Cañizares, en el Patronato de Juventud Obrera “Sin familia no hay hombre, sin familia no hay humanidad"

(J. M. Martínez Castelló).- El colegio Sagrada Familia del Patronato de la Juventud Obrera (PJO) de Valencia ha vivido un día histórico con la visita del Arzobispo de Valencia, el Cardenal Antonio Cañizares. La razón ha sido una conferencia que ha llevado por título: "La educación en la Exhortación Apostólica Postsinodal ‘Amoris Laetitia del Santo Padre Francisco". No ha defraudado. Ha dicho las cosas con claridad, sin insultos, desde el máximo respeto, pero desde una convicción clara y profunda de los principios cristianos y las consecuencias, sin ambages, de la Doctrina Social de la Iglesia.

Ha comenzado con un recuerdo sentido hacia el fundador del Patronato, Gregorio Gea, no ha sido protocolario, al segundo, ha afirmado que la obra de este laico de la Iglesia implica "derecho inalienable que asiste a los padres para la educación de la persona". A continuación ha situado el papel de la familia en el mundo actual, señalando que "es la institución más universal que existe, que está en todas las sociedades y religiones". Ahora bien, dicha universalidad, tiene que ser expresada y vivida, y es en ese momento donde aparece la Exhortación Apostólica sobre el amor en la familia del Papa Francisco. La familia no es una realidad más. Es un espacio que debe ser reconocido desde el amor, ya que "es obra y portadora del amor para la construcción de un nuevo mundo". Y con un giro increíble, ha apostillado que la familia enseña el "arte de vivir, desde el amo y la vida. Aquí se inserta, precisamente, la tarea de la educación, tanto de los padres como de la escuela". Una escuela que ayude a humanizar, una escuela que hoy en muchas partes de España está en peligro por decisiones sectarias, incluso, en palabras del Cardenal, totalitarias.

Otro punto importante ha estado en la insistencia de la generación que proviene de la unión entre un hombre y una mujer, del esposo y la esposa, del carácter divino y sagrado del matrimonio. Sin embargo, ha recordado que estas convicciones tienen que ser traídas a las diferentes realidades que vivimos a diario. El modo de hacerlo lo ha situado desde el espíritu, el estilo que el Papa Francisco está dando a la Iglesia universal. Ha remarcado: "El Papa habla desde la alegría, pero también desde las penas y no desde idealismos y abstracciones, sino que se ‘moja' desde las heridas. No las oculta". Y esto lo hace posible el Papa porque escribe desde un amor que comprende, que compadece, fruto de la misericordia. Estamos, por ello, ante un escrito que no puede calificarse de optimista. Va más allá, resulta "esperanzador en la transformación del mundo, porque es un texto escrito desde la ESPERANZA, puesto que se mueve en el horizonte de la alegría del amor".

De forma irónica, que ha despertado la sonrisas del público asistente, ha afirmado que el texto debe ser leído en familia, con los hijos, con los amigos y que "no hace falta viajar a París o Salamanca para disfrutar de su mensaje". Pero no sólo hay que leer el texto, sino hacerlo vida. Por ello ahora más que nunca se requiere proclamar el apoyo a la FAMILIA como unión INDISOLUBLE. Derecho y necesidad de concebir la familia desde el relato de la creación, desde la presencia de Dios ante las dificultades legislativas que está sufriendo. Pero "no podrán con la familia porque sin familia no hay hombre, sin familia no hay humanidad y sin familia no hay futuro del hombre". Y es ahí cuando de forma tranquila, pero con una claridad meridiana, ha llevado a cabo una crítica a la ideología de género como una de las instancias culturales que "están destrozando a la familia" y ha recurrido al ejemplo de la antigua Unión Soviética, donde desde el marxismo y el leninismo proyectó la aniquilación de la mismo. En cambio, paradojas de la vida, hoy en esa tierra, ha señalado, se da una recuperación nada desdeñable de la familia.

Ha finalizado la conferencia con dos ideas claves. La primera, la familia es donde el hombre crece, es el SANTUARIO DE LA VIDA, donde "se ama a cada persona como es, por sí misma, NO POR LO QUE TIENE". Si esta realidad estuviera cimentada en el mundo, ha insistido, las cosas serían muy diferentes a como son. De ahí que "la familia es revolucionaria porque se origina del amor, viviendo desde el perdón y la reconciliación". Pensemos por un momento en estos valores si se aplicaran en la vida política, en el diálogo, por ejemplo, para forma un gobierno. ¿Qué pasaría? Que las cosas son diferentes a como son. Esta es la fuerza del mensaje transformador del Papa Francisco. La familia es, por tanto, "la realidad básica para el desarrollo de la personalidad". Hay que apoyarla desde medidas concretas que ayuden a edificar la civilización del amor que tanto repetía Juan Pablo II. Y la segunda idea, con la que ha dado por concluida la conferencia, iba dirigida a sus críticos inmisericordes, a aquellos que no le dejan expresarse. Ha hecho un alegato en defensa de la escuela concertada, de la libertad inalienable del derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos, reflejada en el artículo 27 de la Constitución Española: "El derecho inalienable de los padres a sus hijos, PORQUE SUS HIJOS SON, Y NO DEL ESTADO". Ahí queda dicho.

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