prójimo.
31. Responsabilidad y participación._La educación debe tender a formar hombres de recia personalidad, lo cual dificilmente puede lograrse en situaciones de extrema necesidad o esquivando las dificultades propias de la vida social. Por eso, auque hay que tener en cuenta las diversas situaciones de los pueblos y la necesaria solidez de los poderes públicos, son de alabar aquellas naciones que permiten a la mayoría de los ciudadanos participar en la gestión de la vida pública.
32. Encarnación y solidaridad._El carácter comunitario de la relación de Dios con el hombre comenzó a realizarse en la Alianza Antigua que Dios estableció con su pueblo, y brilló plenamente en la obra de Cristo, que quiso participar en la vida social de su ambiente santificando las relaciones humanas y sometiéndose a las leyes de su patria. Jesús predicó la hermandad y ordenó anunciar el Evangelio a todas las gentes. Después creó una comunidad nueva en la Iglesia, en la cual la fraternidad debería aumentar siempre, hasta el final de los tiempos.
Ver: Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual.
BAC Ocho grandes mensajes 1974
La Iglesia en el mundo de hoy
Introducción
Capítulo II.._ La comunidad humana
23. Propósito del Concilio._La Revelación sirve de gran ayuda para promover la fraternidad entre los hombres. El Concilio quiere detenerse en algunas verdades que se refieren a la vida social y sus consecuencias.
24. Carácter comunitario de la vocación humana._Dios ha querido que los hombres formemos una sola familia. El amor de Dios y del prójimo es el mandamiento mayor, y Cristo nos ha enseñado que el hombre no puede encontrarse plenamente a sí mismo más que en la entrega de sí.
25. Interdependencia entre el hombre y la sociedad._El sujeto y el fin de todas las instituciones sociales debe ser la persona humana. La familia y la comunidad política responden inmediatamente a la naturaleza del hombre. La socialización, aunque no carece de peligros, puede acarrear múltiples ventajas.
Las perturbaciones del orden social nacen, si, de la tensión existente en las estructuras económicas, políticas y sociales, pero nacen sobre todo de la soberbia y del egoísmo.
26. Promoción del bien común._Es necesario que sean asequibles a todos las cosas necesarias para una vida verdaderamente humana, como, por ejemplo, el alimento, vestido, vivienda, educación, información, salvaguardia de la vida y de la libertad, también en el campo religioso. Todo el ordenamiento social, el cual exige profundas transformaciones de mentalidad y de estructuras, debe estar dirigido a la persona humana.
27. Respeto de la persona humana._Es necesario ejercitar una profunda caridad con todos y deplorar todo aquello que es contrario a la vida y a la dignidad de las personas. Todo ellos es vergonzoso para la civilización humana y lesiona el honor debido a Dios.
28. Respeto y amor a los adversarios._El respeto y el amor deben extenderse también a quien profesa concepciones políticas, morales y religiosas distintas de la nuestra. Hay que distinguir entre el error y el que yerra, el cual conserva su dignidad de hombre. Dios es el único juez de los corazones. Cristo nos impone perdonar las injurias y extender a los enemigos nuestro amor.
29. La igualdad de los hombres._No todos los hombres son iguales, por ejemplo, en capacidad física e intelectual, pero a todos-creados por Dios con el mismo origen e idéntico destino-hay que reconocerles una igualdad fundamental. Debe, por consiguiente, eliminarse, como contraria a Dios, toda discriminación por motivos de raza, sexo lengua y religión. Y nos debe preocupar el que no se reconozcan estos derechos. Las excesivas desiguadades económicas y sociales costituyen un escándalo y una ofensa a la dignidad humana.
30. Superación de la ética individualista._Cuanto más se unifica el mundo, tanto más se extienden los deberes de los hombres al mundo entero. Es necesario, por tanto, superar el individualismo y cultivar las virtudes morales y sociles, sin evadir los tributos justos y las diversas normas higiénicas y de seguridad que regulan la vida social y el respeto por el prójimo.
31. Responsabilidad y participación._La educación debe tender a formar hombres de recia personalidad, lo cual dificilmente puede lograrse en situaciones de extrema necesidad o esquivando las dificultades propias de la vida social. Por eso, auque hay que tener en cuenta las diversas situaciones de los pueblos y la necesaria solidez de los poderes públicos, son de alabar aquellas naciones que permiten a la mayoría de los ciudadanos participar en la gestión de la vida pública.
32. Encarnación y solidaridad._El carácter comunitario de la relación de Dios con el hombre comenzó a realizarse en la Alianza Antigua que Dios estableció con su pueblo, y brilló plenamente en la obra de Cristo, que quiso participar en la vida social de su ambiente santificando las relaciones humanas y sometiéndose a las leyes de su patria. Jesús predicó la hermandad y ordenó anunciar el Evangelio a todas las gentes. Después creó una comunidad nueva en la Iglesia, en la cual la fraternidad debería aumentar siempre, hasta el final de los tiempos.
Ver: Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual.
BAC Ocho grandes mensajes 1974