José Manuel Almuzara, arquitecto y uno de los artífices del proceso para beatificar a Antoni Gaudí José Manuel Almuzara: "El papa Francisco me ha hablado de Gaudí como de un 'gran místico'"

(Flama).- Durante los últimos tres años, el cambio de manos en la gestión de la causa abierta para beatificar a Antoni Gaudí —de una asociación de laicos a una entidad canónica— ha generado algunos tiras y aflojas, pero “era necesario a toda costa", como observa José Manuel Almuzara (Nador, 1952), arquitecto de profesión y un hombre que ha dedicado casi la mitad de su vida a defender y promover la conversión de Gaudí en santo. Lo sigue haciendo, de hecho, desde que en junio de 1992 asumió la presidencia de la Asociación pro beatificación de Antoni Gaudí. Sin embargo, fue una acción realizada en unos años en la que desde la Iglesia “esto no se veía como algo prioritario”. Treinta y dos años después, asegura que "las cosas han cambiado".

¿El recorrido para que Antoni Gaudí sea considerado venerable será más rápido este 2024?

Esto esperamos. Creo que el camino para que sea venerable es cuestión de poco tiempo. Como ya se sabe, la positio super vita, virtutibus et fama sanctitatis [el “posicionamiento” sobre la causa que se envió al Dicasterio de las Causas de Santos] fue aprobada por consultores históricos el pasado 7 de noviembre. Ese día recibí personalmente desde ese dicasterio la noticia de esta aprobación y, a raíz de esto, estoy seguro de que con este nuevo vehículo que traerá la causa, conducido por el arzobispado de Barcelona y la Junta Constructora de la Sagrada Familia, se podrá dar una mejor difusión de las virtudes del siervo de Dios. En ese momento, el proceso se encuentra en manos de una comisión de teólogos, que está estudiando la positio. Luego debería pasar por un tercer y último paso, el del congreso ordinario de cardenales y obispos.

¿Puede ser importante el cardenal Juan José Omella en este último paso?

Sí, sí. Tiene muchos cargos, pero también es relevante en este proceso que Omella sea uno de los nueve cardenales del C-9, tal y como se conoce el Consejo de Cardenales constituido por el papa Francisco, quien deberá tener, a priori, la última palabra para con todo lo que estamos hablando sobre Antoní Gaudí. Esto será beneficioso. En 1992, no lo teníamos todo tanto de cara como en la actualidad: de hecho, entonces se pidió a la Iglesia de Barcelona y la Junta Constructora de la Sagrada Familia si querían hacerse cargo del proceso, pero se nos respondió que no era el momento. Las personas cambiamos de opinión, por suerte, y ahora todo es distinto.

Existe un milagro que algunas fuentes de la entidad canónica han comentado. ¿Lo conocía?

Esto parece. Sin embargo, nosotros, como parte actora que éramos cuando esto empezó a comentarse, no fuimos informados. Ahora, todo ello dependerá de la Asociación Canónica: tendrá que estudiar y presentar al nuevo relator general del proceso (el anterior, el padre capuchino Vincenzo Criscuolo, se jubiló el 1 de enero de 2024) y a la nueva persona postuladora —que sustituye a Silvia Correale—, cuya elección no conocimos hasta que fue pública. Hablando de milagros, una vez Antoni Gaudí sea beatificado (no sabemos si con ese milagro que comentamos), será necesario otro para ser canonizado. Si se demuestra el milagro y puede esperarse hasta el 2026 para hacerlo beato, coincidiendo con el centenario de su muerte, el proceso acabaría de la mejor manera posible.

¿El hecho de no contar con muchos documentos escritos por Gaudí ha podido hacer más largo el proceso?

No. No es por los escritos personales. Ésta es mi opinión. Desde el primer momento en que se constituyó la Asociación pro beatificación de Antoni Gaudí, el 10 de junio de 1992, parte actora del proceso canónico de la causa de beatificación, nuestro principal objeto era alcanzar la beatificación del arquitecto Antoni Gaudí y, como fin, la proyección de sus vertientes espirituales y artísticas a través de la organización de conferencias, exposiciones y publicaciones, así como recoger testimonios de favores recibidos por la intercesión. Nuestra misión era, y es, dar a conocer al arquitecto que, con su vida y su obra, nos muestra que Dios es la verdadera medida del hombre.

Gaudí fue mucho más que el arquitecto de la Sagrada Família, y eso es lo que también han remarcado, ¿no?

Más allá del proyecto de la basílica de la Sagrada Familia, creo que es importante descubrir la vida virtuosa de Gaudí, el trabajo, el trato con sus colaboradores, cuidando a la familia (padre y sobrina), sus prácticas religiosas para ganar las batallas de la vida, su colaboración en la Creación divina. Sus estudios profundos para realizar una arquitectura sostenible (es pionero de la biomimética y reciclador) buscan la belleza, la luz, la ventilación. Destaco el simbolismo en las obras civiles, con un amor especial a María, la Eucaristía y la Cruz. Todo ello lo resumiría, en mi opinión, en una palabra: la de la humildad.

¿Cree que el papa Francisco tiene especial predilección por la Sagrada Família y por Antoni Gaudí?

Las veces que he podido hablar con el papa Francisco siempre me ha mostrado interés por Gaudí. Una vez me habló de él como un “gran místico”. Creo que este misticismo se potencia con el proyecto del colegio de las Teresianas, un encargo que recibió de Enrique de Ossó, así como en el proyecto de los grupos escultóricos de la fachada de la Pasión, hecho después de meditar la poesía de san Juan de la Cruz.

¿Cómo respondería a las personas que pueden creer que Antoni Gaudí no merece ser beatificado?

Si no hubiera un santo detrás de Antoni Gaudí, la Iglesia ya habría arrojado la toalla. No estamos en este punto para que Antoni Gaudí sea un arquitecto genial: han sido necesarios muchos años de estudio para ofrecer una visión firme y contrastada de todo lo que se ha podido saber sobre su figura, también en clave religiosa. La Iglesia no ha construido el personaje, en este sentido, para beneficiarse, de Antoni Gaudí, ni puede agilizar el proceso a base de presiones de ningún tipo. Gaudí será beatificado por sus propios méritos.