La cigüeña sobre el campanario
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La blanca cigüeña,
como un garabato,
tranquila y deforme, ¡tan disparatada!
sobre el campanario.
Antonio Machado
¡Yo creo en la esperanza...!
El credo que ha dado sentido a mi vida
8. Desmitologización y recuperación de la esperanza
Esta es la idea de San Pablo, cuando afirma y repite que si no hay resurrección para nosotros tampoco la ha podido haber para Cristo. Pero, inmediatamente después, Pablo pasa a proclamar con energía explosiva, que, en realidad, Cristo Jesús resucitó :
"¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que murieron"(Corintios 15, 21). A continuación, explica Pablo que entre la resurrección de Jesús, al tercer día de la pascua y de la nuestra, en la hora de la parusía de Jesús, al fin de los tiempos, transcurre toda la historia humana
Esta historia está para Pablo, en función de la resurrección de Jesús, que es una victoria potencial sobre el mal y la muerte : "todos revivirán en Cristo. Pero cada cual en su rango: Cristo como primicia; luego los de Cristo en su venida. Luego, el fin, cuando entregue a Dios Padre el reino, después de haber destruido todo principado, dominación y potestad. Porque debe él reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemido en ser destruido será la muerte".(1 Corintios 15, 22-26).
¿Qué quieren decir estas palabras?
Lo que Pablo quiere decir es esto: Jesús, muerto y resucitado, recibe una investidura, un reino, que tiene un sentido dinámico. Cristo resucitado es constituido Señor para que realice en la historia un proceso de rebelación de las potencias del mal. Conforme a la angeología del judaísmo de su tiempo, San Pablo piensa en potencias angélicas malignas, cuya acción se manifiesta en la trama fenoménica del mal, que aparece en la historia.
Para el creyente contemporáneo me parece accidental, que esas potestades hayan de entenderse en sentido literal o en sentido simbólico. Lo importante es que la rebelación de esas potencias es rebelación real del mal y de las estructuras malvadas en la historia, a través de la historia. Este proceso, paulatino y victorioso, tiene como coronación el triunfo definitivo de la vida sobre la muerte el día de la venida de Jesús, que es el tiempo de nuestra resurrección.
Las potencias del mal de que habla Pablo, representan lo que es egoísmo, opresión, injusticia, desamor. (En contraposición al amor que hace la justicia y que no obra el mal). Ese mal ha de ser vencido, paso a paso, a través de la historia. El Cristo misterioso, Jesús, muerto y resucitado, es ocultamente, porque permanece en el misterio del Padre, una garantía de que la lucha tiene "sentido" y da su sentido a la historia...
Esta lucha, con todas sus complejidades históricas, con sus incertidumbres, sus riesgos y sus temporales retrocesos, es un dinamismo en marcha hacia el fin, hacia la venida de Jesús, que será la consumación y el triunfo definitivo. Esta es la esperanza cristiana. Este es el contenido de la fe en la resurrección de Jesús, garantía(prenda) de nuestra final resurrección.
Yo creo en esta esperanza. Y para proclamar mi fe en esta esperanza he escrito este libro. Contra todos los que, fuera o dentro de la Iglesia, se esfuerzan en convencernos de que hay que renunciar a la esperanza en nombre de la prudencia o de la sensatez o de la ciencia o, tal vez, del "espíritu sobrenatural" que sería como decir: "en nombre de Dios".
Ver:José Mº Díez-Alegría, ¡Yo Creo en la Esperanza!
Desclée de Brouwer 1972
La blanca cigüeña,
como un garabato,
tranquila y deforme, ¡tan disparatada!
sobre el campanario.
Antonio Machado
¡Yo creo en la esperanza...!
El credo que ha dado sentido a mi vida
8. Desmitologización y recuperación de la esperanza
Esta es la idea de San Pablo, cuando afirma y repite que si no hay resurrección para nosotros tampoco la ha podido haber para Cristo. Pero, inmediatamente después, Pablo pasa a proclamar con energía explosiva, que, en realidad, Cristo Jesús resucitó :
"¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos como primicias de los que murieron"(Corintios 15, 21). A continuación, explica Pablo que entre la resurrección de Jesús, al tercer día de la pascua y de la nuestra, en la hora de la parusía de Jesús, al fin de los tiempos, transcurre toda la historia humana
Esta historia está para Pablo, en función de la resurrección de Jesús, que es una victoria potencial sobre el mal y la muerte : "todos revivirán en Cristo. Pero cada cual en su rango: Cristo como primicia; luego los de Cristo en su venida. Luego, el fin, cuando entregue a Dios Padre el reino, después de haber destruido todo principado, dominación y potestad. Porque debe él reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemido en ser destruido será la muerte".(1 Corintios 15, 22-26).
¿Qué quieren decir estas palabras?
Lo que Pablo quiere decir es esto: Jesús, muerto y resucitado, recibe una investidura, un reino, que tiene un sentido dinámico. Cristo resucitado es constituido Señor para que realice en la historia un proceso de rebelación de las potencias del mal. Conforme a la angeología del judaísmo de su tiempo, San Pablo piensa en potencias angélicas malignas, cuya acción se manifiesta en la trama fenoménica del mal, que aparece en la historia.
Para el creyente contemporáneo me parece accidental, que esas potestades hayan de entenderse en sentido literal o en sentido simbólico. Lo importante es que la rebelación de esas potencias es rebelación real del mal y de las estructuras malvadas en la historia, a través de la historia. Este proceso, paulatino y victorioso, tiene como coronación el triunfo definitivo de la vida sobre la muerte el día de la venida de Jesús, que es el tiempo de nuestra resurrección.
Las potencias del mal de que habla Pablo, representan lo que es egoísmo, opresión, injusticia, desamor. (En contraposición al amor que hace la justicia y que no obra el mal). Ese mal ha de ser vencido, paso a paso, a través de la historia. El Cristo misterioso, Jesús, muerto y resucitado, es ocultamente, porque permanece en el misterio del Padre, una garantía de que la lucha tiene "sentido" y da su sentido a la historia...
Esta lucha, con todas sus complejidades históricas, con sus incertidumbres, sus riesgos y sus temporales retrocesos, es un dinamismo en marcha hacia el fin, hacia la venida de Jesús, que será la consumación y el triunfo definitivo. Esta es la esperanza cristiana. Este es el contenido de la fe en la resurrección de Jesús, garantía(prenda) de nuestra final resurrección.
Yo creo en esta esperanza. Y para proclamar mi fe en esta esperanza he escrito este libro. Contra todos los que, fuera o dentro de la Iglesia, se esfuerzan en convencernos de que hay que renunciar a la esperanza en nombre de la prudencia o de la sensatez o de la ciencia o, tal vez, del "espíritu sobrenatural" que sería como decir: "en nombre de Dios".
Ver:José Mº Díez-Alegría, ¡Yo Creo en la Esperanza!
Desclée de Brouwer 1972