La inmobiliaria eclesiástica y templos suntuosos
Solo seremos dignos del Cielo en la medida en que hayamos colaborado a la construcción de la Tierra
Marcos 6, 30-34
"Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús. Y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: "Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco". Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos; porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma".
1.-Andar a prisa para tener más:
Los que vivimos inmersos en la vorágine de la civilización occidental queremos que todo vaya cada vez más aprisa: más aprisa los aviones, los trenes, los coches, las consultas de los médicos, los dependientes de los comercios, los cajeros/as de los supermercados..., que los semáforos cambien pronto si es que no pasamos en rojo, que el coche que va delante corra más... Andamos acelerados, miramos el reloj cada nada, que el camarero nos sirva pronto, comemos a prisa...
No solo vivimos en estado de competencia contra el tiempo, sino también unos contra otros: vender más que el otro, tener más que el otro, llegar antes que el otro, ascender antes que el otro, ganar más que el otro. Resultado: insatisfacción e inseguridad, estado permanente de competencia y ansiedad.
Como señuelo seductor de esta aceleración vital está el dinero, el dios tirano y absoluto del neoliberalismo. Decimos que el tiempo es oro porque queremos tener más tiempo para tener tiempo para tener más. Una vida absurda y frustrante.
2.-O andar aprisa para ser más:
Justo lo contrario de andar aprisa para tener más, es andar aprisa para ser más. Ser una persona justa, honrada, sincera, leal, éticamente honesta, solidaria, comunicativa, acogedora; que es feliz dando, compartiendo, ayudando, acompañando. No adora ídolos ni mitos mediáticos. No es esclava de nada ni de nadie, tan solo de hacer el bien. Quiere crecer con los demás, jamás a costa de los demás, con los cuales es feliz porque les ayuda a serlo. No solo ama sino que provoca en los demás el nacimiento del amor.
3.-Jesús, lo más humano de lo humano:
Jesús era un hombre total y absolutamente humano. Era ser humano en todo. En lo grande comprometiendo su vida hasta la muerte por los demás, y en lo más pequeño como preocuparse por el descanso de sus discípulos, porque vienen de un trabajo duro y por eso los lleva a un lugar tranquilo: “venid a descansar un poco”. Sus entrañas de humanidad le hacen sentir lástima de las gentes que andan como ovejas sin pastor, o peor aun a veces que andan con muy malos pastores, como aquellos gobernantes romanos o los sacerdotes y levitas del templo, que no solo no estaban al servicio de la gente sino que la explotaban y esclavizaban vilmente con impuestos, leyes, ritos y prácticas injustas.
Léase hoy, políticos corruptos y usureros, leyes discriminatorias a favor de los ricos como las SICAV, léase BM y FMI cuyas duras condiciones siempre caen sobre los hombros de los más débiles, como ahora en Grecia, o en España con la subida de impuestos y recortes sociales, impuestos por la troika a través del gobierno: precisamente los más ricos de España crecieron un 40 por ciento desde 2008 al 2014, o sea, en plena crisis. Léase OMC (Organización Mundial de Comercio), por ejemplo, con el blindaje de las patentes de los medicamentos de las Multinacionales Farmacéuticas por 20 años, que impide a todos los países pobres de Tercer Mundo acceder a ellos.
Léase organizaciones religiosas usureras y gastadoras como el templo, llamado de Salomón, construido en Brasil, inaugurado en 2014, por la secta Iglesia Universal del Reino de Dios, que costó 310 millones de dólares, mientras en el país hay más de 30 millones de pobres. O en España, donde la Iglesia experimentó un boom inmobiliario muy particular, sobre todo, a partir del año 2003 en virtud de la reforma de la ley Hipotecaria en 1998 durante el Gobierno de Aznar que permitió a la Iglesia, y solo a la Iglesia, inscribir lugares de culto y otras propiedades que no estuvieran registradas, muchas de cuyas construcciones habían sido costeadas y realizadas por el propio pueblo. En este proceso, la Iglesia registró a su nombre 4.500 propiedades, según fuentes fiables cercanas a los registros de la propiedad, algunas tan notables como la mezquita de Córdoba, que el obispado correspondiente registró en marzo de 2006 por tan solo 30 euros (El País 6 de mayo de 2013).
¡Cómo van a andar las pobres ovejas sin pastor!
¡Por favor, Francisco hermano, mándales a todos los Obispos, sobre los del Primer Mundo, una exhortación para que aprendan de memoria tu última Encíclica, sobre todo a los que pagaron tantos millones por culpa de la pederastia, en vez de destinarlos a los oprimidos del mundo!
Otro mundo, otras religiones y otra Iglesia son posibles y muy necesarios para una vida más digna, gratificante y feliz para toda la Humanidad. Esto ansía Francisco con su nueva Encíclica que animamos muy encarecidamente a todos a leer por el bien del Hombre y de la Madre Tierra. Solo seremos dignos del Cielo en la medida en que hayamos colaborado a la construcción de la Tierra.
Un cordial abrazo a tod@s.-Faustino
Marcos 6, 30-34
"Los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús. Y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: "Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco". Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos; porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma".
1.-Andar a prisa para tener más:
Los que vivimos inmersos en la vorágine de la civilización occidental queremos que todo vaya cada vez más aprisa: más aprisa los aviones, los trenes, los coches, las consultas de los médicos, los dependientes de los comercios, los cajeros/as de los supermercados..., que los semáforos cambien pronto si es que no pasamos en rojo, que el coche que va delante corra más... Andamos acelerados, miramos el reloj cada nada, que el camarero nos sirva pronto, comemos a prisa...
No solo vivimos en estado de competencia contra el tiempo, sino también unos contra otros: vender más que el otro, tener más que el otro, llegar antes que el otro, ascender antes que el otro, ganar más que el otro. Resultado: insatisfacción e inseguridad, estado permanente de competencia y ansiedad.
Como señuelo seductor de esta aceleración vital está el dinero, el dios tirano y absoluto del neoliberalismo. Decimos que el tiempo es oro porque queremos tener más tiempo para tener tiempo para tener más. Una vida absurda y frustrante.
2.-O andar aprisa para ser más:
Justo lo contrario de andar aprisa para tener más, es andar aprisa para ser más. Ser una persona justa, honrada, sincera, leal, éticamente honesta, solidaria, comunicativa, acogedora; que es feliz dando, compartiendo, ayudando, acompañando. No adora ídolos ni mitos mediáticos. No es esclava de nada ni de nadie, tan solo de hacer el bien. Quiere crecer con los demás, jamás a costa de los demás, con los cuales es feliz porque les ayuda a serlo. No solo ama sino que provoca en los demás el nacimiento del amor.
3.-Jesús, lo más humano de lo humano:
Jesús era un hombre total y absolutamente humano. Era ser humano en todo. En lo grande comprometiendo su vida hasta la muerte por los demás, y en lo más pequeño como preocuparse por el descanso de sus discípulos, porque vienen de un trabajo duro y por eso los lleva a un lugar tranquilo: “venid a descansar un poco”. Sus entrañas de humanidad le hacen sentir lástima de las gentes que andan como ovejas sin pastor, o peor aun a veces que andan con muy malos pastores, como aquellos gobernantes romanos o los sacerdotes y levitas del templo, que no solo no estaban al servicio de la gente sino que la explotaban y esclavizaban vilmente con impuestos, leyes, ritos y prácticas injustas.
Léase hoy, políticos corruptos y usureros, leyes discriminatorias a favor de los ricos como las SICAV, léase BM y FMI cuyas duras condiciones siempre caen sobre los hombros de los más débiles, como ahora en Grecia, o en España con la subida de impuestos y recortes sociales, impuestos por la troika a través del gobierno: precisamente los más ricos de España crecieron un 40 por ciento desde 2008 al 2014, o sea, en plena crisis. Léase OMC (Organización Mundial de Comercio), por ejemplo, con el blindaje de las patentes de los medicamentos de las Multinacionales Farmacéuticas por 20 años, que impide a todos los países pobres de Tercer Mundo acceder a ellos.
Léase organizaciones religiosas usureras y gastadoras como el templo, llamado de Salomón, construido en Brasil, inaugurado en 2014, por la secta Iglesia Universal del Reino de Dios, que costó 310 millones de dólares, mientras en el país hay más de 30 millones de pobres. O en España, donde la Iglesia experimentó un boom inmobiliario muy particular, sobre todo, a partir del año 2003 en virtud de la reforma de la ley Hipotecaria en 1998 durante el Gobierno de Aznar que permitió a la Iglesia, y solo a la Iglesia, inscribir lugares de culto y otras propiedades que no estuvieran registradas, muchas de cuyas construcciones habían sido costeadas y realizadas por el propio pueblo. En este proceso, la Iglesia registró a su nombre 4.500 propiedades, según fuentes fiables cercanas a los registros de la propiedad, algunas tan notables como la mezquita de Córdoba, que el obispado correspondiente registró en marzo de 2006 por tan solo 30 euros (El País 6 de mayo de 2013).
¡Cómo van a andar las pobres ovejas sin pastor!
¡Por favor, Francisco hermano, mándales a todos los Obispos, sobre los del Primer Mundo, una exhortación para que aprendan de memoria tu última Encíclica, sobre todo a los que pagaron tantos millones por culpa de la pederastia, en vez de destinarlos a los oprimidos del mundo!
Otro mundo, otras religiones y otra Iglesia son posibles y muy necesarios para una vida más digna, gratificante y feliz para toda la Humanidad. Esto ansía Francisco con su nueva Encíclica que animamos muy encarecidamente a todos a leer por el bien del Hombre y de la Madre Tierra. Solo seremos dignos del Cielo en la medida en que hayamos colaborado a la construcción de la Tierra.
Un cordial abrazo a tod@s.-Faustino