Hoy, 8 de marzo, Día Mundial de la Mujer

Querid@s amig@s colaboradores y cooperantes en la lucha por un mundo mejor

Juan 8, 1-11: El evangelio del próximo domingo nos cuenta que los letrados y fariseos, con piedras en las manos, le presentan a Jesús una mujer sorprendida en adulterio decididos a apedrearla. Jesús la defiende diciéndoles que el que esté sin pecado que le tire la primera piedra. Todos se marcharon, empezando por los más virjod, y quedaron solos Jesús y la mujer. Jesús le pregunta: «Mujer, ¿dónde están tus acusado­res?, ¿ninguno te ha condenado?». Ella contestó: «Ninguno, Señor». Jesús dijo: «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más».

1.-El adulterio es una injusticia: Y lo es también culpabilizar de él mucho más a la mujer que al hombre. Si la sorprendieron a ella en flagrante adulterio también lo sorprendieron a él haciendo lo que no debía. ¡Qué falsos, tramposos e hipócritas eran aquellos letrados (los que presumían de saber las leyes) y fariseos (piadosos y observantes de los ritos religiosos)! Sabían bien la ley para aplicársela a ella como adúltera, pero la "ignoraban" para aplicársela al hombre como cómplice adúltero, pues la Ley de Moisés dice textualmente: "Si sorprenden a uno acostado con la mujer de otro, han de morir los dos: ella y el que se acostó con ella" (Deuteronomio 22,22). Nadie le tiró una piedra a ella. Todos marcharon. Conclusión: todos ellos, letrados y fariseos, eran adúlteros.



Jesús conocía bien a aquellos farsantes. Por eso tantas veces los critica, los deja en evidencia, los desenmascara, como en esta ocasión: "El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra". Todos ellos, desde el primero al último, se fueron escabullendo empezando por los más viejos, porque seguro que eran los que más veces habían adulterado. Jesús libra a aquella mujer de morir apedreada, cosa que aún sigue en vigor al día de hoy en determinadas prácticas y demasiados sectores de influencia islámica.



Cuando en el matrimonio se da el adulterio por alguna de las partes, se comete una grave injusticia contra la otra parte. Ahí hay un engaño, una mentira, un daño muy grande contra la parte inocente.



2.-Ocho de marzo, día mundial de la mujer: La mujer llevó las de perder casi siempre a lo largo de la historia de la humanidad, ya desde tiempos antiguos. Aun hoy es necesario y urgente:



-Eliminar toda forma de discriminación y violencia contra las mujeres.

-Promover políticas de igualdad, y empleo de calidad para la mujer.

-Luchar contra la pobreza femenina, la desigualdad y la violencia de género. Más del 70 % de los pobres del mundo son mujeres y niñas. Realmente el hambre tiene nombre de mujer.

-A nivel mundial el 70 % de los hombres tiene trabajo, pero solo lo tienen el 50 % de las mujeres.



Datos de España:



-En 2015 los contratos temporales llegaron al 91,2 %, a la vez que los indefinidos y a tiempo completo fueron solo el 4,66 %.

-el 53,44 % del paro registrado fue de mujeres.

-La diferencia salarial anual entre hombres y mujeres fue de 6160 € en contra de las mujeres.

-El actual gobierno, ahora en funciones, recortó un 43 % el Programa de Igualdad de Oportunidades, y un 17 % el de Prevención de Violencia de Género.

-A nivel de títulos universitarios las mujeres ya superan a los hombres.

-En los órganos de dirección de las empresas las mujeres ya están demostrando ser más eficientes que los hombres.



3.-La mujer en la Iglesia: También en cuanto a la mujer, a la Iglesia le falta mucho camino por recorrer. Resulta preocupante que el Papa Francisco, tan sensible a las aspiraciones del pueblo más pobre y marginado en general, y especialmente las mujeres, no haya roto con la marginación tan absoluta de la mujer en la Iglesia, cuya ausencia en los órganos de dirección de la misma sin duda le impiden rejuvenecerse. Reconocer y restablecer la dignidad de la mujer en la Iglesia le aportaría una gran dosis de riqueza, equilibrio y coherencia con la gran importancia que la mujer está adquiriendo en la sociedad actual. No hacerlo la anquilosará cada vez más. Tal vez la equiparación de la mujer en igualdad con el hombre en la Iglesia pueda ser lo único capaz de levantarla de la postración y el desprestigio tan grande en que se encuentra actualmente.



4.-Comportamiento de Jesús con la mujer: El contesto social en que Jesús vivió era totalmente hostil a la mujer, tanto social como religiosamente. El varón israelita recitaba a diario esta oración: : “Bendito seas, Señor, porque no me has creado pagano, ni me has hecho mujer, ni ignorante”¡¡¡!!!



Leyendo el Evangelio descubrimos que las mujeres que se acercan a Jesús son:



-Mujeres del entorno social más bajo de aquella sociedad.

-Mujeres que se acercan a Jesús para que les eche una mano y las cure, como María de Magdalena, que estaba muy enferma.

-Mujeres pobres, viudas e indefensas, esposas repudiadas, sin recursos, poco respetadas y consideradas de fama más que dudosa.



-Jesús defiende públicamente a aquellas mujeres tachadas de prostitutas por los escribas y fariseos que se consideraban los puros y santos cuando les dice: “hipócritas y farsantes: hasta las prostitutas os precederán en el Reino de los Cielos”.



A todas estas mujeres las acogía Jesús junto con todos los entonces considerados pecadores, y que incluso se sientan a comer con El. La mesa de Jesús donde acoge a todas y a todos no es la mesa judía donde solo podían sentarse los varones, ni es la mesa ritual de los fariseos.



Algunas mujeres acompañaban habitualmente a Jesús, junto con los demás discípulos, como Juana, María, Susana y Salomé, y otras más que iban con El desde Galilea. Las acepta y se deja acompañar por ellas. Jesús no las condena. Las acoge con amor comprensivo. Aquellas mujeres nunca habían estado tan cerca de alguien que les hace recobrar su dignidad. Algunas incluso lloran de emoción y agradecimiento como María Magdalena en casa de Simón. Encuentran en Jesús a alguien que las comprende, las valora sin prejuicios, tanto que algunas de ellas, probablemente las más solas y marginadas, se aventuran a seguirlo por los caminos de Galilea.



Jesús hace a las mujeres salir del anonimato y acceder a la luz pública: Ensalza su trabajo, como en la parábola de la levadura haciendo el pan, en la búsqueda por toda la casa de las monedas perdidas, en la viuda que exige y consigue justicia del juez. Ensalza la generosidad de aquella viuda que solo tenía dos monedas de cobre y echa las dos en el cepillo. A otra que llevaba varios años con pérdidas de sangre, enfermedad entonces considerada indecente, le dice públicamente para rehabilitarla: “Tu fe te ha salvado, ya estás curada, vete en paz”. A otra extrajera, de Tiro, que le pide que cure a su hija le dice: “grande es tu fe, que te suceda como quieres”. ¿Por qué aparecen con tanta frecuencia las mujeres viudas en torno a Jesús para pedirle ayuda? La respuesta es evidente: por ser mujeres, por estar solas, indefensas, marginadas, y despreciadas. Eran las personas más pobres entre los pobres.



Así les pasa hoy a las mujeres en los países más pobres del Tercer Mundo, como en Africa, América y la India: las mujeres son las personas más desgraciadas de todos, son las más pobres entre los pobres de nuestros días, son las que cargan con el peso de los hijos, con el peso del trabajo, con la marginación más absoluta, con la falta de escuela, con la incapacidad de decidir, con la esclavitud física y sexual. La pobreza (en todas sus manifestaciones) tiene nombre de mujer. Ahora mismo el 70 % de quienes huyen de Siria son mujeres y niños.



Los fariseos y saduceos rechazan y critican a Jesús por su comportamiento hacia los más débiles, y en especial con las mujeres. En una ocasión Simón el fariseo invitó a Jesús a comer a su casa junto con otros “notables” fariseos. Lo que pretendían todos era sondear a Jesús. Era costumbre besar al visitante al entrar, y ofrecerle agua para lavar los pies, toalla para secarlos, perfume para refrescarlos y aceite para ungir la cabeza. Pero Simón nada de esto ofreció a Jesús. En cambio una mujer conocida en todo el pueblo como pecadora entró a donde estaba Jesús: como no tenía otra cosa, con sus lágrimas le lavaba los pies, con sus cabellos se los secaba, y con el perfume que llevaba se los iba refrescando. Aceite no tenía: solo lo tenían los que poseían tierras y olivos. Jesús, en presencia de todos para que se enteren bien, le dice a Simón: “Tu no me diste ni beso, ni agua, ni toalla, ni perfume, ni aceite. Pero ella, desde que entré no ha dejado de besar mis pies, de lavarlos con sus lágrimas, de secarlos con sus cabellos y de refrescarlos con perfume. Por eso te digo que quedan personados sus muchos pecados porque muestra mucho amor”. Jesús no tuvo para ella ni un mal gesto, ni una palabra de reprensión, ni el más mínimo reproche. Al contrario, la ensalza a ella ante todos ellos y los deja en mal lugar, sobre todo a Simón porque lo había invitado con bastante mala intención y lo trató con mucha descortesía.



Jesús llora con Marta y María la muerte de Lázaro, consuela a la viuda de Naín con su hijo único muerto, coge de la mano a la hija de Jairo para devolverle la vida. Con una cálida conversación al lado de un pozo de agua, hace de una mujer de Samaría, que había tenido cinco maridos, una persona nueva que vuelve al pueblo a invitar a todos a conocer a Jesús.



En una sociedad muy difícil para las mujeres, Jesús contó con ellas. Destacan especialmente tres: María Magdalena, María de Santiago y Salomé, igual que entre los apóstoles destacan Pedro, Santiago y Juan. De las tres, sin duda es María Magdalena la amiga más entrañable y querida por Jesús. Antes de conocer a Jesús vivía desquiciada por completo. No sabía lo que era vivir de manera sana y un poco digna, pero Jesús la rehabilita. Encontrarse con Jesús fue para ella comenzar a vivir, conocer a un hombre que la ama por si misma con verdadero amor y ternura. Nadie la había mirado de esta manera. Ella fue la primera en encontrarse con Jesús resucitado. De madrugada se dirige al sepulcro, porque la muerte de Jesús fue para ella un gran trauma. Habían matado a quien lo era todo para ella. Encuentra el sepulcro vacío. Llora. Jesús se le presenta y le dice: “María”. Al oír su nombre pronunciado por Jesús lo reconoce y se arrodilla. Jesús le dice: “vete a decir a mis hermanos que estoy vivo y que iré delante de ellos a Galilea”, pero ellos no le creen. Más tarde vuelve con otras dos amigas, y un ángel les dice: “No busquéis aquí al que está vivo, ha resucitado”.





Nota muy importante.-El hecho cumbre de la vida de Jesús es su Resurrección. Si hubiera quedado muerto, tal vez sería un ilustre personaje de la Historia como otros muchos, sin duda digno como ellos de una gran consideración por la grandeza de su mensaje y su compromiso hasta la muerte. Pero la gran novedad de Jesús hasta entonces nunca conocida es que resucita. Este hecho es el que van a destacar sus seguidores/as como lo más importante de su vida: Anuncian su muerte a manos de las “autoridades” político-religiosas de Jerusalén para anunciar a continuación su resurrección. Pues bien, Jesús se aparece primero a una mujer (María Magdalena). Es ella la primera que anuncia a los/as demás que ha resucitado. Luego reciben la noticia, ella otra vez, junto con María de Santiago y Salomé y otras compañeras con el encargo de comunicarlo a los discípulos. Pues bien, el hecho cumbre de la vida de Jesús es manifestado, primero a las mujeres, y además son ellas las encargadas de comunicarlo a los demás discípulos de Jesús, y en concreto a los Apóstoles. Ante esto, ¿qué pasa hoy con la mujer en la Iglesia?


Un cordial abrazo a tod@s.-Faustino


Feliz viaje:
Hoy marcha para Ruanda Esther López, enfermera de profesión y voluntaria de Cooperación Internacional. Allí va a dedicar todo su tiempo de vacaciones a trabajar en un Centro Socio-Sanitario, dedicado especialmente a personas y niños enfermos de SIDA, que dirige una doctora valenciana de Vida y Paz. Esther, te deseamos muy feliz viaje y buen trabajo.
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