El Mito de la Globalización Neoliberal
"Allí donde la propiedad es un derecho individual
y donde el dinero sea la medida universal
jamás podrá reinar la justicia
y la prosperidad social" (Tomás Moro)
"¿Debe hacerse una revolucion? Sí es
nuestra exigencia espiritual profunda.
Entoces preparémosla.Y para quien no
puede culminar queda al menos testimo
niar. Para quien ha dado un gran testi-
monio la vida no está vacía
(E. MOUNIER)
3.2. PR0FUNDIZANDO LA DEMOCRACIA
"Si se hubiera de definir la democracia podría hacerse diciendo que es la sociedad en la cual no sólo es permitido, sino exigido, el ser persona"(María Zambrano).
(Cont., viene del día 1)
En nuestras sociedades modernas, el tipo de representación que ha prevalecido ha sido el de representación libre, por la que el representanter una vez elegido, queda ya fuera del control de sus representados, por lo cual pasa de ser "servidor" de sus electores a "servirse" de ellos y de sus votos, para acceder y pertuarse en el poder.
La representación vinculada pasó a la representación libre, cuando la idea de representación del pueblo fue sustituada por la representación de la nación(comunidad política identificada con los órganos de poder), concepto que paradójicamente comprendía las instituciones del Estado, entre ellas la asamblea misma de representantes, con lo cual acababan representándose a ellos mismos.
En la democracia formal con representación libre, la participación política se realiza a través de los partidos políticos, reconocidos como instrumento fundamental de formación y manifestación de la voluntad popular. Ahora bien,
en relación, en relación a los partidos políticos hay que decir que su simple existencia no garantiza la plena realización y desarrollo de la democracia, sino que por el contrario, pueden acabar siendo un caricatura de la participación popular como está ocurriendo en la actualidad, debido a su transformación de partitos de militantes en partidos de electores.
Actualmente, los partidos políticos aparecen como máquinas electorales y la reducción consecuente de las actividades partidistas en los períodos interlectorales.
La profesionalización y burocratización de los cargos del aparato han minado la democracia interna de los partidos, convirtiéndo a los militantes a su vez, en simples funcionarios que obedecen las órdenes de sus dirigentes, quienes demandan fidelidad y lealtad absolutas a la organización.
Prueba de ello es la disciplina de voto, la presentación de candidaturas únicas en los congresos, la reducción del número de "militantes convencidos" o "no profesionales", el peso económico que representan las campañas electorales en los presupuestos de los partidos y la dependencia cada vez mayor de los recursos económicos ajenos.
Las razones de esta orientación que han tomado los partidos políticos hay que buscarlas en la evolución económica y sociológica de las sociedades occidentales, con el aumento de clases medias que constituyen el grueso del electorado flotante que tiende, por encima de condinamientos ideológicos, a ponderar en mayor medida su voto en las diferentes elecciones según sean las expectativas que ofrezca cada partido, siempre y cuando, éstos no pongan en peligro su grado de bienestar y consumo.
La búsqueda del voto de la clase media, de por sí el grupo menos ideologizado y comprometido, ha provocado la homogeinización ideológica y la desradicalización de los proyectos políticos, sustituyendo la lucha entre los modelos de sociedad por las soluciomes parciales a cada problema. A su vez, otra de las comsecuencias del proceso de uniformación ideológica es la personalización del poder, fenómeno por el que el electorado da mayor importacia a las cualidades personales de los líderes que a la opciones ideológicas que dicen representar. Ante la escasa distancia ideológica de unos partidos y otros, lo único que hace decidirse a los electores son las cualidades personales de los candidatos.
La prueba más evidente de la metamórfosis de los partidos políticos de los militantes en máquinas electorales es el coste económico que supone el mantenimiento del aparato del partido y de la burocracia que lleva consigo, y que explica la búsqueda de financiación, no siempre dentro de los cauces lícitos.
La desaparición del militante de base que aportaba su cuota para el funcionamiento del partido, así como la sustitución de las redes partidistas o actos de masas por los medios de comunicación para la captación del voto, ha convertido el tema de la financiación en el problema central y nuclear de las agrupaciones políticas. Así pues, parece que
las dos actividades principales de los partidos son la organicación de lasva campañas electorales y la búsqueda de financización en los períodos interelectorales, actividades "altamente formativa" para sus miembros.
Ver:El Mito de la Globalización
Neoliberal
Desafíos y Respuestas