Diez de diciembre, Día Universal de los Derechos Humanos

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Comentario Evangelio 11 de diciembre 2016



Ayer, 10 de diciembre, cumplió 68 años la Declaración Universal de los Derechos Humanos



Mateo 11, 2-11:

Juan, que había oído en la cárcel las obras de Cristo, le mandó a preguntar por medio de dos de sus discípulos: "¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?". Jesús les respondió: "Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven y los inválidos andan, los leprosos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia la Buena Noticia. ¡Y dichoso el que no sienta defraudado por mí!". Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan: "¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los pala­cios. Entonces, ¿a qué salisteis, a ver a un profeta? Sí, os digo, y más que un profeta: él es de quien está escrito: "Yo envío mi mensajero delante de ti para que prepare el camino ante ti". Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan Bautista, aunque el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él".

Las palabras que destacamos en negritas y subrayadas son un resumen de lo más esencial del mensaje de Jesús de Nazaret.


La Declaración Universal de los Derechos Humanos, es un mensaje muy importante para la Humanidad. Es sus dos primeros Artículos leemos:

Artículo 1.
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Artículo 2.
Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.


Vemos que todavía hay un trecho enorme para pasar de las palabras a los hechos, pues estos aún dejan mucho que desear, como podemos comprobar por los datos que siguen más abajo, con una agravante que se ha recrudecido mucho en lo que va de este siglo: la enorme desigualdad que se ha producido en el mundo, tanto entre personas como entre colectivos. Algunos países de Africa no solo no han avanzado nada, sino que han retrocedido, hasta el punto que su vida media ha descendido, y su pobreza aumentado, aunque colectivamente tengan un PIB (Producto Interior Bruto) más alto ahora, porque hay unas minorías que se han enriquecido desmesuradamente, mientras que el colectivo social se ha empobrecido.



En octubre de 2015, hay 15 países donde un porcentaje muy elevado de su población, vive con tan solo 1 € al día. Son:



1. Mali: 73%
2. Nigeria: 70%
3.-República Centroafricana: 67 %
4. Zambia: 64%
5. Níger: 61%
6. Burkina Faso: 61%
7. Gambia: 59%
8. Sierra Leona: 57%
9. Madagascar: 49%
10. Ghana: 45%
11. India: 44%
12. Lesoto: 43%
13. Mozambique: 38%
14.-Nepal: 37%
15.-Zimbabue: 36 %

Aun hay 82 países que están por debajo de 2 € por día, que no tienen cubiertas las necesidades mínimas de comida, agua, educación, servicios médicos y vivienda.

Hoy se habla, se pronuncian y se escriben miles de discursos sobre los derechos humanos: Hay que hablar menos y hacer más.

Jesús les responde a los discípulos de Juan con hechos, pequeños pero muy importantes hechos de liberación, porque al final solo es liberador aquello que libera en la realidad concreta: los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, etc. Jesús no les dice: fuimos de peregrinación a tal sitio, hicimos una novena, recorrimos el camino hasta Jerusalén (hoy Santiago),fuimos a los santos lugares, rezamos el rosario todos los días, nos ponemos de rodillas y adoramos a Dios, hacemos misas, llevamos los niños a hacer la Primera Comunión (¿la última?), nos casamos por la Iglesia... Todo eso si no lleva a un compromiso verdaderamente liberador de las oprimidos, a mitigar los sufrimientos de los pobres, los enfermos, los encarcelados, los emigrantes, es puro cuento, pura mentira.

Jesús les dice a los discípulos de Juan: “Id a decir a Juan lo que estáis viendo y oyendo...” Es decir, primero ver, o sea, los hechos; después oír, o sea, las palabras.

Practicando la liberación, personal y colectiva (sin las dos no es verdadera), es como sabremos y saborearemos lo que es la liberación, pues con ella haremos felices a los demás y lo seremos nosotros.

Un cordial abrazo.-Faustino

NOTA IMPORTANTE.- Estos días en todos los medios informativos se habla de la pareja que por los diferentes medios sociales solicitó ayuda para curar una rara enfermedad de su hija. Se hicieron con unos 900.000 euros que gastaron en todo menos en curar a su hija, si es que realmente estaba tan enferma como decían, pues a ella no le dedicaron ni 300 euros, mientras que ellos gastaron miles en ostentaciones y lujos. Los mismos medios de comunicación tuvieron buena culpa, por no verificar la información antes de darla.

Ya lo hemos dicho muchas veces y lo volvemos a repetir: tenemos obligación de saber a quién damos y para qué lo damos. Ya decían los primeros cristianos: “que sude en tus manos la limosna antes de saber a quien la das”. Hay que tener conciencia crítica para todo.
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