""Más le valdría (a Kirill) dimitir y que un sucesor devuelva el Patriarcado ruso a la dignidad" Del sergianismo atroz al cirilismo metafísico

Patriarca Kirill
Patriarca Kirill

"El baldón del sergianismo pesa como una losa en el Patriarcado ruso desde Sergio I hasta Alexis II. El cirilismo de Kirill I, con el apoyo a Putin y la justificación de la guerra en Ucrania ha empezado a marcar otra etapa de indignidad"

"El Estado soviético utilizó a la Iglesia ortodoxa rusa con fines propagandísticos. Se criticó al Patriarcado por conceder tanto y, sobre todo, someter a sí todas las comunidades ortodoxas de las regiones anexionadas por la Unión Soviética, los greco-católicos incluidos"

"Más le valdría (a Kirill) dimitir y que un sucesor devuelva el Patriarcado ruso a la dignidad, y la dignidad al Patriarcado ruso, que no es igual aunque lo parezca. A la vista de su justificación metafísica de la guerra en Ucrania y su indecorosa alianza con Putin, cabe pensar que el cirilismo tenga ya poco que hacer en la Ortodoxia mundial"

El baldón del sergianismo pesa como una losa en el Patriarcado ruso desde Sergio I hasta Alexis II. El cirilismo de Kirill I, con el apoyo a Putin y la justificación de la guerra en Ucrania ha empezado a marcar otra etapa de indignidad.

Sergio I fue colaborador del comunismo ateo de la URSS aplaudiendo sus medidas anticristianas. Muchos sacerdotes se hicieron agentes de la KGB, usando incluso el secreto de confesión para delatar a los opositores. Hasta Alexis II (1990-2008), habría sido ex informante de la KGB.

Nacido Ivan Nikolayevich Stragorodski el 23 de enero de 1867, Sergio I fue patriarca de Moscú y de todas las Rusias, del 8 de septiembre de 1943 hasta su muerte. Antes había sido jefe de facto de la Iglesia ortodoxa rusa (1925-1943). Pero su Declaración de lealtad a la Unión Soviética (29.7.1927) provocó una dura controversia entre los eclesiásticos rusos, muchos de los cuales (incluidos no pocos obispos notables y respetados en las cárceles y el exilio) rompieron la comunión con Sergio. Reconciliados algunos más tarde, continuaron otros oponiéndose hasta la elección de Alexis I en 1945.

Sergio I de Moscú

Invadida la Unión Soviética por Alemania en 1941, Stalin comenzó a reducir la campaña antirreligiosa, en busca del  apoyo moral de la Iglesia durante la guerra. En las primeras horas del 5.9.1943, se reunió con los tres principales jerarcas de la Iglesia ortodoxa rusa y prometió, a cambio de lealtad, abrir el Seminario Teológico y la Academia de Moscú, liberar a clérigos encarcelados y devolver algunas propiedades, incluida la famosa Laura de la Trinidad y San Sergio.

Dejó en cambio prohibidas las reuniones de fieles fuera de las iglesias, toda actividad cultural y social, erigir hospitales propios, y la propaganda religiosa en escuelas, hospitales, cárceles, campos de concentración y ejército. Los fieles eran tenidos como ciudadanos intelectualmente atrasados y la religión era proclamada como un obstáculo para el progreso técnico-económico. A los miembros del Partido Comunista y asociaciones juveniles les estaba vedada toda actividad religiosa.

La concesión más importante fue, sin duda, poder dotarse de patriarca. Así que el 8.9.1943, un Consejo de Obispos eligió a Sergio, el cual, entronizado el 12 de septiembre del mismo año, ya de 76 años y con precaria salud, fallecería en Moscú el 15.5.1944.

Stalin

El Estado soviético utilizó a la Iglesia ortodoxa rusa con fines propagandísticos. Se criticó al Patriarcado por conceder tanto y, sobre todo, someter a sí todas las comunidades ortodoxas de las regiones anexionadas por la Unión Soviética, los greco-católicos incluidos , que lo fueron a la fuerza en el Pseudo-Sínodo de Leópolis (1946), cuyos tristes sucesos se inscriben, por tanto, en el tiempo del famoso Arzobispo mayor Joseph Slipyj (1944-84), arrestados todos los obispos de su Iglesia y él mismo en campos de concentración. Era entonces patriarca ruso Alexis I (1945-70), sergianista total. No extrañe, pues, que se quedara tan ancho ante tamaño atropello ecuménico. Sí el que continúe Kirill I, el metafísico.

La declaración de Slipyj en Krasnojarsk (junio-julio de 1958) sobre el Pseudo-Sínodo de Leópolis, no deja dudas: «La composición del Sínodo no era plenipotenciaria en cuanto que a presidirlo faltaba el Jefe de aquella Iglesia: yo, en aquel momento, o sea en marzo del 1946, estaba en prisión […] si yo hubiera estado presente, no habría permitido jamás que se llegase a una solución tan absurda […]  la Iglesia greco-católica siempre estuvo sometida al Papa y, en cuanto convencido católico devoto del Papa, yo no puedo y no quiero traicionarle en cuanto que justamente él, el Papa, es el único Vicario de Cristo-Dios en la tierra» (I. Choma, Josyf Slipyj, «vinctus Christi» et «defensor unitatis». Roma 1997, p.34).

El 7.3.2016 un intrépido grupo de cristianos ortodoxos rusos hizo público -gesto que les honra-, un comunicado en el que afirman, entre otras cosas:

«Es urgente para los cristianos ortodoxos reconocer la terrible verdad del 10.3.1946. Ese día, en Leópolis, la Iglesia ortodoxa de Rusia integró en su seno por la fuerza a la Iglesia greco-católica ucraniana bajo la presión del poder soviético […] Los archivos revelan que fue Stalin mismo quien decidió la eliminación de esta Iglesia greco-católica ucraniana en febrero de 1945, doce días después de la conferencia de Yalta (4-11/II/1945) por "aliada del Vaticano", es decir, de una potencia enemiga […].

Nosotros apelamos a las autoridades ortodoxas actuales, en Rusia, en Ucrania y otros lugares, a reconocer la nulidad de las decisiones trágicas del concilio de Leópolis. La Iglesia ortodoxa de Rusia en su conjunto no puede ser tenida responsable de las decisiones tomadas por las autoridades eclesiásticas manipuladas o aterrorizadas por la NKVD-KGB. Nosotros, sin embargo, cristianos ortodoxos, viviendo 70 años después de aquellos acontecimientos, nos sentimos responsables del silencio culpable que rodea la destrucción de esta Iglesia por el régimen soviético con la participación del patriarcado de Moscú […] 

Asimismo, en este día conmemorativo del 10.3.1946, y en vísperas del domingo 13.3.2016, domingo del Perdón en el calendario litúrgico ortodoxo, nosotros aseguramos a la Iglesia greco-católica ucraniana nuestra solidaridad, nuestra oración por todas las víctimas inocentes de esta Iglesia, que fueron encarceladas, torturadas, deportadas y asesinadas por el gobierno soviético con la complicidad del patriarcado de Moscú. Nosotros les pedimos humildemente perdón por todas las injusticias de las que han sido víctimas bajo la protección de la autoridad de la Iglesia ortodoxa, y nos inclinamos ante los mártires de esta Iglesia greco-católica ucraniana» (Cf. Pedro Langa, “El Pseudo-Sínodo de Leópolis (10.III.1946). I. La terrible verdad”:http://equipoecumenicosabinnanigo.blogspot.com/2016/03/el-pseudo-sinodo-de-leopolis-10iii1946.html).

Natural de Leningrado (ahora San Petersburgo: 20.11.1946), el patriarca Kirill, de nombre secular Vladímir Mijáilovich Gundiáyev, recibió el 1.6.1970 un doctorado en teología por su ensayo «La formación y el desarrollo de la jerarquía de la iglesia y la enseñanza de la iglesia ortodoxa sobre su carácter misericordioso». Secretario personal desde el 30.8.1970 del metropolita Nikodim (Rotov), presidente del Departamento de Relaciones Eclesiásticas Externas (DECR), su mecenas y el que lo consagró obispo (14.3.1976), el  traslado a Smolensk fue, para él, una degradación, atribuida por algunos a su actividad reformista en la esfera del culto. Otros, a negarse a votar en contra de la resolución del Comité Central del CMI, que condenaba la introducción de tropas soviéticas en Afganistán. Tampoco votó "a favor", sólo se "abstuvo". lo que, sin embargo, fue casi una hazaña en ese momento" (N. Babasyan, Estrella de Metropolitan Kirill: Russian Journal , 1.4.1999).

El propio Kirill se considera víctima de la resolución cerrada del Comité Central del PCUS sobre la lucha contra la religiosidad, adoptada en vísperas de la celebración del 1000 aniversario del Bautismo de Rusia, por actividad excesiva como rector de la Academia Teológica: durante su rectorado se abrió el acceso a LDA y C a egresados de universidades laicas, y en 1978 se creó un departamento de regencia, al que también podían ingresar mujeres.

Del 10-11.4.1989, el Santo Sínodo cambió su titularidad arzobispal: de "Smolensky y Vyazemsky" a "Smolensky y Kaliningrado". Nombrado el 14 de noviembre de 1989 presidente del Departamento de Relaciones Eclesiásticas Externas (DECR) y miembro permanente del Santo Sínodo, ambos hechos se interpretaron  como eliminación de la "deshonra estatal" que sobre él pesaba.

Kirill I

Su rivalidad con el Patriarcado Ecuménico fue desde entonces notoria. Sobre todo al acceder al Patriarcado de Moscú (27.1.2009). Se ha querido vender su encuentro con el papa Francisco en La Habana (12.2.2016) como el no va más, cuando para muchos apenas pasa de ser el parto de los montes.

Con su ausencia, y la de otras tres Iglesias ortodoxas autocéfalas tuvo la osadía de boicotear el Concilio Panortodoxo de Creta (19-25.6.2016), maniobra que, a la vista de su alianza con el presidente Putin en la guerra de Ucrania, se ha interpretado como un pulso al Patriarcado Ecuménico.

La operación le salió tan mal como ahora la guerra en Ucrania a Putin. Tras el anuncio de autocefalía a la nueva Iglesia ortodoxa autocéfala de Ucrania por parte de su santidad Bartolomé I, Kirill procedió a excomulgar al mismo Patriarcado Ecuménico y a las Iglesias ortodoxas que cerrasen filas tras él. Una manía que le viene de atrás.

La invasión de Ucrania puso a Kirill e Hilarión contra las cuerdas ante la presión internacional. El cirilismo estaba en marcha y no era cosa de arrugarse. Aprovechó la homilía del domingo 27.2.2022 en la Catedral de Cristo-Salvador-de-Moscú para lanzar la primera andanada, que le valió, como no podía ser menos, un aluvión de cartas y críticas por todo el mundo.

La segunda descarga fue el 6 de marzo, Domingo del Perdón, que en Rusia abre la Cuaresma. Esta ya, pisando terrenos de Heidegger:

«Estamos -dijo- en una guerra que ha adquirido un significado metafísico. Las marchas gay muestran que el pecado es una variable del comportamiento humano. Esta guerra es contra quienes apoyan a los homosexuales, como el mundo occidental, que ha tratado de destruir Donbáss sólo porque esta tierra se opone a un rechazo fundamental de los llamados valores que ofrecen quienes pretenden el poder mundial».

Seguidamente oró por el sufrimiento de los soldados. Los rusos, claro. Ni palabra sobre el sufrimiento de civiles en Ucrania y las iglesias destruidas por las bombas (cf. M. Imarisio, “Il sermone choc del patriarca: combattiamo contro la lobby gay”: Corriere della Sera; P. Langa, El patriarca Kirill y su guerra “metafísica” en Ucrania: RD, 20.3.22).

Dado que la videoconferencia con Kirill no había servido para nada, el papa Francisco aprovechó el Ángelus del domingo 20.3.2022 para dejar este recadito: «¡Todo esto es inhumano! Aún más, ¡es también sacrílego, porque va contra la sacralidad de la vida humana, sobre todo contra la vida humana indefensa, que ha de ser respetada y protegida, no eliminada, y que está por encima de cualquier estrategia! No lo olvidemos: ¡es una crueldad inhumana y sacrílega!».

Y eso que todavía se ignoraba la barbarie perpetrada en Bucha y el ataque con cohetes a la estación de Kramatorsk. Dicen que Kirill I, el metafísico, posee una villa en Suiza y lleva un reloj Breguet de 30 mil euros. ¡Y qué no le reportarán estos asesinatos por parte del criminal del Kremlin!

Putin

Más le valdría dimitir y que un sucesor devuelva el Patriarcado ruso a la dignidad, y la dignidad al Patriarcado ruso, que no es igual aunque lo parezca. A la vista de su justificación metafísica de la guerra en Ucrania y su indecorosa alianza con Putin, cabe pensar que el cirilismo tenga ya poco que hacer en la Ortodoxia mundial.

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