Aumenta la clase media en África

(JCR)
La última vez que vi a mi cuñado Martin en Kampala vino a verme con un traje impecable con su corbata que contrastaba con mis viejos vaqueros y mi camiseta. Se acababa de

comprar un coche nuevo, aunque de segunda mano, con capacidad suficiente –según me dijo- para salir los fines de semana con su mujer y sus cuatro niños. Me contó que hacía poco habían estado en un hotel en las fuentes del Nilo y se lo habían pasado muy bien. Martin y su familia viven en una casa espaciosa a las afueras de la capital ugandesa. Mientras me habla, le suena con frecuencia su Blackberry y otro teléfono de última generación cuyo nombre se me escapa. Cada vez que le veo no puedo menos de acordarme de la primera vez que nos vimos, allá por 2004, cuando estaba en el paro y sobrevivía gracias a trabajos ocasionales. Sus hermanos le ayudaron a terminar sus estudios y hoy trabaja en una de las mejores compañías internacionales de seguros que prosperan en un país donde no cesan de crecer las inversiones extranjeras.

Cada vez me encuentro en África mas personas como ni cuñado Martin. Muchas cosas están cambiando en África durante la ultima década, y una de ellas es la emergencia de la clase media. Hace pocos días se han publicado unos datos del Banco Africano del Desarrollo que revelan que un tercio de la población en el continente pertenece a la clase media. Esto representa un 34% de la población africana, es decir, 313 millones de personas. Es una cifra tres veces más alta que la de 1980. A esta categoría de « clase media », según este banco, pertenecerían las personas que gastan entre 2 y 20 dólares al día, teniendo en cuenta lo que suele ser el coste de la vida en África. Se trata de un fenómeno que puede compararse a la emergencia de esta clase social durante las ultimas décadas en países como India o China.

¿A que se debe este cambio? En primer lugar, al crecimiento económico que, en contra de muchos estereotipos que siguen presentando a África como un lugar exclusivamente de miseria y guerras, tiene lugar aquí durante la ultima década e incluso antes, sobre todo en países como Cabo Verde, Sudáfrica, Namibia, Ghana, Kenia, Uganda, Gabon, Ruanda y otros. Otros factores que han contribuido a esta transformación son : el desarrollo del sector privado, las inversiones del extranjero que han creado nuevos puestos de trabajo asalariados, y el numero cada vez mayor de personas en África que terminan sus estudios superiores.

Los que pertenecen a la clase media en África suelen vivir en las ciudades o cerca de ellas. Son asalariados o pequeños empresarios, utilizan más servicios como la electricidad y el agua corriente. Tienen menos hijos y gastan mas en educación y en ocio. Por ejemplo, en varios países africanos los parques nacionales que antes parecían ser lugares exclusivos para turistas extranjeros o los muy ricos ahora tienen muchas mas visitas de personas que pertenecen a esta clase media, que se aprovechan de la circunstancia de que el precio para los ciudadanos del país suele ser mucho más bajo que para los extranjeros.

Las consecuencias para la vida económica y social de los países africanos son numerosas. Estos millones de personas representan un mercado amplio para las empresas privadas, y el consumo crece. En África hay hoy mucha mas demanda de artículos como frigoríficos, televisiones, teléfonos móviles y sobre todo coches, aunque muchas veces se compren de segunda mano. Y no olvidemos las consecuencias políticas : son personas que utilizan internet y están mejor informadas. Y también pagan impuestos y por lo tanto piden cuentas y exigen más a sus gobernantes. Esto hace que demanden cambios en la política y que hagan que crezcan las ONG locales y la sociedad civil.

Pero a pesar de este crecimiento, no hay que olvidar que África sigue siendo un continente donde persisten enormes desigualdades. Según el mismo informe, se calcula que 100.000 africanos tienen en sus manos el 60% del producto interior bruto del continente. Y hay otro dato que no conviene olvidar: el 61% de la población sigue viviendo bajo el umbral de la pobreza, cuyo indicador es vivir con menos de dos dólares al día. La buena noticia es que muchas de las personas que hace pocos años estaban debajo de este umbral ahora han salido adelante, y lo mas esperanzador es que parece que cada vez serán más las personas que engrosarán las filas de una clase media que se ha convertido en uno de los motores de transformación social en África.
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