"Se nos llama a actualizar el Evangelio y a pensar cómo encarnarlo", dice el arzobispo electo José Cobo: "Tendremos que reubicar la Iglesia"
En un nuevo escenario donde “a veces se plantea una asepsia laicista donde todo lo que huela a Dios no puede tener lugar” y con “ciertos atisbos de pensamiento único”, el arzobispo electo de Madrid reivindica un espacio para la Iglesia porque, “en cuanto la Iglesia propone otra cosa, por ejemplo en su concepción de la familia o la vida, entonces dicen ‘no, es que la Iglesia pertenece a una ideología’. Y no es verdad
Sobre la posibilidad “de que dos homosexuales se casen ante Dios”, como se le pregunta, la respuesta es firme: “El matrimonio no va a ser así"
Sobre el celibato asegura que “es una riqueza del mundo católico”, aunque, “como ha dicho el Papa, hay otras fórmulas en la Iglesia, pero en este momento el celibato es una riqueza que vamos a mantener”
Sobre el celibato asegura que “es una riqueza del mundo católico”, aunque, “como ha dicho el Papa, hay otras fórmulas en la Iglesia, pero en este momento el celibato es una riqueza que vamos a mantener”
“Reubicar la iglesia es habitar el tiempo nuevo. Estamos, como ha dicho el Papa, en un cambio de época, en un tiempo donde las cosas se ven de forma distinta: la persona, el amor, la historia. Venimos de espacios donde la Iglesia era la única que proponía una antropología, ahora hay una diversidad de formas de ver la vida. Tendremos que reubicar la Iglesia”.
Es uno de los mensajes que ha dejado el nuevo arzobispo de Madrid, en una amplia entrevista en Infolibre, donde José Cobo, en esta misma cuestión, insiste en que “se nos está llamando a actualizar el Evangelio y a pensar cómo encarnarlo. Esa es la actividad de la Iglesia en cada rincón de África, Asia, Europa. Una cosa que nos ha dicho el Papa: los cambios de la Iglesia no van a ser mirándonos el ombligo, los cambios están fuera”.
Sobre el progresivo alejamiento de los jóvenes de la Iglesia, Cobo parte de la autocrítica: “No hemos sabido transmitir la fe, algo ha fallado, no sé qué y lo estamos pensando”. “Por otra parte -añade-, hay múltiples ofertas de sentido vital. La oferta del Evangelio no tiene que ser impositiva. En Madrid tenemos 478 parroquias abiertas para cualquiera que quiera entrar. Y hay jóvenes, ¿eh? Lo que pasa es que no estamos en el escenario de antes, cuando todo el mundo entraba por la misma vía. Pero sigue habiendo jóvenes. No me importa el número, me importa más que los jóvenes sepan que, si necesitan algo, ahí estamos”.
"Atisbos de pensamiento único"
En un nuevo escenario donde “a veces se plantea una asepsia laicista donde todo lo que huela a Dios no puede tener lugar” y con “ciertos atisbos de pensamiento único”, el arzobispo electo de Madrid reivindica un espacio para la Iglesia porque, “en cuanto la Iglesia propone otra cosa, por ejemplo en su concepción de la familia o la vida, entonces dicen ‘no, es que la Iglesia pertenece a una ideología’. Y no es verdad. Pertenecemos a una antropología y a una forma de ver la vida”.
Preguntado por si cabe un cambio de la concepción de familia de la Iglesia, Cobo señala que “en la Iglesia vamos aprendiendo. Es verdad que tenemos una forma de ver la familia, pero también capacidad de acogida al que llega, cada uno con su mochila. Yo he sido cura de parroquia y cuando llega alguien roto o con preguntas no le digo: ‘Mira, si no vives así, no cabes aquí’. [En la Iglesia] hay cosas que van a cambiar y cosas que no. Al entrar en diálogo con la sociedad, todas las posiciones deben avanzar. Lo que no voy a decir es ‘como está de moda esto y es el pensamiento único, tengo que acomodarme’. Eso la Iglesia no lo va a hacer porque lleva 2.000 años y no lo ha hecho nunca. Ahora bien, que hay aspectos secundarios que la Iglesia pueda purificar, pues sí”.
No al matrimonio entre homosexuales
En este sentido, sobre la posibilidad “de que dos homosexuales se casen ante Dios”, como se le pregunta, la respuesta es firme: “El matrimonio no va a ser así. Es decir, pertenece a nuestra tradición, a nuestra forma de acoger a todas las personas y entender el amor, pero el matrimonio en nuestra tradición es el sacramento de la complementariedad entre el hombre y la mujer. Otra cosa es acoger a las personas y abrazarlas y acompañarlas”.
En este punto niega que este tema provoque división en el Episcopado español. “La Iglesia tiene una forma de ver irrenunciable: la sexualidad no se elige. Somos creados, no decidimos nosotros, la elección no es nuestra, personal, sino que venimos creados de Dios. Eso pertenece a nuestra antropología. Nuestro reto es la acogida”.
“Tenemos que aprender a acoger a todos estos colectivos con misericordia, sin renunciar a lo que pensamos"
Por ello, para Cobo el reto es que “tenemos que aprender a acoger a todos estos colectivos con misericordia, sin renunciar a lo que pensamos. Entre la verdad que tenemos y la acogida tenemos que aprender a baremar y hacer procesos, sin decir ‘tú es que eres un pecador y aquí no puedes entrar’. No veo a Jesús haciendo eso”.
Reconoce Cobo que el Catecismo contiene referencias “poco acogedoras para los homosexuales”, en palabras del entrevistador. “Creo que tenemos que hablar con la sociedad, pero a dos bandas -afirma el arzobispo electo-. Nosotros no vamos a renunciar a nuestra antropología. Quizás haya algunos matices secundarios que purificar, pero el pensamiento único no nos puede hacer pensar lo que ellos piensan. El diálogo consiste en que nos acercamos los dos. Lo que no se puede es dejarnos fuera de juego por decir que somos creados por Dios y que la sexualidad no se elige”.
"Discernir el voto es un lío, pero apasionante"
Con respecto a las próximas elecciones del 23-J, Cobo invita a discernir el voto, que “nos lleva a emitir el voto no encajonándonos en un partido”. “Claro, sería más fácil decir: ‘Hay que votar a este’”, dice irónico, pero su apuesta es clara: “El discernimiento es un lío pero también es más apasionante”.
A propósito de la etiqueta de ‘progresista’ que se le ha colocado, él asegura que “es un poquito cosa de periodistas. “Yo hay cosas en que soy conservador. Me ha llamado la Iglesia a sostener su tradición. Pero soy un conservador que, como en la parábola del samaritano, se baja del caballo si hay alguien al borde del camino. Como conservador me bajo del caballo muchas veces. Y hay cosas en que puedo ser progresista pero la tradición de la Iglesia me dice ‘cuidado’”, por ejemplo “en asuntos de la vida política”.
“No me siento referencia. Madrid es una diócesis con posibilidades. Don Carlos [Osoro, su antecesor] dio luz verde al proyecto Repara, donde no queríamos cubrir el expediente, sino bajar un poquito más. Hemos ido aprendiendo. No puedo decir si todas las diócesis tienen que hacerlo, porque no todas tienen medios, pero sí se está replicando en otras”, responde cuando se pregunta sobre si Madrid es referencia para las otras diócesis en la lucha contra los abusos sexuales.
En esta cuestión, estima que los obispos entiende ya el verdadero alcance del problema. “Sí, yo creo que sí. Ha costado. Las nuevas generaciones de obispos más jóvenes hemos entrado más rápidamente, y a las mayores les ha costado”, reconoce.
"El celibato es una riqueza"
Sobre el celibato asegura que “es una riqueza del mundo católico”, aunque, “como ha dicho el Papa, hay otras fórmulas en la Iglesia, pero en este momento el celibato es una riqueza que vamos a mantener”.
Sobre si llegará algún día en que la Iglesia católica en España consiga su autofinanciación, Cobo muestra su esperanza en ello. "Espero que sí. Espero que sí. Espero que sí porque la Iglesia se tiene que preparar para todos los escenarios. Y yo creo que podemos ser como seamos... Seremos más pobres, ¿verdad? Pero a lo mejor es una oportunidad para otras cosas, ¿no? Hombre, es verdad que la Iglesia en España además tiene una presencia social y vecinal importante. Yo lo que pediría es que no fuera discriminada. Pero que se autofinancie en lo esencial, pues sí, puede ser un momento, como está sucediendo en otros países, bien”.
“Que la Iglesia se haga cargo de sus propios gastos, que la Iglesia sea capaz independientemente de que el Estado la ayude o no a mantenerse y sostenerse, es un reto que tenemos por delante”, asegura, reconociendo a la vez el trabajo hecho en estos años. “[La Iglesia] ya no tiene privilegios. La Ley de Mecenazgo nos coloca a todos en el mismo nivel. Es verdad que la Iglesia tiene una presencia social más amplia que otras instituciones y que otras confesiones. No es que seamos más importantes o tengamos que tener más privilegios, pero hay una realidad significativa que el Estado tiene que reconocer”.
Con respecto al balance de la relación con el Gobierno en esta legislatura, asegura que “ha sido una relación formalmente correcta. Han aparecido leyes que no coinciden con la propuesta de la Iglesia y no responden a nuestra hoja de ruta. Y nos duele, bueno, que se hayan puesto derechos o propuesto derechos funciones que creemos que no son así. Ese es el dolor más allá de las relaciones institucionales, que han sido correctas y fluidas”.