Laudato Si.'Carta encíclica del Papa Francisco

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sobre el cuidado de la casa común

Lo que le está pasando

A nuestra casa


CAPITULO QUINTO

ALGUNAS LÍNEAS DE ORIENTACIÓN
Y ACCIÓN

IV. POLÍTICA Y ECONOMÍA EN DIÁLOGO
PARA LA PLENITUD HUM

193. De todos modos, si en algunos casos el desarrollo sostenible implicará nuevas formas de crecer, en otros casos, frente al crecimiento voraz e irresponsable que se produjo durante muchas décadas, hay que pensar también en detener un poco la marcha, en poner algunos límites racionales e incluso en volver atrás antes que sea tarde. Sabemos que es insostenible el comportamiendo de aquellos que consumen y destruyen más y más, mientras todavía no pueden vivir de acuerdo con su dignidad humana

Por eso ha llegado la hora de aceptar cierto decrecimiento en algunas partes del mundo aportando recursos para que se pueda crecer sanamente en otras partes. Decía Benedicto XVI que "es necesario que las sociedades tecnológicamente avanzadas estén dispuestas a favorecer comportamientos caracterizados por la sobriedad, disminuyendo el propio consumo de energía y mejorando las condiciones de su uso".

194. Para que surjan nuevos modelos de progreso necesitamos el modelo de desarrollo global, lo cual implica reflexionar responsablemente "sobre el sentido de la economía y su finalidad, para corregir sus disfunciones y distorsiones". No basta conciliar, en un término medio, el cuidado de la naturaleza con la renta financiera, o la preservacion del ambiente con el progreso. En este tema los términos medios son sólo una pequeña demora en el derrumbe. Simplemente se trata de redefinir el progreso. Un desarrollo tecnológico y económico que no deja un mundo mejor y una calidad de vida integralmente superior no puede considerarse progreso.

Por otra parte, muchas veces la calidad real de la vida de las personas disminuye _por el deterioro del ambiente, la baja calidad de los mismos productos alimenticios o el agotamiento de algunos recursos_ en el contexto de un crecimiento de la economía. En este marco, el discurso de crecimiento sostenible suele convertirse en un recurso diversivo y exculpatorio que absorbe valores del discurso ecologista dentro de la lógica de las finanzas y de la tecnocracia, y la responsabilidad social y ambiental de las empresas suele reducirse a una serie de acciones de marketing e imagen.

195. El principio de maximización de la ganancia, que tiende a aislarse de toda otra consideración, es una distorsión conceptual de la economía: si aumenta la producción, interesa poco que se produzca a costa de los recursos futuros o de la salud del ambiente; si la tala de un bosque aumenta la producción, nadie mide en ese cálculo la pérdida que implica desertificar un territorio, dañar la biodiversidad o aumentar la contaminación. Es decir, las empresas obtienen ganancias calculando y pagando una parte ínfima de los costos.

Sólo podría considerarse ético un comportamiento en el cual "los costes económicos y sociales que derivan del uso de los recursos ambientales comunes se reconozcan de manera transparente y sean sufragadas totalmente por aquellos que se benefician, y no por otros o por aquellos que se benefician, y no por otros o las futura generaciones". La racionalidad instrumental, que sólo aporta un análisis estático de la realidad en función de necesidades actuales, está presente tanto cuando quien asigna los recursos es el mercado como cuando lo hace un Estado planificador.

Ver: Carta encíclica
Laudato si'
del Papa Francisco
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