La Red Migrantes con derechos continúa denunciando las devoluciones "en caliente" Abu Bakr: "Los policías marroquíes me ataron por la cintura y me golpearon con barras de hierro y madera"
Las devoluciones sumarias, conocidas como devoluciones “en caliente” son aquellas prácticas de expulsión a personas extranjeras cuando intentan cruzar las fronteras de Ceuta o Melilla a través de la valla y no por un puesto fronterizo
Su gravedad radica en la inmediatez del retorno obligado a Marruecos sin ninguna garantía
"No pidieron mi identidad, tampoco me prestaron asistencia letrada ni de intérprete, ni muchos menos me atendieron ni curaron las heridas que tenía ocasionadas por el salto y las concertinas"
"No pidieron mi identidad, tampoco me prestaron asistencia letrada ni de intérprete, ni muchos menos me atendieron ni curaron las heridas que tenía ocasionadas por el salto y las concertinas"
| Migrantes con derechos
Las devoluciones sumarias, conocidas como devoluciones “en caliente” son aquellas prácticas de expulsión a personas extranjeras cuando intentan cruzar las fronteras de Ceuta o Melilla a través de la valla y no por un puesto fronterizo. Su gravedad radica en la inmediatez del retorno obligado a Marruecos sin ninguna garantía.
Con esta nueva publicación, la Red Migrantes con derechos queremos compartir dos experiencias, la primera cuenta el testimonio de Abu Bakr y la segunda la escucharemos de Lucia Tortosa voluntaria en Fundación Elín.
Testimonio de Abu Bakr
Soy Abu, un joven de Mali. Intenté saltar la valla de Melilla el jueves 26 de septiembre de 2019, era mi cuarto intento de salto. Fui detenido por la Guardia Civil española y devuelto sumariamente. No pidieron mi identidad, tampoco me prestaron asistencia letrada ni de intérprete, ni muchos menos me atendieron ni curaron las heridas que tenía ocasionadas por el salto y las concertinas.
Yo abandoné Mali por problemas familiares, mi padre murió y tuve que hacerme cargo de mi madre y mis hermanos. No encontraba trabajo, no tenía medios para mantener a mi familia. Así que un día pedí dinero prestado y decidí partir a Europa.
Ensangrentado y casi sin poder ver bien (por la sangre en los ojos) escuchaba como la policía marroquí me decía: “vamos a matarte; ¿Qué vas a hacer en España?; para un negro ¿a santo de qué vas a entrar a Europa?”
Cuando la Guardia Civil española me devolvió, después de tres intentos de salto, junto con otro grupo de migrantes, fui entregado a la policía marroquí. Me ataron por la cintura y me golpearon con barras de hierro y madera. Ensangrentado y casi sin poder ver bien (por la sangre en los ojos) escuchaba como la policía marroquí me decía: “vamos a matarte; ¿Qué vas a hacer en España?; para un negro ¿a santo de qué vas a entrar a Europa?”.
Tras los golpes me soltaron unos perros y me mordieron por todo el cuerpo. Confieso que, aunque en Mali todo sea una calamidad, prefiero irme.