"Allí donde la propiedad es un derecho individual
y donde el dinero sea la medida universal
jamás podrá reinar la justicia
y la prosperidad social" (Tomás Moro)

2.3. INTERÉS PARTICULAR Y BIEN COMÚN

2.4. DE LA JUSTICIA AL FRACASO

(Continuación)

Trataremos de desentrañar, a lo largo de este apartado, el proceso seguido en los últimos años, mediante el cual, el sistema de explotación de antaño se traduce en un sistema de dominación en la fase actual neoliberal.

A lo largo del tiempo y con el desarrollo de la psicología el poder ha ido descubriendo que resulta mucho más barato imponerse desde la dominación que desde la explotación. En esta, el instrumento principal de los privilegiados para mantenerse en el poder era la fuerza y su cabeza visible los ejércitos. En la dominación, la herramienta principal es la manipulación de la conciencia, y sus agentes, los medios de comunicación de masas, primordialmente, la televisión.

El camino recorrido ha sido desde la identificación clara de los agentes y mecanismos que causa el malestar, hasta el momento actual, en el que se han despersonalizado y desdibujado los agentes que causan la injusticia, así como los mecanismos empleados para tal fin, de modo que resulta difícil ver los hechos en su conjunto por la seducción, el aislamiento, la mentira o las medias verdades.

Durante la revolución industrial se podía identificar con claridad los agentes causantes del sufrimiento y la miseria de los trabajadores. Através de la asociaciación, estos últimos fueron descubriendo los mecanismos que les hacían padecer la situación de injusticia en que vivían y las posibles respuestas.

Actualmente en nuestras estructuras, hemos interiorizado que el único sistema posible es el que tenemos. Un sistema en que la riqueza se va acumulando en manos de unos pocos, mientras la mayor parte del planeta vive en la miseria y la explotación, y que abre más y más la brecha entre los poderosos y los excluidos.

Un sistema que ha convertido la economía de mercado en nueva religión a practicar por todos los habitantes del planeta. Esta es una religión fundamentalista y quien apostasía de ella y no cumple los preceptos que exige es anatemizado y expulsado por impuro y hereje.

El justo castigo para los transgresores consiste en echarlos fuera para que no puedan participar de los beneficios del mismo. Los que quieren redimir sus culpas deberán correr un largo camino de penitencias y calamidades esperando que los sacerdotes consideren que han demostrado suficientemente su adhesión a las normas del sistema. Esto se aplica tanto a los individuos, colectivos, pueblos, como países y áreas geográficas.

La antropología de esta religión es una antropología individualista y darwinista, como hemos ido viendo. Sólo los fuertes y más capaces pueden ser miembros de ella, quienes no sean capaces de competir, son unos inadaptados, unos fracasados.

La maduración del sistema capitalista en los últimos años ha supuesto que todas las esferas de la vida hayan sido penetradas por las relaciones capitalistas, llegando a invadir lo más hondo de los valores culturales. Todo es susceptible de convertirse en mercancia, no sólo lo material sino también lo inmaterial. De esta manera, y cada vez más, nos relacionamos con el otro mediante deshumanizadas y competitivas relaciones mercantibles.

Ver:El Mito de la Globalización

Neoliberal
Desafíos y Respuestas