(Vatican News).-Con motivo del año dedicado a la familia con el que la Iglesia celebra los cinco años de la exhortación apostólica Amoris Laetitia, el Papa Francisco ha decidido confiar la elaboración de los textos de las meditaciones y oraciones del Vía Crucis del Viernes Santo a una serie de familias.
También serán las que lleven la cruz entre una estación y otra Esta Semana Santa Francisco confía las meditaciones del Vía Crucis 2022 a las familias
Se trata de familias vinculadas a comunidades y asociaciones católicas de voluntariado y asistencia. Así lo anunció el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni
Explicó que, según el tema elegido, siempre serán las familias las que lleven la cruz en las doce estaciones
Así lo informó el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, quien explicó que estas familias están vinculadas a comunidades y asociaciones católicas de voluntariado y asistencia. En base el tema elegido, siempre serán las familias las que lleven la cruz entre una estación y otra.
Como se anunció en marzo, el Vía Crucis volverá a desarrollarse en el Coliseo el 15 de abril, después de haberse celebrado en la Plaza de San Pedro durante dos años debido a la emergencia por el coronavirus.
En 2021, las meditaciones de los niños scout
En 2021, las meditaciones fueron realizadas por niños pertenecientes al Grupo Scout Agesci "Foligno I" (Umbría) y de la parroquia romana "Santi Martiri di Uganda". Los niños habían relatado los "pequeños grandes sufrimientos" que acompañan su vida cotidiana: desde el miedo a la oscuridad hasta el del abandono, la experiencia de sus propias limitaciones, las burlas en la escuela, las peleas con sus padres, hasta el miedo infundido por la pandemia del Covid.
Reflexiones de los presos en 2020
En el año 2020, año de la emergencia sanitaria, los reclusos de la cárcel Due Palazzi de Padua escribieron las meditaciones para el Vía Crucis 2020. Sus reflexiones incluyeron el dolor de una familia que había perdido a un ser querido por homicidio o la hija de un hombre condenado a cadena perpetua; el sufrimiento de la madre de un preso y la esperanza de un sacerdote acusado y finalmente absuelto por los tribunales después de ocho años de juicio ordinario; la responsabilidad de un educador de la prisión y de un magistrado de la libertad condicional; el trabajo de un catequista, de un fraile voluntario y de un policía de la prisión. Tantas situaciones de la vida para conformar un Vía Crucis que se ha convertido en Vía Lucis.
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