Santísima Trinidad: Fiesta para el hombre y la tierra

Querid@s amig@s colaboradores y cooperantes en la lucha por un mundo mejor:

Mateo 28,16-20

Los Once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vaci­laban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: "Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos bau­tizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo".


1.-Otro rostro de Dios.-El próximo domingo celebramos la fiesta de la Santísima Trinidad. En el Catecismo que estudiábamos en las escuelas por los años 40-50 se nos decía que en la Santísima Trinidad hay tres personas distintas y un solo Dios verdadero. De esto no entendíamos nada y hoy me parece que poco, pues el Evangelio nada dice de tres personas distintas en un solo Dios verdadero. Jesús sí nos habla reiteradamente de Dios como Padre lleno de misericordia y bondad, nos habla de si mismo como Hijo, enviado por el Padre que lo viene a dar todo por nosotros, y del Espíritu Santo que El mismo nos va a enviar para que nos acompañe siempre.



2.-Nueva Teología, nuevo lenguaje.-Hoy tenemos necesidad urgente de una nueva Teología que responda a los retos y necesidades de nuestro tiempo, no solo en cuanto a sus formulaciones doctrinales, sino también a su lenguaje porque el de la tradición de antaño se ha vuelto un idioma extraño para el hombre de hoy. Ejemplo: ¿tiene sentido decir "Señor ten piedad"? ¿Es que Dios solo tiene piedad cuando se lo decimos o está esperando a que se lo digamos para tener piedad? No, no es así.

3.-El problema es el hombre.-El Dios de Jesucristo tiene piedad siempre. Los que no tenemos piedad muchas veces somos los seres humanos. No hemos tenido piedad cuando hemos utilizado a Dios como instrumento de dominio del hombre, incluo, espantosa contradicción, para hacer la guerra unos contra otros: cruzadas, conquistas, "guerra santa" . El problema no es Dios, el problema es el hombre. Pensamos más en Dios que en el hombre. ¿Tiene sentido pedirle perdón a Dios? ¿Acaso podemos nosotros, simples criaturas, ofender a Dios? Todo eso no tiene sentido. Solo tiene sentido pedir perdón a quién o a qué hemos causado daño. A Dios no le causamos daño ninguno. Hay que reparar el daño a quién o qué se lo hemos causado: a los seres humanos y a la Madre Tierra.

4.-Encontrar al hombre para encontrar a Dios.-A veces decimos que hay que hacerlo todo a mayor gloria de Dios. Esto es un disparate, pues nosotros, simples criaturas, ni le podemos aumentar ni quitar la más mínima gloria a Dios. A quien se la podemos dar o quitar es al hombre. Volvemos a la misma conclusión: el problema no es Dios, el problema es el hombre. En el hombre y en el universo es donde tenemos que encontrar a Dios como fundamento más profundo de todo. En el hombre en particular es donde tenemos que poner todo nuestro compromiso como lo hizo Jesús. Ahí es donde necesita Dios del hombre, pero del hombre para el hombre, para todos los seres humanos, para toda la creación. Para dar de nosotros todo lo más posible para la vida, la dignidad, el amor, la fraternidad, la justicia, la amistad, la solidaridad con todos los hombres y con toda la creación, empezando por allí por donde más falta haga: los pobres, hambrientos, sedientos, desnudos, enfermos, encarcelados, la Madre Tierra que ya es uno más entre ellos. Ahí nos espera Dios. Para esto nos necesita y nos llama el Hijo, para esto nos acompaña su Espíritu Santo.

Un cordial abrazo a tod@s.-Faustino
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