Y ahora, ¡qué1. 4-vi-2018

Mis reflexiones iban hoy por otros derroteros o al menos esos eran mis propósitos a las seis de la mañana. Pero –como suele decirse, una cosa es lo que el hombre propone y otra, lo que Dios o las circunstancias le imponen… El “yo” –lo saben hasta los que saben poco de Ortega y Gasset-, para ser el “yo” cumplido, se ha de amoldar a las circunstancias, que lo van haciendo “yo”, paso a paso hasta la madurez.
No pensaba yo -este amanecer- dejarme manipular por los hechos que estos días nos embargan. Pensaba dedicarme, desde el “punto primero de la mañana”, a reflexionar cuestiones prácticas de la última reforma del proceso y de la procedura en los pleitos de nulidad matrimonial canónic; una reforma entrada en vigor a finales de 2015 y alumbrada por el Motu Proprio, del papa Francisco, “Mitis Judex Dominus Jesus”.
Habré de retrasarlo y hacerlo algo más tarde, hoy mismo, porque no pienso con estas primeras reflexiones, al aire de los hechos, otra cosa que poner a mis amigos en el brete de tener de pensar ellos también y confesarse ante lo que pasa o nos pasa. Yo pienso… Tú pìensas… El de más allá también pi,ensa…

Es una verdad que los hechos hablan; incluso acosan y exigen; y no parece correcto darles la espalda o no hacerles aprecio, sobre todo, si son abultados o llamativos. Pero, como hoy me esperan otros empeños muy gratos y acuciantes también, quisiera ser breve e inquisitivo esta mañana. Breve porque la ruta está trazada y no es factible que no exista lo que ya se mueve. Inquisitivo, porque a mis amigos y lectores los considero adultos y mayores de edad en saber y discernir y conforta poner alguna vez en su tejado la pelota del pensar y del decir. Aprender de ellos me estimula. No sé si me será posible ser breve al menos. Inquisitivo, seguro que lo voy a ser.

Mi hermano, ayer –mi hermano no es de medias tintas ni de cambalaches teorizantes o romancescos: le gustan más las líneas rectas que las oblícuas o curvadas-…. Mi hermano, ayer, decía que el Senado debería tumbar los presupuestos y devolverlos al Congreso para que el nuevo presidente del gobierno bailara un pasodoble con ellos.
A la politica, aunque sea el “imperio de la mentira” como se sabe por Ortega, tal vez repugnara la treta, que no sería excesivamente honesta, ni quizás patriótica, le respondí.
Pero, lo que son las cosas… Esta mañana acabo de oír a un contertulio de la Cope una idea paralela a la de mi hermano, un tanto maquiavélica posiblemente, pero con cierto toque de sublimidad. Era esta: que el Senado, con mayoría absoluta popular, no rechace los presupuestos, pero que los enmiende. Y que concretamente los enmiende en lo que se refiere a esos 540 millones de euros y demás ganancias que el PNV exigió como condición para appyarlos y sacarlos adelante. Por la felonía del PNV, que -después de pactar con Rajoy y sacarle la ”tajada” de esos millones y más-, en días tres o cuatro, -tras “sopesar” y “meditar” mucho, como dijera su presidente- trapichea, pacta y apoya la moción de censura contra el propio Rajoy, condicionando el nuevo pacto a que le respeten esa “tajada” y no sin exigir otras, de lo que no me cabe duda.
Cuando le acaban de plantear esta posible treta al portavoz de los socialistas, dejó caer, sin dudarlo un momento, que eso sería uns “venganza” y que no sería justo.
Y como todos llevamos a bordo de nuestras personas el instinto de la justicia, esta salida del portavoz, a parte de hacerme gracia, hizo también que mis reflexiones no pudieron resistirse y me llevaran -otro día más- a hacer un guiño a estos hechos: en vez de, como yo me proponía, irme a los indicados análisis procesales.

Voy a plantear la cuestión muy escueta y concretamente: si el PP en el Senado enmendara los presupuestos en lo referente a las concesiones economicas exigidas por el PNV –esos casi 600 millones para empezar-, en razón a la felonía de pactar –en cuatro días, como quien dice- a favor de Rajoy y en contra de Rajoy, en un trapicheo indecoroso a todas luces, y con la “tajada” a buen recaudo y más que eso tanto en el anverso como en el reverso de la medalla, ¿sería una venganza, como afirma el portavoz socialista? ¿Sería una injusticia? ¿O, tal vez mejor, pudiera ser más bien lo justo y necesario, en este juego de intereses de unos y de otros?
Se sabe que en el Derecho internacional –en materia de los tratados, acuerdos y pactos entre los Estados- vige la cláusula del “pacta sunt servanda rebus sic stantibus”. Es decir, que los pactos han de mantenerse y observarse mientras las cosas, las condiciones o las circunstancias, sean las mismas; en otro caso, no.

dDespués de pensar un poco en ello, no me parece que la jugada del PP en el Senado, si se produjera, fuese una venganza, o que fuera injusta o falta de equidad. Y no sólo ni tanto por la traición de PNV –un partido que sabe bastante de “recoger nueces” del árbol que otros agitan- o por su avaricia descarada, sino porque considero que esas concesiones a los “periféricos” vascos y catalanes son atentatorias contra la democracia y sus bases de respeto a la igualdad y a la dignidad de los ciudadanos en general; y porque creo que los privilegios están reñidos frontalmente con la democracia, como clamaban -y con razón- los que han echado en cara al Estado conceder privilegios civiles a la Iglesia, discriminando a otras religiones, en sus mismas circunstancias sociales. Si esto ya no va, ¿por qué ha de seguir yendo lo otro?
Si el PNV se decidió, después de sopesarlo y meditarlo bien, a traicionar a Rajoy como lo hizo en realidad, ¿no hubiera sido lo ético, lo honorable, lo digno renunciar a los millones que le había sacado, en vez de asegurarlos bien, previamente al nuevo pacto, del que también sacaría más ”tajada” sin duda?.

Y aquí viene la cosa. ¿Qué pensáis de todo esto, mis queridos amigos?. Me pirro por saberlo.

He oído también hoy mismo –y abundo en los guiños a los hechos- cosas como estas:
-En democracia, los galones sólo se ganan en las urnas
-Pedro Sánchez no ta tomado la presidencia para gobernar España, sino para “estar” en la Moncloa
-La política de don Padro ha sido -hasta ahora- una política casi sólo de gestos. ¿Será, a partir de ahora, de algo más que gestos?
-Los socialistas, al pactar con los enemigos de España y de los españoles (¿No es de recordar la sarta de insultos que el Sr. Torra Pla, de “viboras” para arriba, nos dedicó a todos no hace tanto?), se han salido del bloque constitucional.
- A Ciudadanos se le ha quedado cara de “pasmao” después de sus aventurillas en la refriega de la “moción”; se le ha visto descolocado…
- Un Psoe pactando con los peores enemigos de España ¿es Psoe? No debiera quitarse alguna de las letras de su rótulo?
-El PP debe cuanto antes dejar de lamerse las heridas para reflexionar, con objetividad primero, para después autocriticarse y enderezar el rumbo. Porque sabido es que las instituciones se oxidan y envejecen cuando no se renuevan a tiempo y con energía. A circunstancias nuevas, caras y actitudes nuevas. Al fin y al cabo, los partdos políticos son medios y no fines; son andaderas y no poltronas…

Todo esto se decía esta mañana en los mentideros de la radio y la prensa.

Y como no tengo tiempo de más, “paso palabra” a mis amigos lectores para que ellos entren también en esta liza que se ha abierto con las recientes circunstancias; y para que, después de reflexionar por su cuenta y razón, piensen y después digan, si les parece, lo que opinan de estas novedades que los hechos traen esta mañana consigo.
¿Mañana más? Seguramente. ¿Quién se resiste a los guiños de ciertos hechos?

Para cerrar hoy, otro pensamiento de Antonio Machado, al que no me canso de citar porque nunca me canso de aprender de él. Oigamos lo que anota sobre España por boca de Juan de Mairena o de Abel Martín. “España no es una invención de las cancillerías europeas, la resultante de un tratado de paz mas o menos inepto. España lleva siglos de vida propia perfectamente definida por su raza, por su lengua, por su geografía, por su historia, por su aportación a la cultura universal. No es fácil disponer de su presente ni, mucho menos, de su porvenir. Aún suponiendo –y es mucho suponer- que pueda caer arrollada por la fuerza bestial de sus enemigos, su deber es caer con dignidad, resistir hasta el fin, porque sólo así sería indefectible su resurgimiento futuro. Y, por de pronto, España piensa en la victoria, porque está segura de merecerla”.
Las graves palabras del poeta parecen hechas para esta circunstancia. Pensemos y, sobre todo, no desesperemos. Animo, pues, que –como dice el sabido refrán- hay “matones”, cuyos “muertos gozan de buena salud”.

Amigos. Lo prometo. Por unos días os dejo en paz con vosotros mismos. Me voy a mis reflexiones procesales y, si puedo compaginarlo, también a recrearme por los ríos y las montañas de mi tierra. Traen satisfacciones que no son capaces de dar otros afanes u otros menesteres.
SANTIAGO PANIZO ORALLO
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