Virtudes públicas en J. Ortega y Gasset
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Virtudes públicas o laicas
en José Ortega y Gasset
Capítulo Cuarto
El Socialismo
Elogio de Ortega a Pablo Iglssias
Un ejemplo de aristócrata, es decir, de persona virtuosa en la vida pública, es la figura de Pablo Iglesias, al que Ortega fue conociendo a medida que se iba acercando al socialismo en los congresos de agosto de 1908 y septiembre de 1912. Durante ese tiempo se despierta en él una gran admiración por el dirigente socialista, lo que expresaría públicamente al ser elegido este representante del pueblo en las elecciones de 1910.
Ortega hace un verdadero panegírico a su persona y le canoniza diciendo: "¿Cómo pretender cerrar la comunión de los bienaventurados a este tipógrafo? Pablo Iglesias se ha esforzado hasta alcanzar la nueva santidad, la santidad enérgica, activa, constructora, política, a que ha cedido el paso la antigua santidad quietista, contemplativa, metafísica y de interna edificación.
Sin santos no hay virtudes. Como los físicos construyen en los laboratorios las leyes del mundo de las cosas, los santos hallan experimentalmente en sus vidas las virtudes, leyes del mundo moral. A cada virtud su santo. Si hoy consideramos como aspiración profunda de la democracia hacer laica la virtud, tenemos que orientarnos buscando...los rostros egregios de los santos laicos. Pablo Iglesias es uno de ellos; don Francisco Giner es otro: ambos, los europeos máximos de España.Y es menester acentuar que Pablo Iglesias tiene derecho a que su vida sea contada -como un derecho que solicita la imitación-.
Ortega estima mucho a Pablo Iglesias porque ve personificado todo el socialismo en él. En el momento de ser elegido diputado socialista le califica de hombre serio y de gran talento, "dos cualidades, a las que, so pena de caer en un horrible pesimismo cósmico, hemos de vaticinar, dondequiera se presenten, éxito seguro". En repetidas ocasiones nuestro gran filósofo ha hecho el mayor elogio que se haya podido hacer al fundador del partido socialista obrero español.
Los cuarenta mil votos que le llevaron al Parlamento los considera cuarenta mil actos de virtud, que purifican las urnas ciudadanas de muchas impurezas anteriores. Hoy han recuperado su honor: "los votos de Pablo Iglesias han henchido las urnas de virtudes teologales". Lo mismo que Ortega pensaba el teólogo y escriturista JM. González Ruiz acerca del hombre más emblemático del socialismo en España, como se pone de manifiesto en su libro Los santos que nunca serán canonizados. Pablo Iglesias es uno de ellos. El canónigo malagueño sabía bien que los caminos de la Iglesia para canonizar no van por ahí.
Como presintiendo el rechazo de muchos católicos a cuanto ha dicho sobre el representante del socialismo en España, ahora añade Ortega: "Todo hombre honrado ha de sentir que le acrece la fe en los poderes de bondad concedidos a la especie humana cuando vea florecer la virtud en el campo enemigo, y ningún verdadero católico cometerá el sacrilegio de poner coto a la divina munificencia cuando la mano de Dios se alarga un poco y deja caer algunos puñados de virtudes en las entrañas de los hombres malos.
Los que aborrecen las divisiones infranqueables entre los espíritus, los pacíficos, a quienes fue prometido el reino, trabajarán siempre por elevar ejemplos de virtud en cuya estimación pueden reunirse todos los hombres: santos que a todos nos sean comunes y pongan un acento de paz en la lucha ardiente de la historia. La comunión de los santos es en primer lugar la comunidad de los hombres en los santos".
Luego da un salto hacia atrás en la historia, para decir que en la Edad Media la idea socializadora por excelencia fue la religión: "En cambio hoy el socialismo se ha apoderado de nosotros. De tal manera que quien no sea socialista se halla moralmente obligado a explicar por qué no lo es o por qué no lo es sino en parte.
El socialismo es una ciencia, no una utopía, y merced a él los problemas políticos actuales son susceptibles de solución, es la única esperanza abierta en política sobre el amplio mundo". Por tanto, el socialismo es, en este vocabulario teológico secularizado de Ortega, una virtud teologal(Pablo Iglesias X, 139-142)(Planeta Sitibundo I,147s).
Concluimos el epígrafe diciendo que entre este socialismo virtuoso del que habla Ortega y la constitución Gaudium et spes del Vaticano II hay, una vez más, convergencia. Por ejemplo, cuando esta habla de la igualdad esencial entre los hombres y de la justicia social, porque todos ellos dotados de alma racional y creados a imagen de Dios, tienen la misma naturaleza y el mismo origen. O cuando habla de la superación de la ética individualista. También al hablar de la responsabilidad y participación en la vida pública y de la solidaridad humana (GS 29, 32).
Ver: Francisco G-Margallo: Teología de J. Ortega y Gasset. Evolución del cristianismo, Madrid 2012
También Virtudes públicas en Ortega.
Los interesados en la adquisición de los libros de J. Ortega y Gasset pueden llamar al tf. 91 534 27 65. o escribir a:
fmargalloba@hotmail.com// En Madrid: Librería El Buscón Cardenal Silíceo 8. Semiesquina López de Hoyos 148 www.elbuscon.es. También en Libreria Basílica C/ Comandante Zorita, 23Telf 91 534 45 54. Y tambien en Meta Librería. Filosofía y Ensayo C/Joaquín María López, 29 en Madrid Telf
91 544 78 26. Y La Librería C/Mayor 80 Madrid Tel 91 541 71
70; y también en librería aliana C/General Varela, 6 Tel 91 555 73 02
Virtudes públicas o laicas
en José Ortega y Gasset
Capítulo Cuarto
El Socialismo
Elogio de Ortega a Pablo Iglssias
Un ejemplo de aristócrata, es decir, de persona virtuosa en la vida pública, es la figura de Pablo Iglesias, al que Ortega fue conociendo a medida que se iba acercando al socialismo en los congresos de agosto de 1908 y septiembre de 1912. Durante ese tiempo se despierta en él una gran admiración por el dirigente socialista, lo que expresaría públicamente al ser elegido este representante del pueblo en las elecciones de 1910.
Ortega hace un verdadero panegírico a su persona y le canoniza diciendo: "¿Cómo pretender cerrar la comunión de los bienaventurados a este tipógrafo? Pablo Iglesias se ha esforzado hasta alcanzar la nueva santidad, la santidad enérgica, activa, constructora, política, a que ha cedido el paso la antigua santidad quietista, contemplativa, metafísica y de interna edificación.
Sin santos no hay virtudes. Como los físicos construyen en los laboratorios las leyes del mundo de las cosas, los santos hallan experimentalmente en sus vidas las virtudes, leyes del mundo moral. A cada virtud su santo. Si hoy consideramos como aspiración profunda de la democracia hacer laica la virtud, tenemos que orientarnos buscando...los rostros egregios de los santos laicos. Pablo Iglesias es uno de ellos; don Francisco Giner es otro: ambos, los europeos máximos de España.Y es menester acentuar que Pablo Iglesias tiene derecho a que su vida sea contada -como un derecho que solicita la imitación-.
Ortega estima mucho a Pablo Iglesias porque ve personificado todo el socialismo en él. En el momento de ser elegido diputado socialista le califica de hombre serio y de gran talento, "dos cualidades, a las que, so pena de caer en un horrible pesimismo cósmico, hemos de vaticinar, dondequiera se presenten, éxito seguro". En repetidas ocasiones nuestro gran filósofo ha hecho el mayor elogio que se haya podido hacer al fundador del partido socialista obrero español.
Los cuarenta mil votos que le llevaron al Parlamento los considera cuarenta mil actos de virtud, que purifican las urnas ciudadanas de muchas impurezas anteriores. Hoy han recuperado su honor: "los votos de Pablo Iglesias han henchido las urnas de virtudes teologales". Lo mismo que Ortega pensaba el teólogo y escriturista JM. González Ruiz acerca del hombre más emblemático del socialismo en España, como se pone de manifiesto en su libro Los santos que nunca serán canonizados. Pablo Iglesias es uno de ellos. El canónigo malagueño sabía bien que los caminos de la Iglesia para canonizar no van por ahí.
Como presintiendo el rechazo de muchos católicos a cuanto ha dicho sobre el representante del socialismo en España, ahora añade Ortega: "Todo hombre honrado ha de sentir que le acrece la fe en los poderes de bondad concedidos a la especie humana cuando vea florecer la virtud en el campo enemigo, y ningún verdadero católico cometerá el sacrilegio de poner coto a la divina munificencia cuando la mano de Dios se alarga un poco y deja caer algunos puñados de virtudes en las entrañas de los hombres malos.
Los que aborrecen las divisiones infranqueables entre los espíritus, los pacíficos, a quienes fue prometido el reino, trabajarán siempre por elevar ejemplos de virtud en cuya estimación pueden reunirse todos los hombres: santos que a todos nos sean comunes y pongan un acento de paz en la lucha ardiente de la historia. La comunión de los santos es en primer lugar la comunidad de los hombres en los santos".
Luego da un salto hacia atrás en la historia, para decir que en la Edad Media la idea socializadora por excelencia fue la religión: "En cambio hoy el socialismo se ha apoderado de nosotros. De tal manera que quien no sea socialista se halla moralmente obligado a explicar por qué no lo es o por qué no lo es sino en parte.
El socialismo es una ciencia, no una utopía, y merced a él los problemas políticos actuales son susceptibles de solución, es la única esperanza abierta en política sobre el amplio mundo". Por tanto, el socialismo es, en este vocabulario teológico secularizado de Ortega, una virtud teologal(Pablo Iglesias X, 139-142)(Planeta Sitibundo I,147s).
Concluimos el epígrafe diciendo que entre este socialismo virtuoso del que habla Ortega y la constitución Gaudium et spes del Vaticano II hay, una vez más, convergencia. Por ejemplo, cuando esta habla de la igualdad esencial entre los hombres y de la justicia social, porque todos ellos dotados de alma racional y creados a imagen de Dios, tienen la misma naturaleza y el mismo origen. O cuando habla de la superación de la ética individualista. También al hablar de la responsabilidad y participación en la vida pública y de la solidaridad humana (GS 29, 32).
Ver: Francisco G-Margallo: Teología de J. Ortega y Gasset. Evolución del cristianismo, Madrid 2012
También Virtudes públicas en Ortega.
Los interesados en la adquisición de los libros de J. Ortega y Gasset pueden llamar al tf. 91 534 27 65. o escribir a:
fmargalloba@hotmail.com// En Madrid: Librería El Buscón Cardenal Silíceo 8. Semiesquina López de Hoyos 148 www.elbuscon.es. También en Libreria Basílica C/ Comandante Zorita, 23Telf 91 534 45 54. Y tambien en Meta Librería. Filosofía y Ensayo C/Joaquín María López, 29 en Madrid Telf
91 544 78 26. Y La Librería C/Mayor 80 Madrid Tel 91 541 71
70; y también en librería aliana C/General Varela, 6 Tel 91 555 73 02