III LUNES DEL TIEMPO ORDINARIO/ CICLO C/28-01-2019

III LUNES DEL TIEMPO ORDINARIO/ CICLO C/28-01-2019


EVANGELIO DEL DÍA: Mc 3,22-30.

En aquel tiempo, los escribas que habían bajado de Jerusalén decían:
«Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios».
Él los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas:
«¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino dividido internamente no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.
En verdad os digo, todo se les podrá perdonar a los hombres:
los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre».
Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.


COMENTARIO:

Celebramos el Lunes de la Tercera Semana del Tiempo Ordinario. Hoy la Iglesia celebra la memoria de Santo Tomás de Aquino.
Nació en Roccasecca (Lacio) en Italia, a finales de 1224 o inicios de 1225. Fue teólogo y filósofo católico perteneciente a la Orden de Predicadores (dominicos). Es conocido como "Doctor Angélico".
Su trabajo más conocido e importante es la Suma Teológica, obra magna que pretende exponer de modo ordenado la doctrina católica.
Murió en la Abadía de Fossanuova el 7 de Marzo de 1274. Fue canonizado en 1323 y declarado Doctor de la Iglesia en 1567.
En 1880 fue declarado patrón de las universidades y centros de estudio católico.
En el Evangelio de este Lunes de la Tercera Semana del Tiempo Ordinario leemos el Evangelio según Marcos (Mc 3,22-30).
El Evangelio de San Marcos hoy nos presenta cómo los enemigos de Jesús, venidos de Jerusalén, le tienen como instrumento del príncipe del mal, y no dudan en afirmar: “Está poseído por Beelzebul y expulsa los demonios por el poder del Príncipe de los Demonios”.
Jesús afirmará que “se perdonará todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por muchas que éstas sean. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno” (cf. Mc 3,22-30).
Oramos a Dios que nos conceda el don de la Unidad para todos los cristianos para glorificar su nombre y ser testigos de su Gloria. Amén.

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