Crecer en La Familia del Amor


Cada vez son más los famosos que cuentan haber sido criados en la Familia del Amor. Las pocas veces que los hermanos Phoenix han hablado de su pasado en los Niños de Dios, lo han hecho como quien dice que ha tenido unos padres hippies que vivían en comunas. Nada había entonces que relacionara a la Familia con el abuso de menores asociado al incesto y suicidio de Davidito, el hijo adoptivo de Berg en el 2005. Cuando Rose McGowan de MeToo oChristopher Owens de Girls comentan en toda entrevista que eran Niños de Dios, es porque saben que inspiran inmediatamente un sentimiento de compasión con el que se supone que ha sido abusado, ¡aunque ellos no lo digan!

Desde que empecé esta serie no he dejado de recibir comentarios describiendo a los Niños de Dios como una secta pedófila que promueve el incesto y abuso de menores, pero ¿es justo acusar de esto a la Familia? A mediados de los 70 se empezó a describir a los Niños de Dios como una “secta sexual”. Al llegar a los 80 la única reacción que una acusación así lograba, era el comentario jocoso de dónde se apuntaba uno a eso. Es por eso que la condenación pasa a ser de “prostitución”. Cuando esta práctica desaparece y no hay todavía la pasión abolicionista del feminismo actual, se hace conocida la historia del incesto y sexo con menores en el entorno de Berg, por la muerte de Davidito. Desde entonces son una secta que abusa de los niños.

Una de las cosas que he aprendido al tratar el tema de las sectas, es que no puedes hablar sobre ellas basándote en fuentes secundarias. Tienes que recurrir al contacto con ellos y sus publicaciones para saber lo que creen. Obviamente, conozco a muchos que han estado en los Niños de Dios. Todos reconocen la práctica liberal del sexo. Muchos dejaron el grupo cuando empezaron a “efear”, para conseguir dinero por sexo, pero todavía no conozco a ninguno –ni siquiera los que han hecho el documental de HBO sobre la segunda generación–, que reconozcan haber sido abusados, fuera del entorno de Berg. Hay que ser justos. No podemos basar nuestro conocimiento de un grupo en reportajes sensacionalistas… ¿de dónde viene entonces, esta acusación?

LA TRAGEDÍA DE DAVIDITO
Ricky Rodríguez fue criado como hijo adoptivo de David Berg (1919-1994). Nació cuando comienza la práctica de “efear”, o sea mantener relaciones sexuales para conseguir apoyo económico, que mantuvieron los Niños de Dios entre 1974 y 1987. Aunque uno se siente tentado a compararla con la “prostitución sagrada” de la que habla la Biblia, parece más bien simple prostitución, ya que no era una forma de conseguir prosélitos. Al principio se hacía sin medio anticonceptivo alguno. Luego se aceptó el condón, por la llegada del sida, pero no en 1975, cuando nació Davidito. Él es resultado de un encuentro sexual de Karen (María) –la actual dirigente de La Familia Internacional, que se une a Berg como su segunda esposa, por una supuesta profecía en 1970– con un empleado del hotel Belair en Santa Cruz de Tenerife.

Su infancia está ampliamente documentada porque Moisés David quiso hacer de él, no sólo un modelo de lo que debía ser la educación en la Familia, sino también el centro de unas profecías que le presentaban como el príncipe que iba a dirigir a los Niños de Dios en los tiempos finales del Apocalipsis. El intenso adoctrinamiento, la estricta disciplina y la iniciación sexual a la que fue llevado por adultos, produjeron un profundo resentimiento en él. Rompió con la Familia en 2001, tras la muerte de Berg. Enfrentado a su madre, se casa y se va a vivir a Washington, después de recorrer Asia, Europa y Canada, toda su infancia y adolescencia.

Al salir de la Familia, Ricky entra en una profunda depresión y empieza a buscar el rastro de su madre, para vengarse de ella, por los abusos recibidos. Se va a Tucson en 2004, al oír que ha pasado por allí, donde trabaja como electricista. Logra finalmente contactar con una mujer miembro de la Familia que tuvo relaciones sexuales con él siendo menor, Angela Smith. La mata a puñaladas y huye a California, donde se pega un tiro a la cabeza en 2005. Antes grabó un vídeo que explica la razón de todo ello en los abusos que sufrió en el entorno de Berg. Por si esto fuera poco, queda el testimonio escrito por el propio Moisés David en el libro de 762 páginas con “La historia de Davidito”, que publicó La Familia en España en 1982. En él se describe su iniciación sexual en un contexto comunitario, donde había orgías continuas.

¿SECTA SEXUAL?

Tal y como describe en su libro Débora –la hija mayor de Berg que rompió con la Familia–, su padre tenía relaciones sexuales con su hija menor, Faithy, desde que era niña. Es contra ella que se han hecho las más claras acusaciones de abusos sexuales a niños, fuera del entorno de Berg –quien no tuvo nunca contacto directo con las “colonías” y miembros de los Niños de Dios, ya que vivía en paradero desconocido y nunca se dejaba ver–. Es evidente que fue Faith quien propagó más entusiastamente la libertad sexual que empezó a predicar su padre en los años 70. Aunque es luego humillada públicamente por él y acabó con un serio problema de alcoholismo. A principios de este siglo es apartada de toda responsabilidad en La Familia Internacional.

Faith tiene mucha influencia en Europa en los años 70, pero hay otras regiones donde nada de eso era conocido. Es más, incluso la acusación de “secta sexual” es cuestionada, ya que muchos miembros vivían célibes. No hay duda que la práctica de “efear” hizo que muchos salieran de la Familia. Trajo cierta estabilidad económica a una organización que siempre fue muy precaria a ese nivel, pero cayó en un descrédito y perdió tanta gente que uno se pregunta qué sentido tuvo todo ello. La explicación sólo la encuentro en la obsesión sexual de David Berg, francamente enfermiza.

Si en toda secta es difícil describir en pocas palabras sus creencias y prácticas, porque cambian con el tiempo, en el caso de la Familia es casi imposible. Decir por ejemplo, que está en contra de la homosexualidad, es una media verdad. Es cierto que al principio Berg lo consideraba una desviación. Luego, sin embargo, incorpora elementos de ella en sus juegos sexuales, como la felación, para acabar escribiendo cartas eróticas sobre relaciones lesbianas en la Familia. Hay que darse cuenta que en el contexto de Berg, más que relaciones de pareja, lo que hay es sexo en grupo. Como además, todos se consideran parte de una misma familia, no se sabe siquiera dónde empieza y acaba el elemento incestuoso de todo ello. Lo que pasa es que nada esto ocurría en las comunidades que se extendían por todo el mundo.

¿EL MATRIMONIO COMO ÍDOLO?
Lo más prudente por lo tanto, cuando hablamos de los Niños de Dios, no es referirse a la supuesta pedofilia de Berg –yo no describiría siquiera su sexualidad en esos términos–, ni los abusos que se dieron en el entorno de su familia –cuyo trágico resultado son casos como el de Davidito–, sino una visión de la sexualidad que no se limita al contexto del matrimonio. La Familia del Amor ha sido por eso un caso muy estudiado por los sociólogos, porque es uno de los pocos grupos sociales donde se ha pasado de la familia nuclear norteamericana (padre, madre e hijos), o extendida como en la sociedad tradicional (incluyendo tíos, abuelos y allegados), a un modelo comunitario que no tiene ya concepto del matrimonio.



El profesor de Fuller, Kutter Calloway, ha escrito ahora un libro sobre el matrimonio como ídolo. Este teólogo –casado por cierto– describe como el matrimonio es una creación de Dios (Génesis 2:20-24), pero no es un dios al que debamos adorar. Como dice Pablo, debemos servir a Dios, casados o solteros (1 Corintios 7). Sin embargo, en el contexto protestante parece una anormalidad que alguien no esté casado. Es por eso que muchos cristianos tienen grandes expectativas del matrimonio. Esperan que colme todas sus necesidades y supla todas sus carencias, les libre de todas sus frustraciones y les sane todas sus heridas, pero eso sólo Dios puede hacerlo, no el matrimonio. Tales demandas acaban aplastando la propia relación matrimonial, que acaba a menudo en divorcio o una profunda amargura.

Ahora bien, esto no nos ha de llevar a la idea de Berg de que no hay más familia que la de la fe. Dios es el Autor del matrimonio. Ante la pregunta sobre el divorcio, Jesús recuerda que no era ese el propósito divino (Mateo 19:4-5). En esa unión exclusiva entre el hombre y la mujer nos muestra que se da el contexto de intimidad para poder vivir la sexualidad plenamente. Lo que pasa es que la Caída (Génesis 3) ha trastornado todo. No tenemos satisfacción sexual, porque el pecado lo ha arruinado todo. El matrimonio no es la solución para los problemas sexuales, pero tampoco el sexo puede darnos la satisfacción que sólo encontramos en Dios por medio de Cristo Jesús. Es por eso que Efesios 5:22-32 compara el matrimonio con la relación de Cristo con su Iglesia. Es en Él que está la culminación de todos nuestros anhelos. Dios mismo es el Evangelio en Cristo Jesús. Sólo Él puede colmar todos nuestros deseos.

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