La Biblia entera, lectura de un año Ciudad Biblia. Una propuesta de lectura en 12 meses
Papa Francisco y Alianza Evangélica: Ante el 2020, año de la Biblia
La Alianza Evangélica Mundial (WEA) y el Papa Francisco han querido que el 2020 sea el Año de la Biblia, y que todos los cristianos puedan leerla en doce meses, para recrear desde ella la experiencia de Jesús y refundar su Iglesia, en un mundo que corre el riesgo de quedar vacío de Palabra
El Papa Francisco ha instituido en ese contexto la Fiesta de la Palabra de Dios, para celebrar todos los años el tercer domingo tras la Navidad, en el entorno de la Conversión de San Pablo (25 de enero) y del Octavario por la Unión de las Iglesias. Esta es, a mi juicio, la mayor reforma que el Papa Francisco ha puesto en marcha para Recreación de la Iglesia, partiendo de Jesús, es decir, de su Palabra, "encarnada" en la Biblia, en comunión con todas las iglesias.
Otras reformas, orquestadas por los "medios" (transformación de la Curia, regulación del dinero Vaticano, superación de un tipo de riesgo de pedofilia del clero, evangelización de las familias, recreación de los ministerios...) resultan marginales o secundarias, ante esta gran tarea: La vuelta a la iglesia de la Biblia, a eso que he venido llamado la Ciudad-Biblia (que es el principio y sentido de la ciudad-iglesia).
Una vez que vuelves a la Biblia, y quieres que todos los cristianos partan de ella, con autonomía y creatividad puede pasar cualquier cosa en la Iglesia, cualquier reforma es posible y se vuelve necesaria, pues su motor es la Palabra de Dios, y no pequeños manejos de jerarcas, ni siquiera del Papa... Así lo ha querido Francisco: El protagonista de los cambios de la Iglesia no es él, sino la la Palabra, el Verbo activo de Dios.
Con ese fin he venido preparando hace algún tiempo el texto base de esta Ciudad Biblia, con una explicación de conjunto de sus misterios y libros, para culminar en un mapa de lectura de conjunto de la Biblia, que la editorial Verbo Divino (dedicada a la extensión de la Palabra de Dios) ha publicado con todo lujo de imágenes, esquemas en color, mapas y guías de lectura (con gran esfuerzo económico, para que sea accesible a todos los bolsillos) como texto base para el estudio y conocimiento de la Biblia en este nuevo año 2020.
Este es un libro a cuatro manos: La idea viene de la Editorial Verbo Divino (G. Santamaría, Elías Pérez...), la diagramación, esquemas de colores, imágenes, dibujos es el equipo editorial (¡gracias, José Luis Albares), la letra es mía, la música tienen que ponerla los lectores.
Es un libro para mirar, leer y gozar... libro de estudio y consulta, para organizar la Biblia y entenderse en su despliegue de conjunto. Sólo le falta la música, como he dicho, pero ella pueden y deben ponerla los lectores, a quienes agradezco aquí también la confianza que han empezado a poner ya en se libro, por lo que ellos me vienen diciendo en estos últimos días.
Aprovecho la ocasión para dar gracias a la Editorial de la Palabra de Dios (Verbo Divino) por haberme confiado la letra de este libro, y por haberlo compuesto de un modo ejemplar (300 págs. de texto a gran formato, ilustraciones, dibujos, esquemas...), a un precio muy asequible, para que que puedan adquirirlo todos los lectores y grupos de Biblia.
Prólogo
Como gráficamente expresa la última parte de esta obra, «Doce meses con la Biblia», el libro que tienes en tus manos es una guía de lectura organizada e ilustrada de la Sagrada Escritura. Más que un texto de consumo rápido que se utiliza por un tiempo y luego se arrincona, la Biblia es un Libro-Ciudad para toda la vida: un lenguaje, una forma de ser, un sentido, una patria para estudiosos y creyentes.
Esta imagen de la Biblia como ciudad ya la utiliza Jesús ben Sira, el Eclesiástico, en el siglo ii a. C., cuando identifica la sabiduría de Dios con una Ciudad (Jerusalén), con un Libro (el de la alianza de Moisés), con un Huerto bien regado, rebosante de flores y olores, donde habitan y disfrutan los sabios (Eclo 24,11.23.31). El Apocalipsis, por su parte, añade que esta Ciudad Biblia estaba herméticamente clausurada, que nadie la había logrado abrir hasta que el Cordero rompió sus sellos y nos mostró su contenido (Ap 5).
Esta ciudad es la Nueva Jerusalén, con preciosos muros de jaspe y pilares de perlas (los doce apóstoles), con doce puertas abiertas a los cuatro puntos cardinales (los doce patriarcas) y custodiadas por ángeles del cielo (Ap 21,10-21). Esa Ciudad-Libro es la Biblia, que cientos de miles de rabinos judíos y teólogos cristianos, con científicos sin número, han leído, estudiado y comentado siglo a siglo.
Por un lado, la Biblia sigue siendo un libro muy difícil; pero, por otro, es el más fácil, pues Jesús rompió sus sellos y nos enseñó a caminar por sus calles y plazas. Pues bien, ahora que tengo el gozo de presentar esta guía de lectura de Ciudad Biblia, debo confesar que lo importante no es mi «plano», sino el Libro, es decir, esa Ciudad en la que Dios habita con nosotros a través de su Palabra. Ni el más minucioso de los 38 planos podrá nunca suplantar al territorio que representa.
No te quedes, pues, con el plano: explora más bien el territorio, que es la colección de textos (relatos, leyes, oraciones) de la Biblia. Esa es la aventura que te permitirá caminar hacia Dios y conocerte a ti mismo. Puede resultar una labor costosa, pero es, a un tiempo, tarea fácil, porque en general solemos conocer ya algunas cosas de la Biblia por herencia cultural, por la liturgia, quizá por experiencia personal y, sobre todo, por deseo de Dios y de verdad. No se trata, pues, de acceder por primera vez a una ciudad ignota, de la que nada sabemos, sino de familiarizarnos más con la «casa» que de alguna manera ya conocíamos.
Necesitarás, sin duda, cierto tiempo y una buena traducción de la Biblia, con sus introducciones y notas. Y puede ocurrir que en un momento dado te canses. Si llega ese momento, será bueno que pares y te reorientes de nuevo con el plano (pp. 255-285); es decir, con esta guía de lectura, para situarte en la diversidad de sus barrios, distinguiendo zonas de oración y terrenos de historia, adaptando tu marcha a las colecciones legales o a las denuncias proféticas, reconociendo si avanzas por novelas ejemplares o por textos de sabiduría…
El centro de referencia, que nunca habrás de perder de vista, es la Gran Plaza de Jesús, según los evangelios. No cuenta esta "Ciudad Biblia" con un plano hipodámico, con sus cuadras y manzanas perfectamente trazadas. Hay, sí, una vía central que va avanzando por sus libros, pero lo hace rondando por barrios y ramblas, por esquinas y arrabales, por avenidas y callejas que a menudo parecen cerrarse, como ocurría en la Jerusalén antigua.
No hay en Ciudad Biblia un plano de damero, pero sí una lógica muy honda, muy humana. Esta guía quiere orientarte en su búsqueda. Me permito por ello, pedirte, desde el principio, un voto de confianza, a fin de que después puedas caminar a tus anchas, por ti mismo. Contemplarás edificios-libros de tiempos y estilos diversos: códigos legales y evangelios, historias y leyes, profetas que siguen clamando justicia y poetas que anhelan la sabiduría. Y gravitarás siempre en torno al centro que es la Plaza de Jesús, donde todo comienza siempre de nuevo.
Es posible que al principio te cueste, pero después, tras haber recorrido varias veces Ciudad Biblia, reconocerás que la Biblia es tu libro, nuestra casa-ciudad: no te lo digo yo, lo comprobarás tú mismo cuando descubras en la Sagrada Escritura tu verdad humana y cristiana, una Palabra en torno a la cual ha girado no solo la religión, sino casi toda la cultura de Occidente. Que Jesús, Lógos de Dios, escriba su Palabra en tu corazón (2 Cor 3,3). Ese es mi profundo deseo, que comparto con Mabel, mi mujer y compañera en esta marcha de la Biblia, y con los amigos de Editorial Verbo Divino, que me han animado a preparar esta guía. Adelante. Es el momento de entrar. ¡Bienvenido a Ciudad Biblia!
Como una ciudad
Así entiendo o la Biblia como una ciudad fascinante, en gran parte ignorada, por la que debemos caminar con calma y tiempo, si queremos entrar en sus misterios (temas) y en toda la riqueza de su contenido (libros). Tiene esta “ciudad de la Biblia” mil rincones y nadie, ni judío ni cristiano, creyente o no creyente, la puede conocer del todo, aunque lleve muchos años explorando sus callejas. Pues bien, para caminar mejor por ella, propongo a mis lectores una “marcha” o exploración en doce meses. Hay varias rutas, y no todasempiezan por los mismos libros.
Los judíos suelen partir del Pentateuco, que ellos toman como puerta y plaza central de la Escritura, para contemplar y valorar desde allí los restantes libros.
Los cristianos mejor del Centro o Plaza Mayor de Jesús (con los evangelios), para avanzar desde allí en zigag (en ida y vuelta) hasta la puerta de entrada (Génesis) y salida (Apocalipsis), volviendo otra vez al evangelio. Esa Plaza Mayor o Kilómetro Cero la forman los libros de la vida de Jesús (Marcos, Mateo y Lucas) donde empieza y acaba este recorrido, para descubrir así las claves de la revelación de Dios, pues sólo la podrá entender quien sepa, al mismo tiempo, de dónde ella proviene (Antiguo Testamento) y hacia dónde se dirige (Nuevo Testamento, Iglesia).
Hay comentaristas que piensan que se debería conocer primero todo un Testamento (Antiguo o Nuevo) para tratar después de otro; hay otros que parecen centrarse solo en algunos libros, dejando otros al margen. En contra de eso, siguiendo de algún modo los planes de lectura que propone la liturgia judía y/o cristiana pienso que es preciso leer todos los libros, y más en nuestro caso, si pensamos que el AT y el NT están entrelazados de tal forma que deben leerse al mismo tiempo, caminando a la vez hacia el origen (AT) y la meta (NT).
Desde el principio/centro que es la Plaza de Jesús (Num 1), recorreremos así, de forma entrelazada los cinco temas del AT y los cinco del NT (Núm 2-11), para desembocar al fin, nuevamente, aunque de otra manera, en la misma Plaza de Jesús (Núm 12), donde evocaremos el sentido de conjunto de la Biblia, como como verá quien me siga acompañando.
En zig-zag
Propongo de esa forma un plan y guía de lectura de la Biblia en doce meses. Será un camino de cierta exigencia, pero no angustioso, partiendo de lo dicho en las dos partes anteriores de esta Guía (Temas, libros). Como he dicho en el prólogo, quiero entrelazar en zig-zag los temas de AT y del NT, poniendo a un lado los pares (AT) y al otro los impares (NT), de dos en dos, de manera que de un modo general sale este esquema:
Desde la plaza de Jesús (sinópticos) (1)
Libros históricos AT (2) ←→ Hechos de los Apóstolesl NT (3)
profetas AT (4) ←→ Pablo en el NT (5)
Ley, Deuteronomio (6) ←→ Evangelio de Juan (7)
Sacerdotes AT, Lev y Núm (8) ←→ Hebreos (9)
Comienzo AT, Génesis (10) ←→ Final de la Biblia, Apocalipsis (11)
Para terminar en la plaza de Jesús (12)
Esta Guía de Lectura es consecuencia y culmen de los temas anteriores y pretende que los lectores puedan pasar del estudio externo al interno, y situarse de un modo personal ante su Biblia, para conocer de un modo directo, por experiencia propia, sus temas e historia (libros). Éste será un camino pedagógico, que en algún momento podrá exigir una segunda vuelta. No se podrá saberlo todo al principio, ni se resolverán desde el principio todas las preguntas. Por eso será buena dejar pendientes algunas más difíciles, para un momento ulterior de lectura personal o en grupo, a fin de lograr así una visión de conjunto de la Biblia, en dirección de AT y NT, sabiendo que son inseparables para los cristianos.
Propuesta, no imposición
Ésta es una propuesta que compartimos con otros expertos y amigos de la Biblia, pero no podemos imponerla (ni aconsejar a todos que la sigan), pues cada lector o grupo de lectores deberá trazar su propio itinerario. Por otra parte, los doce meses son aproximados, aunque el número ofrece ciertas ventajas, pues permite disponer de un tiempo prudencial para cada libro o grupo de libros, detenerse o cerrarse en ninguno (aun sabiendo que algunos “meses” serán más intensos que otros). De todas formas este curso bíblico anual puede (y quizá) debe repetirse o acomodarse, convirtiendo los meses en trimestres o cuatrimestres, adaptando así el curso para tres o cuatro años.
Conclusión
La lectura empieza por Jesús (Núm 1: Sinópticos) y asciende (en dirección AT) por los libros históricos, proféticos, de ley y culto, hasta el Génesis (núm. 2, 4, 6, 8, 10), descendiendo, al mismo tiempo, en dirección inversa, por Hechos, Pablo, Juan y Hebreos, hasta el Apocalipsis (Núm. 3, 5, 7, 9, 11), para volver nuevamente al principio (Jesús, Núm 12). Empiécese el esquema por el centro, mes 1 y 12.